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Lo que vale Ivan Rakitic

SEVILLE, SPAIN - AUGUST 14: Ivan Rakitic of FC Barcelona looks on during the match between Sevilla FC vs FC Barcelona as part of the Spanish Super Cup Final 1st Leg at Estadio Ramon Sanchez Pizjuan on August 14, 2016 in Seville, Spain. (Photo by Aitor Alcalde/Getty Images)

En las dos últimas ventanas de mercado, Ivan Rakitic ha visto aterrizar en Barcelona a Arda Turan, Denis Suárez y André Gomes. Compartiendo equipo, de mediocampo hacia delante con Busquets, Iniesta, Messi, Neymar y Luis Suárez, no es difícil pensar que el croata imaginara, como imaginamos casi todos, que las opciones de cualquiera de los tres fichajes de entrar a formar parte del teórico once de gala, pasaban por desbancarlo a él. Además, cada uno de ellos sumaba cosas que él no tenía. Pero del mismo modo, Rakitic estaba y está en posesión de cualidades que sus competidores no tienen, y a cada anunciada y amenazante novedad, mejor ha sabido hacerlas valer el 4 del Barça. Anoche fue el protagonista más positivo de la visita de los blaugranas a San Mamés, gracias al solitario gol que le entregó los tres puntos a su equipo, y a la actuación a la que el tanto hizo justicia.

Como era de esperar, aunque con más matices que en otras ocasiones, el Athletic, en su estadio, salió a presionar. A defender arriba. Como tantas veces, su presión más que pretender directamente el robo, trataba de forzar el error, tapar líneas de pase y diseñar emboscadas. Si el balón corría hacia atrás, siempre algún local iba detrás de él, pero si no, su labor no era tan agresiva. Solamente si el esférico llegaba a una de las bandas o cuando algún culé lo recibía de espaldas, el cuero pasaba a tener más valor como botín que el espacio. A la presión bilbaína, el Barça respondió con su gran aval en este tipo de situaciones: la calidad técnica de los hombres que protagonizan su salida. El fallo pretendido por su rival rara vez aparecía, y aunque muchas veces no avanzaran -no salieran- los catalanes siempre terminaban encontrando a un compañero al que entregar la pelota. En cierta medida, la salida de balón del Barça guardó cierto paralelismo con la que desarrolló en el Santiago Bernabéu la temporada pasada, entonces con la recurrente participación en el juego de Claudio Bravo y ayer con un Ter Stegen igualmente protagonista encargado de abrir juego hacia los costados.

Los caminos que halló el conjunto visitantes para zafarse de la presión rojiblanca resultaron principalmente dos. El primero, en banda derecha, fue Ivan Rakitic, que desde una lectura táctica y posicional impecables, y una pulcritud técnica de lo más inspirada, vistió de transición a los primeros pases, y con ello giró al rival y adelantó a los suyos. La segunda solución la propuso Luis Suárez, perfecta referencia en el apoyo tanto por detrás del mediocampo del Athletic como a la espalda de sus dos laterales cuando estos salían a encimar al extremo. El uruguayo, en escenarios de presión como los que a menudo enfrenta su equipo, es vital habilitando el recurso de una salida más directa y vertical. Con ellos dos a modo de correa de transmisión, lograba el Barça mover el partido desde su mitad a la del Athletic, donde se apreció que, como ha venido apuntando la pretemporada, los de Valverde todavía tienen mucho por ajustar. Ya fuera corriendo al contraataque en transiciones que incluso deparaban un número mayor de delanteros que de defensores, o establecido el ataque posicional, el jugo de los culés resultó natural, fluido y peligroso.

Junto a las intervenciones de Messi, la claridad de Rakitic, los envíos tensos de Busquets, la actividad de Luis Suárez, el acierto de Arda, la proyección de los laterales o la contribución de Piqué, volvió a destacarse una aportación de Denis un tanto inesperada antes de iniciarse el curso, pero que ya ha resultado decisiva en las dos primeras jornadas de Liga. Seguramente, hace un mes, cuando se hacía el ejercicio de imaginarse al gallego en el interior izquierdo del esquema culé, era más o menos sencillo vislumbrar en él cierta similitud con Andrés Iniesta. Al menos con alguna de las versiones del manchego. Sin embargo, su arranque de temporada está teniendo mucho de Seydou Keita, sobre todo en lo que se refiere a las entradas al espacio desde la segunda línea y a lo que ellas posibilitan. En la jornada inaugural, uno de estos desmarques limpió la diagonal Messi-Alba que daría origen al primer gol, y anoche en San Mamés, de nuevo un movimiento equivalente arrastró hacia el área a De Marcos permitiendo que Luis Suárez encontrara sin oposición a un Arda Turan sin marca. ¡Hasta tres desmarques análogos dibujó el interior del Barça en el ataque del primer gol!

La nota menos positiva de la noche probablemente haya que encontrarla en la figura de Samuel Umtiti, que aunque con la pelota contribuyó al plan, sin ella implicó algún que otro problema. Para el francés, el Aduriz-Eraso no era una pareja especialmente grata que defender -como tampoco lo habría sido una con Raúl García en lugar del ex del Leganés-, y el central terminó aculando en exceso, buscando la protección del área. De este modo, además de que sobre el papel posibilitase librar la batalla donde más habría interesado a los puntas locales, se separó en exceso de la posición de dos de sus compañeros: Jordi Alba y Busquets. Al primero lo entregó al aclarado en banda contra Iñaki Williams, y en el caso del segundo agrandó el espacio que se generaba a su espalda cada vez que el mediocentro salía a la presión. Los apoyos ahí tanto de Eraso como de Aduriz, así como alguna aparición interior de Williams, aprovecharon el desajuste para amenazar, aunque a la postre no hubiera que lamentar males mayores.

 

– Foto: Aitor Alcalde/Getty Images

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