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La función del Barça Atlètic

Barça Atlètic

Ciertamente, la cantera del F.C.Barcelona probablemente atraviese su mejor momento de su historia, pues no sólo es frecuente encontrar en el once a cinco, seis o hasta siete jugadores formados en las categorías inferiores, sino que la producción de futuras estrellas no parece detenerse. En este sentido, junto al modelo del Ajax de Ámsterdam importado por Johan Cruyff, ha sido fundamental en los últimos años el desarrollo en cuanto a la captación de talento a nivel internacional. Así pues, el funcionamiento del fútbol base azulgrana resulta prácticamente inmejorable, pues con él el club consigue formar a joyas procedentes de cualquier parte del planeta, en una cultura futbolística especifica que define a la entidad desde hace dos décadas.

No obstante, el punto en el que la formación deja paso a la competición, parece un caso no resuelto, o por lo menos, con algunos cabos sueltos. Hablamos del Barça Atlètic. En el apartado de competición el trabajo ha sido poco menos que perfecto. Luis Enrique ha configurado un equipo sólido y muy fiable, capaz de interpretar los diferentes momentos del juego y la temporada, lo que le ha valido un muy meritorio ascenso a la Segunda División, una categoría nada benévola con los filiales. La nueva temporada se presenta, pues, como un gran reto tanto para el equipo como para Luis Enrique.

Este éxito en los resultados del Barça Atlètic se ha logrado, en gran parte, porque en muchos aspectos, más que como un filial, ha actuado como un equipo. Así pues, es en este punto donde en varios momentos la formación ha entrado en conflicto con la competición, pues los objetivos y funciones de un filial, en ocasiones difieren de las de un equipo convencional. Uno de los estos aspectos que más saltan a la vista, es la presencia en la plantilla de varios futbolistas veteranos para un filial, pero que aportan experiencia, veteranía y un plus en competitividad. Son los casos de Sobregrau, Espasandín, Armando, Nolito, Elvis o el goleador Jonathan Soriano. Es una alternativa válida y comprensible, pero que puede entrar en conflicto con el espíritu de un filial, en el momento que la presencia de uno de estos jugadores tapona la progresión de otros más jóvenes y sobre los que el club sí debería invertir como Rubén Rochina o Carles Planas.

Otro de los puntos conflictivos en esta unión entre la faceta formativa y la competitiva del equipo de Luis Enrique, se ha dado en la figura del mexicano Jonathan Dos Santos, pues debido a que normalmente el jugador participa en los entrenos de la primera plantilla, el técnico asturiano ha dado prioridad a otros compañeros que sí habían completado todos los entrenamientos con el equipo. Otra vez, es una medida lógica y sana para el equipo, pero que repercute negativamente en la progresión de uno de los valores más prometedores de la cantera azulgrana, que a priori, debe dar el salto definitivo de manera inmediata.

Por último, un tercer punto sobre el que entendemos interesante  centrar la reflexión, es la cohabitación de Bartra, Fontás y Muniesa. Son tres de los jugadores con más futuro de la cantera, y por potencial, no sería de extrañar que en un futuro formaran parte del primer equipo, y en algún caso, como figura importante. No obstante, los tres comparten posición, la de defensa central, por lo que en un esquema de 1-4-3-3 solo dos pueden ocupar su demarcación ideal. Ante esta situación, Luis Enrique ha optado en varias ocasiones, por desplazar preferentemente a Muniesa o Bartra a uno de los laterales. Sin embargo, hoy por hoy parece que su mayor potencial pueden alcanzarlo como centrales, por lo que lo más recomendable es que sea en esa demarcación donde inviertan sus minutos. Así, aunque el equipo sea más fuerte con Muniesa que con Espasandín en el lateral izquierdo, esto no es lo ideal para la formación del futbolista.

De cara a la próxima temporada, con el filial en segunda y con un salto -de bajada- demasiado grande respecto el juvenil, dos son las alternativas que puede manejar el club para esquivar estos problemas. Por un lado, fomentar una política de cesiones que permita a los jóvenes gozar de minutos eficaces que potencien su crecimiento. En este sentido, resulta interesantísima para el F.C.Barcelona la presencia de un técnico como Juanma Lillo en el Almería, pues es un entrenador próximo a la filosofía de juego del club catalán.

La otra solución que podría manejar el club, es la de recuperar el Barça C, desaparecido a raíz del descenso del filial a Tercera División, pues se reducía la distancia entre el juvenil y el Barça Atlètic. Ahora que esta distancia vuelve a aumentar, no obstante, la presencia de un peldaño intermedio que se constituyese como un segundo equipo donde combinar formación y competición, vuelve a cobrar sentido.

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