
La medular la compartió con Iniesta, cosa que ya ha hecho en varias ocasiones desde que está en Barcelona, y con Sergi Samper. El mediocentro sí era nuevo, y además diferente. Sergi es un cuatro, un organizador. Rol, este segundo, que en un principio se intuyó del croata pero que rápidamente quedó evidenciado que, tal como se mostró en Sevilla, no es el jugador para llevarlo a cabo. Con el cuero reposando en el mediocentro y la responsabilidad de ordenar el juego delegada, el rol del interior cambia, y en este caso, le permite jugar prácticamente siempre por delante de la línea del balón. Ser jugador de tres cuartos y no director de la circulación. En este sentido chocó ver cómo Iniesta seguía jugando como si el mediocentro fuera Busquets, bajando a la base y solapándose, en ocasiones, con Samper. Los dos interiores que alineó ayer Luis Enrique, los dos que parecían los titulares para el asturiano a principio de temporada, son mediapuntas. Como lo eran el año pasado en el filial Edu Bedia y Espinosa, los futbolistas que formaban junto a Sergi Samper la línea de medios en el equipo de Eusebio.
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