
La primera de las cartas no la vimos hace tres semanas. Fue el gran ausente por el lado skyblue y casi casi de la eliminatoria en términos absolutos. El Kun Agüero hoy sí estará, y es una pesadilla para este Barça. Cerca del área, muy pocos como él. Delantero centro, ninguno. Con espacios o sin ellos, el argentino es un punta que marca diferencias. Diferencias y goles, porque es, de largo, el mejor definidor de la plantilla del City. Años atrás, el Barça lo habría defendido alejándolo del área, obligándolo a partir de medio campo en cada ataque. Cabe que recordar que una de las primeras veces -si no la primera- que Guardiola alineó junta a la pareja Márquez-Piqué fue justamente ante el Atlético del Kun Agüero. Situar los ataques propios tan arriba como fuera posible para que el partido se jugara sólo en una de las dos mitades. Si Agüero es imparable en el área, que no la pise. Sucede que este Barça no es aquel, y seguramente no sea realista pedirle un planteamiento similar. Ante el Barça de las últimas temporadas, llegar a las inmediaciones de Valdés sale más o menos barato. Ni tiene un juego con balón tan fino como para que sus rivales partan con tanta desventaja, ni tiene una transición defensiva que los frene antes de llegar a los centrales.
Al City le interesa el emparejamiento Agüero-Mascherano, pues el Jefecito, como mediocentro metido a central, sufre ante delanteros que le demandan una interpretación compleja de la demarcación. El Kun es de esos. Al Barça, pues, le favorece que quien se vea las caras con él sea un central de verdad, por lo que no es descartable que los citizens salgan con otro hombre arriba (Dzeko o Negredo), referencia en el juego directo, para que Piqué se tenga que ocupar de otras cuestiones.
Si el primer as en el manga, Pellegrini no lo tuvo en la ida, el segundo sí lo tuvo pero no pudo usarlo. Un único córner sacaron los locales y sólo unas pocas faltas laterales. De todas las situaciones que plantea la eliminatoria, en esta es en la que más ventaja posee el City. Teniendo en cuenta la debilidad por arriba de uno y el arsenal aéreo del otro, se hace difícil imaginar al Barça resistiendo sin encajar en un asedio de balones colgados. Navas y Milner van a tener minutos, dos jugadores exteriores que llevarán el balón arriba y por fuera. Jordi Alba y Dani Alves no son la personificación del temple, y ahí los ingleses pueden encontrar la oportunidad para mandar al remate en el área a Kompany, Nastasic, Negredo o Touré.
Agüero y la estratégia, dos ventajas gracias a las cuales Pellegrini puede soñar con la remontada sin imaginar ningún imposible. A priori el Barça no tiene respuesta para ellas. Tendrá que hacer valer las suyas.
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