Tras ganar un histórico triplete la temporada anterior, el curso 09-10 empezaba con tres nuevos fichajes a las órdenes de Pep Guardiola en el Barça. Un lateral izquierdo ofensivo (Maxwell), un delantero centro alto (Ibrahimovic) y un central izquierdo -que no zurdo- para sumar sacando el balón desde atrás (Chygrynskiy). Con la llegada de Reina ya son cuatro los fichajes que hasta la fecha ha completado el Bayern en el segundo verano con Pep al frente del banquillo alemán, entre ellos,un lateral izquierdo ofensivo (Bernat) y un delantero centro alto (Lewandowski). ¿Y el central izquierdo? Pues parece que será David Alaba.
Si el verano pasado Pep nos sorprendió con el uso que le daba al mejor lateral derecho del mundo, incrustándolo en mediocampo como interior o mediocentro, éste parece que el foco lo ha puesto en el -creíamos- lateral izquierdo del equipo. De momento, en pretemporada, el austríaco ha venido actuando a la izquierda en una línea de tres centrales, y en varios de los partidos de preparación, en un rol de lo más peculiar: Cuando el rival ataca, central izquierdo en una línea de cuatro que en muchos momentos puede llegar a ser de cinco, mientras que cuando el balón es para los de Baviera, en salida se sitúa en la parte izquierda de una salida de tres y, a medida que la jugada avanza, adelanta su posición para incrustarse en un mediocampo que tiene a los carrileros para fijar por fuera y a tres hombres para jugar por dentro, siendo David uno de ellos.
No es la primera vez que Guardiola trata de implicar, de un modo u otro, a Alaba en la gestión de la pelota. Ya la pasada temporada, durante algunos tramos, el de Santpedor optó por cerrar al lateral mientras Kroos -interior izquierdo- asumía la base cuando el mediocentro -Lahm o Schweinsteiger- retrasaban su posición para ubicarse entre los centrales. Este curso, sin Kroos, el movimiento cobra, si cabe, más sentido. Y es que el gran problema que se encontró Guardiola en su primer año en Múnich es que su centro del campo no está listo todavía para jugar a lo que el técnico quiere. Kroos respondió, aunque en las grandes citas le faltó algo y Lahm fue el hallazgo, mientras Thiago -lesionado- y Götze -todavía sin ubicación clara- están por encajar. Alaba, por su parte, toca rápido, la saca en conducción y, sobre todo, es ágil en el desplazamiento y el giro. Fluye con y sin la pelota, mientras en transición defensiva, tener sus piernas y sus pulmones cerca de una posible pérdida, sería una gran ayuda para un Bayern que fuera de la Bundesliga sufrió en esta fase del juego.
Cierto que Dante y Boateng se han incorporado más tarde al disfrutar de más vacaciones tras el Mundial, pero ya pensamos algo parecido el verano pasado cuando sin Götze, Thiago, Javi Martínez o Schweinsteiger, Guardiola rellenó el agujero con Lahm, y la cosa terminó como terminó. Además, no es la primera vez que intenta algo parecido. Un falso central que es zaguero cuando toca defender y centrocampista cuando el equipo recupera el balón.
La última temporada de Guardiola en Barcelona fue la de la alternancia entre el 4-3-3 y el 3-4-3. La plantilla estaba hecha para lo primero, pero la fórmula mostraba algún signo de agotamiento y la defensa de tres solucionaba alguno de sus problemas. Abría el campo con dos hombres y permitía la presencia de un cuarto futbolista en mediocampo, por ejemplo. En contra, si el equipo no imponía su juego y el rival podía atacar con ventaja, formar con sólo tres atrás restaba opciones para sobrevivir en contextos de inferioridad. Ante eso, Guardiola quiso encontrar en Busquets la llave para jugar, al mismo tiempo, tanto en 3-4-3 como en 4-3-3. Sergio tendría doble rol. Con el cuero en poder del Barça, su lugar sería el habitual en mediocampo, pero sin él, para recomponer la línea de cuatro atrás, bajaría hasta la defensa para hacer pareja con Gerard Piqué. Este rol de medio-central lo desempeñó en varias ocasiones, pero sin duda la vez que más exitoso resultó el mecanismo fue en el Bernabéu. Pese a saltar al campo con Alves, Puyol, Piqué y Abidal, y formar con ellos una línea de cuatro atrás durante los primeros compases, pronto el Barça modificaría su esquema y se organizaría según un 3-4-3 en el que Alexis jugaba en punta por delante de Messi, Alves e Iniesta en las bandas y detrás cerraban Puyol, Piqué y Abidal. Busquets, situado de inicio en mediocampo entre Xavi y Cesc, variaba su demarcación según en posesión de quién estuviese el esférico.
Artículos relacionados:
- Las posibilidades de David Alaba
- Alaba ensaya como central (Sergio Santomé en MarcadorInt)
- Sin Toni Kroos (Abel Rojas en Ecos del Balón)

