
A punto de salir en verano y tras optar por permanecer en el equipo casi en el último momento, su función en el nuevo Barça, al menos de inicio, parece relegada a un plano secundario. Rakitic y Andrés Iniesta han empezado la temporada como titulares, y en las dos jornadas de Liga disputadas hasta ahora, Luis Enrique ha mandado, con sus decisiones, un mensaje claro a propósito del rol de 6. En el estreno, ante el Elche, no jugó ni un minuto, y más allá de esto, fue revelador que Sergi Roberto fuese siempre la primera opción para reemplazar a los interiores. Lo fue en el minuto 78 cuando entró sustituyendo a Iniesta, pero también fue Sergi el hombre que salió a calentar cuando en el primer tiempo Rakitic pareció sufrir algún problema físico que al final quedó en nada. Para el segundo encuentro de la temporada, en el Madrigal, el de Terrassa sí jugó el último cuarto de hora, pero otra vez la primera opción en la media para ocupar el lugar de un Iniesta lesionado en la previa, fue otro. En este caso Rafinha.
El paso a un lado de Xavi, como casi todo, implica consecuencias positivas y otras negativas. Las segundas, atendiendo a los movimientos del club catalán en verano, sieguen planteando algunas dudas, como quién gestionará el primer pase, cuál será el mecanismo de salida alternativo sobre el que se apoye el juego culé, o quién dirigirá la posesión en ausencia del nuevo capitán. En lo que respecta al inicio de la jugada, la visita del Athletic de Valverde será una buena piedra de toque pues, aunque las dimensiones del Camp Nou en este caso sean un aliado, el de los leones es un equipo que gusta de presionar arriba y lo hace con decisión, ímpetu y corrección. Busquets no es o no parece ser ese mediocentro que vaya a resolver estas dudas al menos tan temprano, de modo que el sábado para salir, es de esperar que Luis Enrique se apoye mucho bien en Piqué, bien en sus interiores.
A propósito de los últimos, la pareja Rakitic-Iniesta mantiene la duda sobre al rededor de quién gravitará la posesión azulgrana y quién será el hombre fuerte de la medular. Dos conceptos que muy a menudo tendemos a agrupar pero que no tienen porqué ir juntos. Xavi reunía ambas, pero no lo hizo siempre. En el ciclo anterior, el de Rijkaard, el de Terrassa fue director, pero el centrocampista dominante, el imprescindible para el juego que pretendía desarrollar el equipo, el que definía el carácter futbolístico del colectivo, fue Deco. De ahí que aquel conjunto pudiera levantar la segunda Champions de la historia del club sobreponiéndose a una importante lesión que obligó a Xavi a perderse gran parte de la temporada. El Barça de Luis Enrique, tendrá un nuevo líder en mediocampo y un nuevo director. Y puede -es muy probable- que los dos papeles no los tenga el mismo jugador. Iniesta oposita a lo primero, un rol que sólo tuvo durante los primeros pasos con Pep. Para lo segundo no está clara la alternativa. La plantilla no tiene otro Xavi. Ni siquiera uno peor.
