
Si decimos que el Barça ha ido al día, y con 24 jornadas transcurridas ostenta el liderato, es evidente que mal no le ha ido. Al Tata se le da bien eso de dar al equipo pequeñas ventajas desde el planteamiento previo adaptándose a lo que tiene y a lo que habrá en frente partido a partido. La llegada del técnico azulgrana a Barcelona se vincula -no sin razón- a su desempeño en Newell’s, pero no hay que olvidar que antes de eso dirigió al combinado nacional de Paraguay, con el que alcanzó unos resultados muy por encima de los que cabría esperar visto el nivel del grupo. Si sucede una vez puede ser casualidad, pero si se repite hay que tenerlo en cuenta. Primero fue el Mundial de Sudáfrica, en el que alcanzó los Cuartos de Final, perdió un único partido y recibió sólo dos goles en contra, y en 2011 la Copa América, donde se coló en la Final ante Uruguay. Todo esto con un plantel en el que seguramente la figura más destacada fuera el benfiquista Cardozo.
Hoy la situación es bien distinta. En su pizarra, cuando instruya al equipo, escribirá nombres como los de Valdés, Piqué, Sergio Busquets, Iniesta o Messi. Y a demás, la mayoría llegan en el momento perfecto. Prácticamente todos los azulgranas que serán protagonistas esta noche atraviesan su mejor momento de la temporada en lo individual. Especialmente notorios son los casos de Messi e Iniesta, probablemente los dos futbolistas más importantes de la eliminatoria por el lado culé. Pero también Jordi Alba, Cesc, Xavi, Pedro o Alexis. Están finos. Desde lo colectivo también llegan buenas noticias. Como sucede esta temporada con cada derrota, el pinchazo en el Camp Nou contra el Valencia trajo consigo el abandono de una idea (el Barça del Messi más centrocampista) y la apuesta por una nueva. En este caso, casi como reverso, el equipo dio un giro hacia el control. El plan ofreció su mejor cara en Anoeta, en un partido de eliminatoria. Sobre el campo se juntaban Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc; Jordi Alba y Dani Alves controlaban las subidas; y Messi, jugando de falso nueve, encontraba recepciones cómodas sobre el perfil derecho.
Toca trasladarlo al Etihad, y a priori la mezcla encaja. Para empezar, porque el Barça no tiene otra manera para tratar de sujetar el arsenal ofensivo del City. Casi nadie la tiene. Los de Martino podrían adaptar tanto como quisieran su defensa a Silva, Navas, Negredo, Dzeko, Touré y compañía, que aún así Pellegrini llevaría las blancas. El arma del Barça esta noche pasa por el balón. Por el balón y el control. Y a eso parece que se la jugará Martino. Esconder balón, bajarle revoluciones al partido, exponerse poco a la pérdida y tratar de conquistar ventajas. En un partido igualado a desigualdades, los azulgranas deberán hacer valer las suyas.
Hay varias. Tanto tácticas como individuales. Para empezar, en salida, es de esperar que el City busque arriba a los centrales, a Busquets y a Xavi. Touré, Negredo, Dzeko y veremos si Fernandinho, tienen piernas para ello. Al Barça, pues, le pude rentar mucho salir por fuera, tanto para evitar el robo como para conquistar metros a la espalda de la presión. A los de Martino no les vendrá de nuevo, pues una de la infinidad de cosas que ha probado el equipo a lo largo de estos meses es la salida por fuera. La mala noticia es que en el perfil que hoy puede ser más productivo, el derecho, estará Dani Alves, seguramente el único culé que llega mal a la cita. En su zona parte David Silva pero una vez el balón rueda, su posición es casi la de mediapunta. Alves puede encontrar carril. Eso sí, en este punto quedará por resolver la transición defensiva. Por un lado las recepciones interiores del canario y por el otro, pero relacionado, la ocupación de la banda. ¿Quién va dentro con Silva? ¿Quién aguanta fuera?
