
Sin ascensor ni vacíos, el tercero de la primera plantilla y los dos suplentes del filial son los que salen peor parados, corriendo serio riesgo de terminar el año en blanco. Adrián Ortolá, que llegó a la disciplina azulgrana la temporada pasada, se exponía a ello, pero por suerte para el meta alicantino, el cuadro de Luis Enrique ha renovado sus tres plazas de portero este verano, una de las cuales ha ido para Jordi Masip, el titular del curso pasado en el Barça B. Despejado el fantasma del ostracismo, Ortolá ha iniciado la temporada como claro dueño del candado en el equipo que dirige Eusebio Sacristán, y pese a la alargada sombra que proyecta el travesaño culé y la memoria de Masip, ha sido una de las noticias más positivas del arranque.
Adrián Ortolá Vañó
Fecha y lugar de nacimiento: 20/08/1993, Xàbia.
Altura: 1,87 m
Peso: 75 kg
Dorsal: 13
Demarcación: Portero
Adrián Ortolá, con tan sólo 21 años, es junto a Patric, Joan Román y Juste uno de los veteranos en una plantilla de adolescentes. Su edad, experiencia internacional en categorías inferiores y ascendencia en el vestuario, le ha valido para ser nombrado uno de los capitanes del equipo, y para asumir sin sobresaltos la tarea de proteger la portería de un conjunto que pone más empeño en amenazar la ajena que en custodiar la propia. Las decisiones en el Barça B, se entiende, tienen como fin el juego de ataque, lo que ocurre con balón y a poder ser en campo rival. Esta tranquilidad con la que Ortolá ha entrado en el once y a la que a buen seguro contribuyen los 7 partido que pudo disputar el curso anterior por lesión del titular, es una de los rasgos más evidentes de su juego bajo palos.
Es difícil, por ejemplo, encontrar a un guardameta más frío con el esférico en los pies. Involucrado en la salida y con las referencias claras a la hora de realizar el envío, no da la impresión de acelerarse por cerca que tenga al delantero rival. Apura el momento del pase y pocas veces trata de sortearlo, pero con el adversario encima sus servicios no suelen perder precisión. Quizá más que en el gesto técnico o en el acierto de la elección, sea en esta tranquilidad en la que más ventajas encuentre a la hora de ejecutar este tipo de acciones, pues obliga a salir tanto al contrario que termina por desorganizarle y descubre otras zonas. Sin embargo no hay que confundirse, sus pases son de apoyo o inicio, no de creación.
Siendo un portero tan involucrado y participativo en la gestión de la pelota, uno esperaría un guardameta que reposase fuera del área cuando el juego transcurre lejos de su posición, pero no es el caso. Ortolá no vive bajo el larguero y de hecho es rápido y atento saliendo cuando el rival mete un balón a la espalda de su defensa, pero tiende a protegerse cerca del área pequeña. Es la zona que más y mejor domina, ahora que todavía suele dar un paso hacia atrás cuando el atacante se prepara para probar fortuna. En su fortín, su figura se agranda gracias a una colocación más que correcta con la que reducir el ángulo al delantero. Además, su altura y extremidades largas le permiten llegar a las cuatro esquinas, algo que combinado con sus grandes reflejos y reacción briosa, lo convierten en un arquero más efectivo que la media en la distancia corta y protagonista de más de una parada milagrosa en acciones que parecía que sólo podían terminar en gol. Penaltis incluidos. Algo irregular todavía en el blocaje, de un tiempo a esta parte ha crecido notablemente en el despeje, que suele dirigir con acierto hacia las zonas menos comprometidas.
Seguramente su principal campo de mejora, junto a ese paso hacia atrás de más que da en algunas ocasiones, se localice en las salidas por arriba ante los balones colgados desde la esquina. Algo timorato y reacio al choque, es de esperar que a medida que gane cuerpo se imponga con más jerarquía en unas acciones a balón parado que el filial se muestra muy débil defendiendo. Lo normal, hoy por hoy, es que el centro vaya para uno de los rivales, e incluso que pueda contactar más de una vez dentro del área con la pelota antes de que portero o defensa acierten a alejar el peligro. De momento, si nada se tuerce, tendrá hasta junio para resolver. Después se verá.
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