
Messi recibe en banda derecha y… El plan se observa con claridad apenas transcurridos cinco minutos de encuentro. Cinco minutos en los que la recepción abierta de Messi aparece cinco veces, y en que cinco veces el Málaga activa el dispositivo diseñado por Gracia para tal situación. Durante el choque, hasta que el argentino se fue definitivamente a poblar el centro, resultó una constante. Lo primero que se observa es que el lateral de su lado -en aquella ocasión Miguel Torres- lo defiende de cerca, rompiendo la línea y por lo tanto no solo concediéndole la banda sino también su espalda. Según la altura a la que recibe Messi, el primer hombre en salir a su encuentro es el centrocampista de banda -Castillejo-, pero la colocación del lateral no varía. Con el balón reposando en los pies del 10, la orientación del cuerpo de los rivales más cercanos es paralela a la línea de banda, dando prioridad a la cobertura del eje horizontal por encima del vertical, y siempre con el apoyo del mediocentro izquierdo -Recio- desde el interior. Los alejados, mientras tanto, se preparan para interceptar el pase en su lugar de destino. El central -Angeleri- tan pronto el cuero llega a la bota de Messi, gira la cabeza para tener la referencia de Neymar, mientras el lateral -Rosales-, alejado, se sitúa en la diagonal del pase atento al golpeo.
¿Cómo activar la diagonal de Messi ante una defensa así? La primera respuesta la dio el propio partido frente a los blanquiazules. De cuantos envíos cruzados que puso Leo al área aquel día, todos menos uno murieron en despejes de Rosales o Angeleri. El único que no lo hizo, no buscó a Neymar ni a Jordi Alba, ni la espalda del venezolano, sino la llegada de Andrés Iniesta por el espacio abierto entre el lateral y el central. Enfocada la defensa y destinadas todas las atenciones a la entrada abierta de un finalizador, al interior nadie lo esperaba y pudo rematar sin oposición -en este caso flojo- desde el corazón del área. Ya hablamos aquí en pretemporada de cómo Rakitic, desde la zona del interior izquierdo, suponía un extra en llegada de segunda línea y un potencial nuevo destino del pase diagonal de Messi. La segunda opción, para completar a las que dimos en su día como alternativa a esta prolífica jugada, es jugar la baza de esa banda que, para defender a Leo, el lateral izquierdo regala. La versión San Mamés del Sergi Roberto más profundo, el dentro-fuera del interior o una caída de Suárez al costado, encontrarían a la espalda de esta pieza una zona libre desde la que desajustar el plan de Javi Gracia.
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