El Manchester City, por regla general, ocupa ese sector vacío con la llegada del lateral cuando el ataque se da tiempo, o con las caídas de uno de los dos puntas cuando la jugada es más vertical. En el primer supuesto, la presumible presencia en el extremo derecho del Barça de Pedro o Alexis da tranquilidad, pero en el segundo puede haber más problemas. Si cae a banda el punta y es el central derecho -Piqué- quien le sigue, el escenario ante un posible centro lateral es realmente comprometido. Se habrá sacado del área al único azulgrana realmente poderoso por alto, que para más inri sufre cuando lo llevan cerca de la cal. Puede tener sentido un intercambio de perfiles entre Gerard y Mascherano o, directamente, la entrada de Marc Bartra. Si entra el canterano lo hará como central derecho, y será él quien acuda a banda dejando en el área a Piqué. Además Marc ya acredita en Champions minutos muy meritorios defendiendo el juego aéreo directo del rival.
Eso sin balón. Con el esférico, si el Barça se la juega al control, el epicentro será Xavi. El debate suscitado alrededor de su temporada y su papel en el proyecto es lógico y normal, pero el de Terrassa llega bien y en disposición de sumar en esta eliminatoria. Xavi es la parte por el todo del Barça ante el City: defendiendo sufrirá, pero puede disimularlo con el cuero. Junto al 4 y el 6, y siguiendo la cadena, estará el 8. Andrés Iniesta. En su mes. Ese en el que no hay manera de pararlo. El que echamos de menos ante el Bayern. Y si Martino sigue la línea apuntada, lo hará a medio camino entre el mediocampo y la delantera. Esto tiene dos lecturas positivas: la defensiva, pues como hemos visto mete a Cesc en mediocampo y refuerza al equipo en transición defensiva, y la ofensiva. Iniesta en esa posición de «extremo izquierdo», además de retener el balón, lo hace desde muy arriba, lo cual para esta noche es doblemente interesante. Primero porque permite al equipo llegar bien cerca del área, y segundo porque lo asienta ahí. El Barça puede juntarse arriba, y atacar al mismo tiempo que se genera una buena situación de partida para la recuperación.
Con el paso de los minutos y el desgaste en las piernas, es probable que lleven a Iniesta atrás. Será a él a quien lo toque aguantar al equipo cuando a Xavi se le caiga. Andrés de vuelta al interior para comandar la salida, hacer imposible el robo citizen y alargar el control. Probablemente será también el momento de Neymar, junto a Agüero el gran ausente entre los titulares. El brasileño, aunque lejos de su mejor forma, es otro de los futbolistas azulgranas que la recoge fuera y la lleva dentro.
A todo esto, no hemos nombrado a Messi, el futbolista más importante de la eliminatoria. Por ser el mejor y porque ataca la que quizá sea la principal debilidad del rival. Si además la posición de Iniesta en la banda izquierda le vacía de rivales su espacio, miel sobre hojuelas. El Manchester City concede demasiadas recepciones a la espalda de su mediocentro. Si entra Javi García por Fernandinho algo más controlará, pero a Leo no se le detiene sólo con eso. Lo normal es que Pellegrini trate de pararlo antes, más arriba, y de ahí la importancia por el lado culé del control en la salida. Si Xavi, Piqué, Alves y compañía vencen, y logran llevar el balón a la Zona Messi, al argentino se le pondrá de cara para protagonizar otra de sus grandes noches de Champions. El espacio entre les mediocentros y los centrales del City, para él son gloria. Si recibe se le habilitará el pase y la conducción. Y de no ser así, salvo Demichelis, los hombres que saldrían a su pase no son precisamente imbatibles en el regate.
En los dos últimos partidos hemos visto, además, como Leo ha caído lijeramente a banda derecha para bsucar la recepción. Recalcamos el ligeramente, porque se parece poco al Messi prácticamente interior de hace algunas semanas. Pero tampoco es el que recibe siempre en estático y de espaldas al arco. Viniendo al perfil derecho Leo puede correr, salir hacia dentro en conducción escondiendo el balón en su pie más alejado del defensa -su izquierdo-. Encarar la diagonal. El extremo derecho juega un papel importante en todo esto. Como si fuera un cuerpo extraño es el encargado de compensar todos los excesos del plan. Es quien debe proporcionar la profundidad, amenazar la espalda del contrario. Abrirse a banda al principio y cerrarse hacia los centrales después. Se jugaran el puesto Pedro Rodríguez y Alexis Sánchez. Apartarse del balón para señalarle el destino.
