
En Brasil, la Francia de Deschamps ha presentado dos mise en place según la ocasión. Siempre a partir de un 4-3-3 de superlativo poderío físico, en el extremo derecho el seleccionador ha alternado entre la presencia del siempre inspirado con el combinado nacional Valbuena y la de un cuarto centrocampista decantado al sector derecho. Para Mohamed Sissoko la ubicación no es nueva, pues ya en el Newcastle de los franceses ha actuado ahí. Un extra de físico, potencia y llegada a un equipo al que quizá no le haga falta pero que sabe cómo sacarle provecho. De entrada, es una ayuda sobre el perfil de Pogba que contribuye a liberar al centrocampista de la Juventus, quien es más feliz cerca del área que del círculo central. Ya en Turín, los interiores llevan interiorizado el movimiento dentro-fuera para darle amplitud a un equipo sin más hombres de banda que los laterales, por lo que, en este caso, Deschamps tiene cómo compensar los teóricos problemas en ataque estático de Sissoko jugando tan arriba.
Pero la cuestión grande, en Francia, está en Benzema. El primer impulso de Deschamps tras confirmarse la ausencia de Ribery fue abrirlo a la izquierda. Recuperar aspectos de su juego en el Lyon, pedirle a él el juego, darle la frontal, y fijarle a los centrales con Giroud. Sin embargo, el punta del Arsenal no es mucho más profundo que Karim, por lo que, pese a la profundidad que le ofrecen sus fibrosos centrocampistas, el combinado galo agradece notablemente los minutos del realista Griezmann. En cuanto a la pareja, con Antoine se reproduce una conexión con cierto parecido a la que en Madrid forma Benzema con Cristiano, con la diferencia de que ahora el hombre fuerte del binomio es el nueve. Griezmann es profundo, busca el espacio y con el fuera-dentro compensa el gusto de Karim por recibirla fuera del área. Bien sujetando con el delantero de la Real Sociedad bien con Giroud, recibiendo ahí, Benzema es uno de los puntas con más capacidad para poner el pase, y con la capacidad para llegar desde atrás que atesora esta selección francesa en las piernas de Pogba, Matuidi, Griezmann, Sissoko o Valbuena, al delantero del Madrid se le multiplican las opciones. Deschamps no tiene tantas, pero sí un par, y ambas parecen buenas.
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