Ante el próximo rival del Barça en Liga, hace exactamente una vuelta Neymar Jr. estrenó su cuenta anotadora de la temporada. A pases de Messi vio puerta por partida doble, y desde entonces son ya 22 los goles del brasileño en las tres competiciones que disputa su equipo (15 en Liga, 3 en Champions y 4 en Copa del Rey), superando así, ya a estas alturas, sus cifras al término del pasado curso. La mayoría de esos goles pueden clasificarse a partir de dos grandes grupos. El primero, y más fecundo durante los primeros meses de competición en que Neymar ocupó una posición sobre el campo bastante más centrada de lo que lo viene haciendo en lo que llevamos de 2015, es el de la amenaza en ruptura, un aspecto de su juego que el brasileño ha mejorado en comparación a su primera campaña en Barcelona. Situado cerca del punta y con Leo Messi por detrás suyo, la conexión entre la bota izquierda del argentino y la profundidad de Ney al espacio, ha firmado cuatro de los cinco tantos que el dorsal 11 del Barça ha conseguido de esta forma (ante Athletic, Levante y Elche -2-). El quinto, frente al Rayo en Vallecas, se lo sirvió Munir.
Resulta significativo como, a partir de la derrota en Anoeta que acarreó el cambio de dibujo dispuesto por Luis Enrique, los únicos dos tantos logrado por Neymar de este modo en ataque posicional, coinciden con la visita del cuadro azulgrana al Martínez Valero de Elche, justo el día en que, entre la ida y la vuelta de la eliminatoria de Copa frente al Atlético, el nuevo plan culé se tomó un respiro. El resto de ocasiones en que Neymar ha visto puerta desde el tropiezo del Barça ante la Real, ya sea lanzado en transición (vs. Atlético de Madrid) o atacando en posicional (vs. Elche en Copa del Rey), corresponden al segundo gran grupo en el que clasificar sus tantos: el asalto del costado débil. El conjunto catalán, y más desde que abre a Messi a la banda y lo conecta con Dani Alves en el mecanismo de salida, es un equipo cuyo juego se inicia en el sector derecho con la recepción de Leo, su capacidad para atraer rivales desde la amenaza del regate y su habilidad para, a lo Ronaldinho, activar con el pase zonas más despobladas.
Es el caso de la banda izquierda, donde bien Jordi Alba, quien ha suplido en profundidad los desmarques que dibujaba Neymar cuando partía de una posición más centrada, bien el mismo brasileño, se benefician de la basculación a la que previamente ha sometido el 10 del Barça a su rival. Tanto directamente recibiendo en el área, como de forma más indirecta aprovechando los espacios surgidos en la frontal para alargar la jugada, Neymar he evidenciado un notabilísimo salto hacia adelante respecto al curso pasado. Su adaptación total al fútbol europeo va tomando forma, y uno de los aspectos donde más se nota es en la continuidad que Ney da al juego tras recibir la pelota. Cuando ésta le llega, ya no se frena, otea y arranca la jugada siguiente, sino que une ambas con mayor fluidez. Neymar no espera, y gracias a eso saca más partido que nadie del costado débil en el ataque culé. Así se explica, por ejemplo, que los tres máximos asistentes en sus 22 dianas sean Messi (8), Suárez (4) y Dani Alves (2).
17 de los 22 goles logrados por Neymar han venido así, atacando en profundidad la espalda de la defensa contraria o sacando provecho de los espacios que descubre en la izquierda la atracción sobre el rival generada en el sector derecho del ataque azulgrana. En cuanto a los cinco tantos restantes, una jugada individual por su carril en la visita del Paris Saint Germain al Camp Nou, un remate a balón parado contra el Sevilla y su hat-trick ante el Granada producto de un robo, un rechace dentro del área y una asistencia de Messi, en este caso, desde la izquierda.
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