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Una mínima posibilidad

Una mínima posibilidad

A veces sale bien y otras sale mal, pero todos alguna vez nos lo hemos jugado todo a una carta. Sin apenas razones para confiar. Con el único motivo de no poder reprocharte a ti mismo, el día de mañana, no haberlo intentado hasta las últimas consecuencias. Por eso Jonathan Dos Santos lleva un par de temporadas castigando su carrera de futbolista. Con calidad más que sobrada para ser importante en 18 de los 20 equipos de la Liga española y en varios de los clubs habituales en la fase final de la Champions League, el mexicano ha preferido, primero, seguir en Segunda División y, después, pasarse un año casi en blanco ya en el primer equipo. El motivo: esperar una oportunidad. Sólo una.

El hermano de Giovanni sabía que, en el Barça de Xavi, Iniesta, Cesc y Thiago, no hay lugar para fichar Dos Santos. Como no lo hay para los Beñat, Borja Valero o Verdú. Nombres que en otras épocas no sonarían extravagantes, pero que estos años, con lo que había y lo que venía, ni se concebían. En este Barça no cabe Van Bommel. Así pues, Dos Santos sabía que si salía, ya fuera cedido o traspasado, no iba a volver. Que podía triunfar en el Villarreal, el Sevilla o el Atlético de Madrid, pero que el Barça no iría a buscar fuera a un jugador como él. Si quería triunfar en la entidad azulgrana, su única opción era permanecer dentro, esperar que la oportunidad, por remota que fuera, llegara y aprovecharla. Como en su día les pasó a Gabri, Puyol, Oleguer, Sergio Busquets o Pedro.

Y la oportunidad ha llegado. Cuando el futuro de Jonathan en la plantilla culé parecía sentenciado y, esta vez sí, parecía que el mexicano se había rendido a la evidencia, una salida y una llegada han cambiado el escenario. La salida, la de Thiago, que ansioso por más responsabilidades que las que daba el ser el cuarto interior del equipo, prefirió enrolarse en el proyecto de Guardiola en Múnich. Y la llegada, la de Martino, que resetea unos roles en la plantilla anquilosados después de cinco temporadas. Jonathan siente que puede volver a luchar por un puesto, y el Tata le ha dicho que adelante, que lo luche y lo demuestre. Tendrá una oportunidad, seguramente la última. Seguramente la única. No necesita más. Sólo una.

 

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Comments:4
  • Iniesta10 13 agosto, 2013

    Jonathan es de esa clase de futbolista que sin ser un jugador genial o extraordinario, si es correcto en todo, de esos que no suele equivocarse en nada, sino que siempre toma buenas decisiones sobre el campo. Es un jugador que esta muy bien para formar parte de la plantilla.

    A mi me recuerda también a Dongou, no por la posición, sino que ambos son de esa clase de futbolistas, de los que sin ser geniales, son de los que toman buenas decisiones y todo lo hacer bien, contribuyendo a que su equipo sea mejor, no quizás por ellos, sino porque son capaces de hacer mejores a sus compañeros a base precisamente de las buenas decisiones que toman.

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  • Arbmas 13 agosto, 2013

    Buen Articulo, me gusta. 2Santos no.

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  • Pingback: El que faltaba | En un momento dado 14 agosto, 2013
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  • Milo 15 agosto, 2013

    Yo creo que en parte también influyó en él ver el ejemplo de su hermano mayor, que se creyó grande antes de serlo, como le pasa a muchos jugadores (Drenthe por ejemplo). Iba a esperar esa oportunidad para trabajar y no pasar por lo que pasó Giovanni, que ahora se debate entre equipos de media o final de tabla.
    El chico técnicamente es muy bueno, por supuesto, con la formación de la masía debería de serlo, aún así creo que tendría mucho por demostrar para poder permanecer en el primer equipo, no se si le de tiempo….sobre todo en una plantilla donde tiene más peso y pare ser mejor el otro que viene…Sergi Roberto

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