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El Barça sin su aura

TURIN, ITALY - APRIL 11: Paulo Dybala of Juventus FC celebrates at the end of the UEFA Champions League Quarter Final first leg match between Juventus and FC Barcelona at Juventus Stadium on April 11, 2017 in Turin, Italy. (Photo by Emilio Andreoli/Getty Images)

El Barça sin su aura

Cuando ambos coincidieron jugando en el Baarça, Ronald de Boer le confesó a Guardiola uno de los secretos de aquel Ajax que enamoró al de Santpedor: «La noche antes de los partidos, Van Gaal nos ponía un vídeo del rival y nos íbamos a dormir con la sensación de que eran mejores que nosotros y de que perderíamos seguro«. Para medirse al Barça, anoche, la Juventus hizo lo contrario. La previa del partido de ida estuvo trufada de declaraciones que pusiesen en tela de juicio el temor que debería despertar el conjunto de Luis Enrique, siendo la de Bonucci un de las más explícitas: «Creo que hoy en día (el Barça) está un pelo por debajo que en 2015. Para mí, el Bayern es más fuerte y estoy seguro de que nunca sufriría una situación como el PSG en el Camp Nou«. La Juventus, a su rival, le quitó el aura.

Sin aura el Barça de la presente temporada es un equipo con enormes problemas futbolísticos, que mismamente de no ser por ella no habría podido saltar anoche al césped del Juventus Stadium. Un conjunto que recurrentemente este curso se ha enfrentado a rivales con mejor estructura que la suya y, fruto de esto ha sucumbido con asiduidad ante oponentes que han podido recortar la diferencia de nivel de los argumentos individuales. Poco amigo del glamour y director a la sombra, Allegri se propuso, pues, normalizar a su rival. Despojarlo ante los ojos de los suyos de un pasado de leyenda para situarlo, desnudo, en un presente que no lo abriga. La Vecchia Signora miró al Barça sin reparar en su nombre. El lunes, Bonucci, Chiellini, Dybala, Mandzukic o Cuadrado, se fue a dormir con la sensación de que ellos eran mejores y de que ganarían seguro.

Desde la asumida superioridad, pues, los italianos saltaron al campo dispuestos a ser ellos mismos. Con el once esperado y resolviendo la única duda del equipo titular -el lateral derecho- con la alternativa de mayor grandeza. Apostó por una presión adelantada que llegaba hasta Ter Stegen lanzando hacia adelante a Pjanic y a Khedira junto a los cuatro delanteros, para poner en tela de juicio la mejora apuntada por el 1-3-4-3 culé a propósito de esta fase del juego, y condujo la iniciativa de su ataque hacia las zonas donde hacer coincidir sus puntos fuertes con las debilidades de su oponente. A la hora de apoderarse de la iniciativa de los primeros minutos llevando el partido a unas coordenadas poco amables con los hombres de Luis Enrique, cabe señalar que la Juventus se encontró con la ventaja de una decisión cuyos efectos resultaron terribles para el Barça.

Dybala era un futbolista subrayado en rojo por la pizarra de ambos técnicos, pues el crack bianconero responde con exactitud fotográfica al tipo de amenaza que mejor podía atacar las puertas que deja abiertas el 1-3-4-3 azulgrana. Su habilidad manteniendo y soltando el cuero, así como la lateralidad de sus recepciones, se antojaban mortales de necesidad ante un Barça en cuyo escenario ideal no cabía la posibilidad de ser girado permanentemente hacia su propio guardameta. Javier Mascherano era la pieza que sobre el papel mayor adecuación podía tener desde el pivote al juego del trequartista juventino, y para emparejarlo con él y cerrar de antemano esa herida, Luis Enrique asumió varias contrapartidas. Situando a Mathieu en la izquierda -probablemente priorizando el aporte del francés a balón parado por encima de Jordi Alba-, la medida tuvo consecuencias en prácticamente todas las batallas del duelo.

A nivel defensivo, significaría llevar a Gerard Piqué, principal argumento barcelonista para la contención, al lado del campo menos peligroso y de interpretación más sencilla, al tiempo que situaba en el sector fuerte de la Juve a tres defensores débiles. Jérémy, Iniesta y Neymar, tendrían que frenar al perfil de Bonucci, Alves, Cuadrado y de las caídas de Dybala. Por su parte, en ataque, con Umtiti apartado de la izquierda, el Barça renunció a los efectos que el francés venía teniendo sobre la conexión con Neymar Jr. y sobre la altura que pudiera tomar Andrés Iniesta. No se sabrá si una victoria de Mascherano en la zona Dybala habría compensado tanto peaje, pero el hecho es que como el mediocentro argentino no sólo no tuvo el efecto deseado sino que supuso una debilidad, la balanza quedó claramente decantada hacia el lado de los contras.

Lastrado el plan visitante por las maniobras propias y por la respuesta de su adversario, pues, la iniciativa correspondió a los de Allegri, que con ella dibujaron un encuentro orientado a esas flaquezas de su oponente que les hicieron mirarlo sin respeto. