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Problemas y soluciones. Soluciones y problemas.

Problemas y soluciones. Soluciones y problemas.

Emery resolvió el rompecabezas sentando a Marko Marin. Una decisión dolorosa pero la que mejor le permitía dibujar ese 1-4-5-1 con el que los rivales vienen enfrentándose al Barça de Martino. Eso sí, en lugar de trivotazo, optó por dos mediocentros y un Rakitic algo más liberado ligeramente adelantado. Salió a esperar en la media, no a presionar arriba, con las líneas juntas y transitando rápido, con Rakitic lanzando, Gameiro picando y Vitolo como parada intermedia. El Barça, por su parte, saltó al césped con Xavi, Iniesta y sin Cesc ni nueve, y además Messi estuvo pero jugó poco. Visto lo uno y lo otro, el partido pintaba a conocido. Un Barça con posesión pero sin dominio territorial, amo y señor del cuero pero demasiado lejos de la portería rival. Un Barça sin apenas ocasiones ni llegadas al que, desesperado e impotente, le toca arriesgar desde muy atrás, en situaciones no ventajosas. Si sale bien, peligro, y si no, también, pero en el lado opuesto.

A esto pintaba el partido, pero no lo fue. No lo fue porque este verano el Barça sólo ha hecho un fichaje, pero qué fichaje. Con sólo poner un pie en el campo, Neymar cambia cosas. Para empezar porque se salta el guión y para continuar porque se lo salta en banda. Lo aprendido no vale, Ney cambia el discurso. Así, el brasileño fue la constante y única fuente de ventajas del Barça en el primer tiempo. El Barça volcó el juego sobre él, y Neymar desequilibró, giró al Sevilla, juntó al Barça arriba, forzó varias tarjetas, «expulsó» a M’Bia y, lo más importante, permitió que nadie se frustrara. En la derecha esperaba Tello, porque ha entrenado toda la semana y porque con el partido en la izquierda, tendría espacio. Uno a cero al descanso.

Para la segunda parte Unai ajustó y cambió el perfil de sus dos mediocentro. El amonestado M’Bia pasó a la izquierda, ya que el sábado no parecía que fuera a ser el día de Messi, y Cristóforo se situó como pivote derecho. Neymar dejó de producir tan alegremente y además fue apareciendo el cansancio típico de las primeras semanas de competición. El Tata decidió matar y dio entrada a Cesc. Y poco necesitó el de Arenys, que prácticamente en la primera que participaba, recibía en la frontal y abría a Neymar para que éste asistiera a Messi en el dos a cero. A partir de ahí se rompió todo. El Sevilla, que había empezado con M’Bia y Cristóforo en el doble pivote, ahora formaba con Rakitic y Trochowski, mientras el Barça seguía verticalizando sus ataques ahora con Cesc en el campo. Partido de ida y vuelta. Era el momento para que entrara Xavi desde el banquillo y escondiera el balón un cuarto de hora, pero el de Terrassa formó como titular y a esas alturas sus piernas acumulaban los mismos 75 minutos que las del resto.

La transición defensiva es la segunda parte del problema con Xavi. Y la más complicada de resolver. En ataque, el Barça de Martino ya ha asumido que su ritmo será otro. Que lo de antes ya no le sale. Un juego más vertical en el que se permite perder el balón porque no arriesgarlo termina siendo peor. No es nuevo, se apuntó antes. Eso parece que el Barça ya lo tiene, y está más o menos convencido. El encaje de Xavi ahí, tampoco es tan complicado. Simplemente deja de ser el metrónomo y su peso disminuye, pero su aportación puede seguir siendo valiosa. Se puede jugar con Xavi pero sin jugar «a lo Xavi». El problema viene atrás, o mejor dicho, adelante pero cuando no se tiene el balón. El Barça necesita jugar vertical, es el plan que le vale, pero eso también implica que se transitará más. Se perderá más el balón y tocará correr hacia atrás, y ahí, hacer sostenible a Xavi es muy difícil. Si el Barça no consigue recuperar en la primera línea, ya no hay nada que detenga al rival hasta que enfrente encuentra a los centrales. El rival siempre viene lanzado porque no hay barrera en la media y normalmente, además, lo hace con superioridad numérica. La papeleta que les está tocando defender a Piqué y Mascherano, merece aumento de sueldo.

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Comments:4
  • Iniesta10 16 septiembre, 2013

    El caso es que si se hubiera fichado un central, con un centro del campo en rombo en el que Mascherano pudiera ser el mediocentro, y Bussi el interior derecho, el Izquierdo Iniesta, y coronondo el rombo Cesc. En punta Neymar y Messi.

    Con ese equipo se resolverían todos los problemas defensivos del Barça, que practicamente formaría un doble pivote Mascherano-Busquets, y seguiría teniendo la izquierda como banda de mayor peso (Iniesta).

    Seguro que se ganaría defensivamente, y contra equipos grandes te podrías jugar una eliminatoria con Cesc, Neymar y Messi

    Pero ahí está el problema, no se ha fichado ningún central.

    Querían a Thiago Silva o a nadie, pues al final no ha sido nadie. Es como si yo, viendo la necesidad de comprarme un coche para ir a trabajar, me empeñara en comprarme un Ferrari a pesar de no poder pagarlo, y en mi fuero interno decidiera que era o ese coche o ninguno. En consecuencia, al no comprarme el coche, todos mis compañeros y jefes de trabajo tubieran que soportar mis retrasos y quejas por no haber podido comprarme ESE coche.

    Lo lleva haciendo el Barça desde hace al menos 2 temporadas es tan absurdo como eso. No tiene otra explicación.

    Y además el Barça no es más competitivo porque no quiere, porque todos sabemos que Xavi ya ni siquiera para rivales del nivel del Sevilla. Parece que voluntariamente, por una pura cuestión de dogmatismo, no somos todo lo competitivos que deberíamos.

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  • Milo 16 septiembre, 2013

    Estoy de acuerdo con Iniesta en lo del dogmatismo. Incluso a Guardiola tampoco le serviría el mismo dogma de juego todo el tiempo porque los rivales si a algún equipo han estudiado a fondo es al Barça a demás de haber ya evidencia de como derrotarlo. También es cierto que los jugadores cambian, en el caso de Xavi, de hacen más lentos y el balón ya no circula tan rápido.
    Con lo del aumento de sueldo a Pique no estoy de acuerdo. Lo único más lento que el es su versión actual. El Pique fuera de forma. Si el juego del Barça sufre esa reingenieria aunque sea parcial, también el pierde su valor, el salir jugando lento desde atrás. Dicho esto yo más bien me plantearía sentarlo en el banquillo, darle minutos a Bartra y en enero venderlo y o cambiarlo por otro central. Sin embargo a Mascherano si que le veo un papel más importante en este nuevo Barça que deja el dogma, con pases y diagonales largas a Neymar por ejemplo. Por qué si se quiere superar las murallas todos los fines de semana hace falta más ritmo y verticalidad.

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    • José luis 16 septiembre, 2013

      Totalemente de acuerdo con la exposicion de Moren. Me ha encantado lode jugar Xavi los ultimos 20 minutos para dormir los partidos, yo añadiria incluso quitando un punta.
      Con iniesta, de acuerdo con lo del central, no tiene nombre no haber fichado a uno. Los cornes en contra van a ser un calvario. En cuanto al rombo en el centro no escantaria a muchos pero creo que no lo vamos a ver, es una opcion muy radical y no veo al Tata tomando esa decision mientras se vaya ganando.
      Lo que no comparto con Milo es el tema de Pique. Necesitamos altura, y gente que vaya bien por alto, empieza a ser patetico el tema de los saques de esquina tanto a favor como en contra y un dia nos puede dar un disgusto ( hemos estado a punto , tanto en Valencia como contra el Sevilla). Hay que fichar un central que vaya bien por arriba, Masche lo esta haciendo bien pero cuando lleguen los partidos grandes no lo veo, es muy bajito y relativamente lento, si a eso le unimos que pique tampoco es una gacela, pues lentitos por abajo y. Flojitos por arriba.
      El cambio Cesc por Xavi empieza a ser necesario, asi como el central. En cuanto al rombo en el centro del campo me encantaria verlo en un partido grande por lo menos una vez.

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  • Milo 16 septiembre, 2013

    Es que volvemos a lo mismo…lo que dice Iniesta, Sakho, N`koulou, Vermaelen, Vertonghen el más bajo mide 1.80. Y has visto a Piqué defender en los córners? le sobran los centímetros…. Bartra mide 1.83 y le faltan minutos. Aunque si es cierto que las jugadas a balón parado son también un problema que tratar, la mayoría de los goles en contra vienen como consecuencia de ganarle la espalda a los laterales, con lo que si los interiores están incorporados ofensivamente, quedan Busy, Masche y Piqué para defender.

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