
Con el balón en juego y una vez los muniqueses superaban la divisoria y montaban el campamento en la mitad ucraniana, sin embargo, el esquema tomaba alguna particularidad, como la ubicación cerrada de Rafinha que posicionalmente actuaba como interior derecho de facto, y la consecuente libertad de Mario Götze para moverse por todo el frente de ataque. El ex-borusser, un Müller también muy móvil y Frank Ribery, que con tendencia a irse por dentro era compensado en banda por las apariciones de Bastian o Bernat, debían ser los encargados de agitar entre líneas y así aprovechar la ausencia del mediocentro titular del rival, de encontrar la jugada decisiva que durante los noventa minutos no se dio. De hecho, el futbolista visitante más acertado, profundo y concreto volvió a ser Arjen Robben, en las botas del cual el esférico dio más sensación de peligro que en las de cualquiera de sus compañeros. Tampoco el Shakhtar intimidó en exceso, toda vez Boateng y la anticipación de Alaba supieron hacer frente al juego directo hacia Luiz Adriano. Más problemas generó Alex Teixeira en la mediapunta, sacando a su equipo, atacando a un Xabi Alonso sin apoyo y encontrando a Taison en la izquierda para alargar los momentos con balón de su equipo.
Sin embargo, los intentos que más cerca del área situaban a los pupilos de Mircea Lucescu, nacían de imprecisiones del Bayern con el balón. Tras dos de esas pérdidas -la primera de Bernat y la segunda de Schweinsteiger- vio sendas amarillas Xabi Alonso, dejando al Bayern con un hombre menos y a Guardiola sin la posibilidad de arriesgar en los minutos finales con Lewandowski. El polaco entró más tarde pero para oxigenar una punta de ataque que jugaría en solitario, ya que tras la expulsión el técnico catalán recompuso a su equipo sustituyendo a Müller por Badstuber, con lo que el central ocupó el lugar de Alaba y el austríaco pasó a formar por delante de la defensa a la izquierda de Schweinsteiger. Al igual que hasta entonces, el partido transcurrió con un Bayern poseedor del balón en su mayoría sin crear ni recibir peligro, y finalizó con un empate a cero que ambos técnicos parecieron dar por bueno. El pase a cuartos, aunque sin Xabi Alonso, se decidirá en el Allianz, en un partido de vuelta al que el Shakhtar habrá llegado vivo y con la posibilidad de apoyarse en el valor doble de los goles fuera de casa.
