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Paréntesis de Champions

635465857438751306La Champions trajo un paréntesis a la Liga, y el paréntesis se contagió la juego. Tuvo muy poco que ver el estreno europeo del Barça de Luis Enrique con lo que ha venido mostrando el equipo en estos compases iniciales de temporada. El escenario, cierto, era distinto, tanto por planteamiento a enfrentar –el APOEL cerró más su campo de lo que lo vienen haciendo los rivales del Barça en el campeonato doméstico- como por las numerosas novedades que presentaba el once azulgrana, pero aun así, se esperaba reencontrar algunas de las constantes mostradas por el nuevo proyecto hasta al fecha. En parte por lo estimulante del equipo titular presentado. Pero no fue el caso. El Barça no abrió al rival, no jugó rápido ni tuvo acierto en el gesto técnico, y para colmo, la reencontrada seguridad en transición defensiva tampoco se presentó a la cita. Por suerte en frente estaba un rival tan digno como modesto, por suerte se consiguieron los tres puntos y, por suerte también, el partido siguió tan poco la línea ofrecida, que lo normal es considerarlo un hecho puntual.

No todo fue malo en el Camp Nou por el lado local, y en cada línea del equipo, un hombre dejó buenas noticas. Yendo de adelanta hacia atrás, el primer tiempo de Neymar fue muy positivo. Más teniendo en cuenta el poco acierto de Messi ayer, el brasileño en su primera titularidad del curso, fue quien más activo y atinado se mostró en ataque. Leyó bien la situación a enfrentar, y alternó balón al pie y al espacio, juego interior y de banda, en un día que ni Sergi Roberto acompañó en lo técnico ni Adriano en lo posicional. El canterano se juntó, pero a menos espacios no tiene la destreza técnica de otros productos de La Masia, y el brasileño tardó todo el primer tiempo en encontrar una posición en ataque que le diera réditos al equipo.

La noticia en la medular fue el debut de Sergi Samper, una de las más firmes esperanzas de la cantera azulgrana. Es el prototipo de mediocentro perfecto para este Barça de Luis Enrique, pero como el de ayer, de Lucho tuvo poco, no se puede decir que Sergi se luciera. Mostró, eso sí, su juego fácil, su criterio, un punto de agresividad en el pase que no era fácil esperar en su estreno y una mejora en labores defensivas que se va apuntando desde hace meses. Aún así no se lo pusieron fácil. De menos a más, en el primer tiempo compartió línea con Xavi y entre ambos nació alguna discordancia. Son dos directores y en la pasada noche de Champions la batuta le correspondía al capitán. Además el 6 buscó zona de confort atrás, cerca de la base, con lo que territorialmente el encaje no fue perfecto. Ya en el segundo tiempo, probablemente por orden de Luis Enrique, Xavi adelantó dos pasos su posición para pasar a influir más en la frontal, despejando la zona a un Samper que ganó brillo.

Posición de Xavi durante el primer tiempo (arriba) y en el segundo (abajo).

El de Terrassa, que para jugar de inicio en este Barça de Luis Enrique parece tener un ritmo demasiado lento, dada su influencia, puede ser una de las causas del poco parecido entre el equipo de los fines de semana y el de ayer. Tampoco a nivel defensivo es lo mismo, y de hecho vimos en muchos momentos como la cobertura a Dani Alves recaía en el mediocentro y no en el interior; lo opuesto a lo que hasta ahora se ha desarrollado en Liga. No fue el único factor. En ataque se generaron pocas ventajas previas y atrás, la organización dejó que desear, con un Piqué que en principio enfrentaba un duelo agradecido con el irlandés Sheridan, pero que tuvo que tirar de recursos de bombero para apagar los fuegos que encendían sus compañeros de línea. Sobre todo a partir de la entrada al terreno de juego de Manduca, que adoptó un comportamiento cercano al de un segunda punta, la defensa sufrió como antaño, con un Marc Bartra especialmente desatinado.

Como no hay mal que por bien no venga, y más ahora que sabemos que al final del partido la balanza fue culé, el descontrol general y desacierto particular, nos permitieron ver a un ter Stegen seguro en su debut en el Camp Nou. Atento y concentrado para jugar con el pie o salir fuera del área, el final del partido también testó sus maneras bajo palos, y el alemán respondió. Ter Stegen, Piqué, Samper y Neymar, las cuatro notas más positivas de una noche que, por lo demás, poco tuvo de salvable.

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