Falso nueve
El origen de la polémica. A Guardiola es difícil no identificarle con la reconversión de Messi, por mucho que insistiera en su momento en la contratación de Ibrahimovic o en la búsqueda de un 9 que remplazara a Eto’o antes, ni siquiera, de sentarse en el banquillo culé. En el futuro del Bayern espera Lewandowsky, pero en el hoy, ciertamente, Götze es una opción. Por el jugador y por la competencia. Si Guardiola tuviera que alinear a sus once mejores futbolistas, lo más probable es que en la lista no estuviera Mandzukic y sí Ribery, Robben o Kroos. O Schweinsteiger, Thiago y Javi Martínez. El abanico en el extremo y en los interiores asusta a cualquiera. El falso nueve con Götze, pues, es una opción que está ahí y con la que Pep jugará. No en vano, en un 4-3-3 que no tiene puesto de mediapunta, es una de las mejores opciones para sacar lo mejor del ex borusser. Juego entre líneas y muchos compañeros cerca con los que tejer sociedades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el falso nueve de Pep en Barcelona firmaba más de cincuenta goles por temporada, y esas son unas cifras que quedan muy lejos de las que puede prometer Götze. El falso nueve es falso, pero también nueve.
Extremo
Lo hemos visto ahí en varios momentos de la temporada, y en la inmediatez de la visita al Emirates sin Ribery, es probable que repita. En la derecha, con Robben en la izquierda, o en el perfil zurdo estando Müller o el holandés en la orilla contraria. Con libertad para irse hacia el interior, es otra opción posible para Mario. Tiene regate, juego en el pico, y si un lateral le desahoga de fijar la cal, no tiene que sacrificar demasiado su tendencia natural. Rafinha y Alaba serían buenos socios. Pierde recepciones y centralidad, pero a cambio estira para sus compañeros. Junta fuera y aparece dentro, y favorece el aclarado para el extremo que juegue en banda contrario. Bien para el uno contra uno si es Robben, bien para atacar el espacio y el segundo palo si el Müller.
Interior
La opción más ambiciosa. La que implica más riesgo y ajustes, pero también con la que se adivina un resultado más letal. Es la que más le gusta a un servidor: adaptar al mediapunta al triángulo en la medular. Los mecanismos del Bayern, que con el 4-3-3 es amigo de empezar retrasando al mediocentro y regalando la base al interior izquierdo, le permitían situarse en tres cuartos sin demasiados matices. Las dudas las podríamos encontrar a la hora de exigirle a Mario demasiado juego por detrás del balón. No es Iniesta. Por eso siempre vimos -o quisimos ver- en la posición de Lahm una pista. Relacionar al lateral con el mediocampo para que en un futuro se sumara a él desde su posición habitual como zaguero. Ocupar desde el lateral la posición de Götze en el interior, para que el joven mediapunta no descuidara nada subiendo un escalón. Pero a 12 de febrero Lahm sigue como jefe en la sala de máquinas y su situación parece de todo menos provisional. Pep todavía puede sorprendernos, pero el cambio de dibujo quizás tenga que ver con que con Philipp sólo compró billete de ida y no lo moverá de la medular. Al menos esta temporada.
Mediapunta en un 4-2-3-1
Ciertamente, la posición perfecta para Götze es la que tiene ahora. Mediapunta sin matices. Dos compañeros por fuera, dos por detrás y un delantero por delante. Es la ubicación en la que dio su último gran paso en Dortmund, por aquel entonces con Reus y Błaszczykowski en las alas, Bender y Gündogan a su espalda y Lewandowski en punta. Ahora con Lahm y Thiago por detrás, y Kroos, Javi Martínez y Schweinsteiger en el banco, veremos si este es finalmente el dibujo elegido por Guardiola. Pep no es muy amigo del doble pivote, ama los triángulos y con este sistema pierde control. Además, poco a poco irá recuperando efectivos en la media. Es lo mejor para Götze, pero suena extraño. Guardiola tiene tanto donde elegir…
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