
De aquel equipo ya queda poco, pero sigue teniendo a Messi. Ancelotti lo enfrentó la pasada temporada, sentado en el banquillo del París Saint Germain. Leo abandonó el partido de ida al descanso por culpa de unos problemas musculares y, todavía lesionado, tuvo que resolver la vuelta jugando los últimos 30 minutos de partido con las facultades muy mermadas. En ninguno de los dos partidos Carlo se enfrentó al Messi de verdad. Tampoco lo hizo esta temporada en la primera vuelta, con un Leo de recaída en recaída. En el Benito Villamarín, pocas semanas después del Barça-Madrid, el 10 volvía a caer y todas las partes decidieron que lo mejor era parar. Recuperarse a consciencia para volver en plena forma. Desde su regreso, Messi no ha vuelto a sufrir dolencias físicas, y cuando ha tenido la oportunidad, ha podido demostrar que físicamente está en uno de los mejores puntos de las últimas temporadas. Con los matices que a día de hoy tiene su fútbol -se mueve menos- pero sin limitaciones a nivel físico.
Este es el Messi que a finales de marzo saltó al Bernabéu y que Carlo Ancelotti no esperaba. El italiano desplegó a su equipo sin tomar ninguna precaución, La Pulga encontró los espacios que nadie más le concede y se situó por encima del partido para regalar a su equipo los tres puntos. Carlo ya sabe quien es Messi y difícilmente reincidirá en el error. Es de esperar que en esta final le juegue al Barça como le juegan todos, sabiendo que los culés, pase lo que pase, siempre parten con una ventaja: son los únicos que tienen a Leo Messi de su lado. Pepe y Sergio Ramos tendrán que vigilarle distinto. Por resolver todavía el esquema culé, los hombres del Madrid más próximos a la zona Messi deberían ser Coentrao, Xabi Alonso, los dos centrales y Di María. Defendiendo en campo própio, la posición del argentino es golosa, y Martino ya lo explotó en Liga, juntando aquel día cerca del Fideo a Xavi, Alves, Neymar, Messi y Cesc.
Hoy, sin embargo, no es seguro que el interior izquierdo merengue vaya a ser el argentino. Dependerá de a quien elige Ancelotti para tomar el relevo de Cristiano Ronaldo. Si a un Di María que ya ha demostrado en numerosas ocasiones ante el Barça lo peligroso que puede ser progresando junto a la cal, o a un Isco que recibiendo a espaldas de Xavi sería más pausa que contraataque y una amenaza de las que castigan mucho a Busquets cuando aparecen por el centro.
En Liga, con Neymar en la derecha, Iniesta en la izquierda y Cesc enfocado a la marca de Xabi Alonso, los azulgranas insistieron por el perfil diestro pero aprovecharon poco la que seguramente sea la principal debilidad individual del Real Madrid. Iniesta, siempre con tendencia hacia dentro, incluso a la demarcación de interior, pese a partir en la teórica posición del extremo izquierdo y firmar un partido maravilloso que de repetirse hoy sería un activo a favor de su equipo como pocos habrá en la final, apenas atacó de manera directa la zona de Carvajal. Como es probable que Martino insista con Cesc para tapar a Alonso, de mediocampo para arriba difícilmente cambiarán los nombres, de modo que lo más parecido a un extremo que puede enfrentar el Barça al lateral derecho merengue es Neymar. El brasileño ya le sacó un gol en la primera vuelta, y llega al partido en un buen momento, liderando y asumiendo protagonismo. No será fácil reorganizar al resto, pues lo más coherente sería la misma disposición que en la vuelta de Champions ante el Atlético, de infausto recuerdo para los culés.
En el segundo clásico de Liga, el técnico del Madrid aprendió más cosas. Como que el Barça sufre un centro lateral que busque la zona de Mascherano, casi como un penalty. En el Bernabéu los blancos necesitaron muy poco para lograr dos goles así, con Di María profundizando por fuera y Benzema abusando del Jefecito. Lo cierto es que ahora el argentino necesita muy poco para sufrir mucho. A estas horas no es segura la participación de Gerard Piqué, y Cristiano Ronaldo está descartado. Carlo sabe, porque lo ha aprendido, que si por defender mejor a Messi tiene que renunciar a soluciones arriba, siempre tendrá la opción de abrir a los hombres de banda y buscar el envío aéreo al corazón del área. Con Di María en la izquierda y Bale en la derecha como en Liga, o potenciando la variante cambiando a los dos de lado.
La baja de Jesé, y no digamos la de Ronaldo, son duras para Ancelotti, pero de repente Morata ha aumentado su valor. El canterano y su 1,90 le da al Madrid una mejor referencia por arriba, una alternativa perfecta para jugar a centros y remates. Además, si el partido se tuerce y toca cambiar algo, con él el técnico tendrá el recurso de jugarle con dos puntas al Barça, tal como hizo en Liga pasando a Ronaldo al centro para darle la vuelta al dominio inicial de los azulgranas. Morata en el banquillo contra el Barça, no es lo mismo que ante cualquier otro. Ancelotti lo sabe, lo ha aprendido.
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