En medio de nuestro análisis sobre la composición de la línea defensiva del Barça para la próxima temporada, la actualidad culé nos trae las noticias de las bajas por lesión de Carles Puyol y Adriano. Más allá de centrarnos en las consecuencias en presente de estas dos ausencias -ya habrá tiempo para hacerlo a medida que se acerque la eliminatoria ante el P.S.G.- la situación de ambos zagueros es una buena oportunidad para una valoración en el marco del Barça 2013-14 que estos días estamos analizando.
Adriano Correia y Carles Puyol son dos jugadores, que por causas distintas, son asiduos de la enfermería. Entre molestias y lesiones propiamente dichas, lo recomendable es que no encadenen dos partidos en una misma semana. En el caso del brasileño, la receta puede ser incluso más prudente. En ambos casos, hablamos de futbolistas a los que, presumiblemente, la próxima temporada se les asignará un rol de suplentes, bien porqué Jordi Alba parece dueño del carril izquierdo, bien porque la llegada de un nuevo central implique dar al capitán un rol menos protagonista. Bajo estas premisas, podríamos leer esta situación como tolerable.
Sucede, no obstante, que la fragilidad física de un suplente puede ser aun más peligrosa que la de un titular, a poco que profundicemos en la cuestión. Por definición, el suplente estará cuando el titular no pueda. Imaginemos una situación no especialmente remota: Jordi Alba sufre una lesión normal, no demasiado grave que lo alejará de los terrenos de juego durante aproximadamente un mes. Esto, en un club como el F.C.Barcelona que pelea hasta el final en todas las competiciones, equivale a entre 4 y 6 partidos. ¿Puede Adriano aguantar físicamente esos 4-6 partidos consecutivos? Parece difícil, y por norma, el suplente no tiene suplente, más allá de inventos o soluciones de emergencia. El Barça, ahí, puede tener un problema.

