
Ellos dos y Lukaku son los futbolistas del Everton que cotas más altas alcanzarán a lo largo de su carrera. (Con permiso de Baines, que podría jugar en cualquier sitio). Por lo tanto, no es de extrañar que el fútbol algo pétreo de los de azul, gane en riqueza y estimulo cuando allá por el minuto 60 los dos críos saltan al campo. Es cierto que las dos veces saltaron al césped con 0-0 y se fueron con 0-0 también, pero no es menos cierto que con ellos en el campo, el Everton mereció más que su oponente. También que se expone más atrás, y que vistos los resultados Roberto Martínez no tendría porqué modificar su plan.
Es el reto del míster. Hacer encajar a sus dos piezas más especiales. A sus dos futbolistas diferentes. No los tendrá mucho tiempo. Como aquel Zaragoza que tuvo a Cafú o a Rijkaard. A estas alturas, en el primer año de la etapa post-David Moyes, Bob está tan arriba como los más optimistas podrían pronosticar. Mucho se tendría que torcer para no disfrutar de un curso tranquilo. Buen momento para aspirar a más.
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