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FCB 2014-15 | Deulofeu y Rafinha

No se empieza nada sin ilusión. El Barça, que debe arrancar un proyecto nuevo, necesita airear dinámicas, nuevas energías y el entusiasmo del que a cada paso avanza. El descaro de estrenar un dorsal más bajo que 25. Contagiarse, sorprenderse, aprender. El ímpetu de quien por fín tiene una oportunidad. En definitiva, el Barça necesitará buenas noticias, y Deulofeu y Rafinha lo son. Cedidos respectivamente a Everton y Celta de Vigo, los dos han crecido esta temporada, y de los dos, el que podía dejar alguna duda hace un año, es el que ha crecido más. Las cesiones de canteranos culés siempre tienen un punto de moneda al aire, no sólo por lo que puedan jugar o por si el estilo que se les ha inoculado les permitirá brillar también fuera, sino porque ser futbolista del Barça es algo distinto a serlo de cualquier otro equipo. Existe el riesgo de que lo aprendido fuera no sirva al volver. Aún así, el tutelaje de Roberto Martínez y, sobretodo, de Luis Enrique, son apuestas con bastante menos riesgo.

Más allá del tema de higienizar el vestuario y las sesiones de entrenamiento, la vuelta de los dos canteranos tiene sentido también desde el plano estrictamente futbolístico. Deulofeu, por ejemplo, con sólo poner un pie en la Ciutat Esportiva, ya será el delantero azulgrana con mayor amenaza exterior en un equipo cuyo juego tiende al centro. Su capacidad de estirar defensas hacia el banderín de córner, para fijar marcadores sobre la cal, para ganar línea de fondo, resulta un recurso muy a tener en cuenta en plantilla. El que se buscó con Alexis y por H o por B no ha terminado de ofrecer. Si la llegada de un nueve implicara el traspaso del chileno, el retorno de Gerard compensaría la salida. Una vez de vuelta en Barcelona, a Deulofeu, como a todos, le tocará pelear los minutos. No debe haber prisa. De entrada, como hombre revulsivo, va a ser uno de los elementos más útiles que su entrenador podrá sacar desde el banquillo. Desequilibrio, velocidad, cambio de ritmo y gol. Lo que ha sido Jesé para Ancelotti. Ya con la temporada en marcha, el objetivo de Gerard debe ser el estatus de Pedro. Lo que venga de más, bienvenido sea.

También tiene sentido la vuelta de Rafinha. Como ya hemos dicho, de los dos es el que más ha crecido fuera de casa, y ya se ha mostrado capaz de ser un jugador decisivo en la Liga española. Alternando mediocampo y delantera puede amasar un buen número de minutos. Interior, extremo derecho y falso nueve. Seguramente todavía se quede algo corto para el mediocampo de un equipo como el Barça -aunque en el futuro deberá volver a él-, a no ser que el equipo transite más de lo que esperamos, de modo que de momento la posición que mejor le puede venir y desde la cual más puede sumar el equipo, es la de delantero. En la que finalmente se ha afianzado en el Celta de Luis Enrique. Abierto a una banda, encuentra la plataforma perfecta para recibir e irse hacia dentro, habilitar su calidad y visión en el pase con la zurda, y relacionarse con sus compañeros. Así es un futbolista que organiza desde el extremo, que planta al equipo arriba y que manda en la frontal. Aspectos, sobretodo los dos primeros, que el conjunto azulgrana ha echado de menos esta temporada. Tiene mucho que mejorar todavía, pero lo que le queda por aprender, mejor que lo aprenda en el Barça. Por si acaso.

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