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Proyecto Guardiola, año 3: Pedro y Villa (1/2)

El Barça 2010-11 ha girado en torno al triángulo formado por Xavi, Iniesta y Messi. No obstante, complementándolos, otros futbolistas han tenido un papel capital en los éxitos de esta temporada. Este es el caso de los dos acompañantes de Leo en la delantera, Pedro y Villa, quienes a menudo son analizados conjuntamente como si sus roles sobre el césped fueran en esencia idénticos, pero en los cuales, si se afina un poco más el análisis, pueden encontrarse sustanciales diferencias. No hablamos del caso del Henry+Eto’o cuando en la primera campaña de Guardiola el entrenador desplazó al camerunés a la banda para centrar a Messi. Entonces, las variaciones eran estrictamente individuales, determinadas por las características de cada futbolista, pero no por el papel que éste tenía reservado en el sistema de juego. Titi y Samuel partían del costado, fijaban al lateral y buscaban la diagonal hacia el gol. Muchos han querido ver reproducido ese binomio en la pareja Pedro-Villa, cuando en realidad el papel de ambos es dispar.

Esa inclinación en el análisis, seguramente venga propiciada por el hecho de que Pedro es un futbolista capaz de asumir el rol futbolístico de Villa -con las evidentes diferencias individuales entre jugadores- y de hecho, su papel en el equipo la pasada temporada fue similar. El principal problema del Barça 2009-10 fue la falta de profundidad, producto de la suma de dos circunstancias: las características de un punta como Ibrahimovic y la desaparición de la mejor versión de Thierry Henry. En ese contexto, Guardiola se vio obligado a modificar la disposición táctica y a utilizar a Pedro en el papel que la temporada del triplete había desempeñado Henry.

Llegado el mercado de fichajes, no obstante, se ajustó más el perfil con el fichaje de David Villa, un hombre que pese a las críticas puntuales que ha recibido sobre su rendimiento individual, ha resultado absolutamente clave en la mejora del juego del Barça. Con Villa, el equipo de Guardiola ha vuelto a empujar a las defensas rivales hacia atrás permitiendo la aparición de la plataforma idónea donde imponerse el triángulo Xavi-Iniesta-Messi. El Guaje, independientemente de su mejor o peor estado de inspiración, es siempre peligro en el desmarque al espacio, presencia en el área y gol. Ante él, adelantar la línea es sinónimo de regalar media docena de ocasiones a uno de los delanteros con mayor instinto asesino del planeta.

A nivel individual, hay que tener en cuenta que Villa se enfrentaba al reto de asumir un papel desconocido para él y deben reconocérsele problemas para mantener abierta su posición a banda. No se trata de tener al asturiano pegado a la cal, pero sí de que, en fases iniciales de la jugada, su posición permita fijar al lateral para que aparezcan espacios por el interior. Una vez fijado y encontrada la superioridad por dentro, es el momento de trazar la diagonal. Sin duda es algo que el cuerpo técnico trabajará con el asturiano en pretemporada y un aspecto en el que previsiblemente Villa mejorará de cara a la próxima temporada.

Aunque la posición habitual de Villa ha sido en banda izquierda para buscar la diagonal fuera-dentro hacia la portería rival, en algunos partidos Guardiola ha preferido ubicarlo en banda derecha. Por un lado, Pep conseguía un hombre más específico de banda como Pedro para abrir el campo, y por el otro, situando a Villa en la banda de Alves, liberaba al asturiano de la responsabilidad de ser el encargado de dotar al equipo de la amplitud por este costado. En este escenario se ha visto a un Villa más segundo punta que extremo, complementándose por el centro con Messi y dejando las bandas al lateral brasileño y a Pedro. Dado que éste ha sido un recurso empleado en los partidos decisivos -semifinal y final de Champions League- nos quedará por ver si, como en las anteriores temporadas, resulta una pista sobre los planes que puede tener Guardiola de cara al futuro.

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