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Volver a empezar

Entrenar a un filial, es casi inventarse un equipo nuevo cada temporada. Entre los jugadores que destacan y el club decide ascender, los que continúan su progresión en un entorno de mayor exigencia, y los que, se estima, no llegarán o ya han cumplido su ciclo y abandonan la plantilla, verano tras verano al entrenador del Barça B le toca construir una estructura nueva. El reverso negativo de contar con el grupo de futbolistas más talentoso de toda la categoría, es tener que aceptar perder a tus hombres clave cada curso. Así Eusebio, los dos últimos veranos, ha visto como abandonaban el filial los dos jugadores al rededor de los cuales se levantaba el discurso con balón del filial: Deulofeu el anterior verano y Denis Suárez el actual.

El Barça B del año pasado era un conjunto que en campo rival edificaba su juego con el cuero a partir de la posición de Denis en banda izquierda, y que llegaba a él gracias a un Sergi Samper que primero ofrecía una salida pulcra y después, ya asentado el equipo en la mitad contraria, la continuidad del pase atrás. El sábado en Pamplona faltaron ambos, y a un Barça B rebosante de talento, le faltó plan.

Osasuna, dirigida por Jan Urban, ahogó a los culés en salida sin que el triángulo de africanos que componían Edgar Ié, Bagnack y Diagné, pudiera evitarlo. Como tampoco Patric y Lucas desde las bandas ofrecían de manera sostenida una solución, serían los interiores los encargados de socorrer una fase tan temprana del juego. En este sentido, en su debut con el filial, Kaptoum apareció poco pese a que su presencia en el once tenía todo el sentido. El Barça B de la temporada pasada, en mediocampo juntaba a Samper con dos mediapuntas -Edu Bedia y Espinosa- siendo el mediocentro quien ejercía de cerebro, y como el balón residía en el vértice inferior del triángulo, el equipo no se partía -o lo hacía menos-. Diagné, sin embargo, es un pivote muy distinto a Sergi, no es quién vertabra, y como queda un paso por detrás de la jugada, el espacio entre él y los dos mediapuntas se estira. Lo vimos en el amistoso de preparación ante el Llagostera, y en el Sadar Eusebio trató de ponerle remedio introduciendo a Kaptoum para que el camerunés fuera un peldaño intermedio entre el mediocentro -Diagné- y el mediapunta -Halilovic-. El escenario era complicado para el todavía juvenil, y no pudo influir de forma constante en el partido.

Así pues, el recurso más asentado a lo largo del primer tiempo para cruzar la divisoria fue la conducción de un Halilovic que apenas pudo recibir cómodo en campo rival, pero las diagonales del cuál permitieron a Joan Román generar el único marco de ventaja para el filial. El catalán, en banda izquierda, valiéndose de su superioridad en el uno contra uno ante Echaide, dio metros y tiempo al cuadro culé.

El segundo tiempo se inició con la esperada entrada de Grimaldo y la sorpresa a propósito de la posición que ocupó. El sector izquierdo de la defensa del Barça B, con Lucas, Bagnack y Kaptoum, había supuesto una fuente constante de peligro que y Ortolá se encargaron de que sólo se tradujera en un gol en contra, pero de forma inesperada, el prometedor lateral valenciano se colocó en el extremo derecho. Y la jugada a Eusebio le salió bien. Grimaldo, zurdo situado a pierna cambiada, empezó a recibir por dentro a espaldas de la presión rojilla, en el espacio que por abajo estiraban los movimientos de Halilovic aproximándose a la salida y por arriba un Dongou más fijo como referencia en la segunda mitad. Teniendo en cuenta que durante la primera parte el encargado de ocupar esta posición había sido Bicho, también zurdo a pierna cambiada, podemos imaginar que el plan inicial, aunque no saliera, no era muy diferente. Grimaldo, eso sí, es más profundo e incisivo, por lo que entre una cosa y otra, fue clave para que el filial pudiera jugar más cómodo en campo de Osasuna tras el descanso.

No lo suficiente como para superar a Riesgo ni para sobreponerse a otro error individual de Bagnack, que queriendo dejar el balón para Ié se lo entregó a Nino para que el veterano delantero almeriense firmara su segundo gol de la tarde y asegurara los tres puntos para Osasuna. Buena imagen de los navarros en su estreno en Segunda, y la constatación de que al Barça B le toca empezar de nuevo. Ningún otro entrenador de la categoría tendrá semejante materia prima para hacerlo.

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