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Interior derecho 3.0

BARCELONA, SPAIN - DECEMBER 21: Ivan Rakitic of FC Barcelona celebrates after scoring from the penalty spot his team's second goal during the Copa del Rey round of 32 second leg match between FC Barcelona and Hercules at Camp Nou on December 21, 2016 in Barcelona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

Los finales de año se prestan a pasar revista. A volver la mirada sobre lo que se ha hecho, comprobar dónde se está y repasar la lista de tareas pendientes. Tomar consciencia de lo que queda por responderse. En el terreno de los irresueltos, en líneas generales la irregular primera parte de temporada del Barça probablemente tenga en su pasado más inmediato la pista acerca de las soluciones. La guía para un camino que no hace tanto ya trazó, además, con anotaciones acerca de cada parada. Pero el Barça 2016-17, en comparación a los dos que más inmediatamente le precedieron, tiene una novedad, un cambio significativo en lo individual que proyectado sobre el colectivo le plantea una duda a la que Luis Enrique y sus jugadores deberán contestar a lo largo de los próximos meses. La salida en verano de Dani Alves provocó un nuevo reparto en los equilibrios del equipo y concretamente de su banda derecha, que muy especialmente ha afectado a la figura del interior derecho.

Al fin y al cabo, tras algunos meses de probaturas, el cuadro culé encontró el sistema, y Rakitic su espacio en él, a partir de que fueran el lateral brasileño y Leo Messi los encargados de gestionar la zona a la derecha del mediocentro, quedando el croata descargado de tareas en la gestación de la jugada y pudiéndose orientar a la compensación de los movimientos de Messi. Una función ligada y casi dependiente del fútbol del argentino que en la actualidad se ha visto alterada. Sergi Roberto, a diferencia del último Dani Alves, está siendo un lateral mucho más dirigido hacia la profundidad y la banda que hacia el juego interior, y sin ese foco de fútbol a la derecha de Sergio Busquets que antaño representaba el lateral llegando desde atrás y hacia dentro, el Barça le viene pidiendo a Rakitic aquello de lo que antes lo liberaba y para lo cual su fútbol no responde de la misma manera. La casi permanente presencia de Messi en la mediapunta es compensada este curso por un lateral en constante aparición en paralelo a la línea de banda, dejando para Ivan la zona en mediocampo que por demarcación le correspondería pero en la que hasta la fecha ha estado lejos de mostrar su mejor versión. De no mediar una reinvención del croata que nos lo descubra como aquel centrocampista que un día insinuó que sería, pareciera que el futuro inmediato del Barça dibuja tres escenarios posibles sobre cómo resolver la problemática en su interior derecho.

El primero pasa por recuperar en la figura de Sergi Roberto algunos de los aspectos que otrora desempeñó Alves. El canterano, centrocampista de formación, naturaleza y convencimiento, conoce la posición y sus atribuciones, y aunque lejos de la inventiva y visión del brasileño con el cuero -factor seguramente clave para que Luis Enrique no haya insistido en la fórmula hasta ahora- permitiría mantener la estructura táctica y el reparto zonal de antaño: un lateral-interior, un interior compensador y un delantero libre. No obstante, ya hace tiempo que el juego de Messi ha huido de la banda para asentarse, más permanentemente, en el carril central, planteando en muchas ocasiones un reparto asimétrico que deja vacío el sector derecho del ataque. Como pudo observarse durante el tramo final de la temporada pasada cuando esta tendencia del 10 se acentuó, las prestaciones de Rakitic a la hora de compensar en banda baja varios enteros cuando debe hacerlo de forma fija, de modo que en la actualidad es Sergi Roberto el encargado de llenar ese espacio con sus incorporaciones. Sumado a su imponente recorrido y lectura del centro al área, el mismo juego con balón que lo facultaría para el rol de lateral-interior, lo habilita también para gestionar atacando en posicional la zona del extremo.

Por su parte, el segundo escenario está relacionado con la solución que por ahora ha encontrado el Barça para vestir el espacio y las funciones del interior derecho: retrasar a Leo Messi. Acercarlo al mediocampo, no desde la mediapunta sino muchas veces en paralelo a Busquets. Un Messi que empezando a jugar desde atrás, no sólo parte desde más lejos del área contraria, sino que lo hace con más rivales por delante y a una mayor distancia respecto a Luis Suárez y a Neymar. Ante esta situación, manteniendo en banda a Sergi Roberto y asumiendo que el argentino es sobre quien tienen que recaer las funciones de centrocampista, probablemente el interior derecho nominal del equipo debería erigirse en una pieza bisagra por delante del 10, como escalón intermedio orientado a la llegada y a la producción en la frontal. Pese a ser el reparto potencialmente más conflictivo ya que podría vestirse de obstaculo en medio del camino de Leo, tanto Rakitic como especialmente André Gomes si recupera su versión más valencianista, podrían encajar bien en las funciones. Incluso Arda Turan.

Por último, la tercera opción es la que entendería que la solución no puede pasar por rebajar la altura del campo a la que aupar el juego de Leo Messi, de modo que buscaría mantener al argentino cerca tanto de la frontal como de sus dos acompañantes de ataque, utilizando para ello una alza. Un interior que contra lo que dice la costumbre en el Barça de Luis Enrique asuma una posición más baja y menos tendente a la mediapunta. De esos la plantilla barcelonista tiene pocos, si acaso a Iniesta en el interior izquierdo y a un Sergi Roberto por ahora anclado en el lateral, pero últimamente ha estado vistiendo a Denis Suárez como tal. El gallego, como también Rafinha, es un futbolista con más necesidad de entrar en contacto con la pelota que André o Rakitic, y capaz de mezclar presencia entre líneas con juego por detrás de la línea del balón. Pueden ser, gracias a ello, el trampolín que en el perfil diestro del ataque lleve el balón arriba sin necesidad de que Messi esté siempre obligado a bajar para hacerse con él.

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– Foto: David Ramos/Getty Images

 

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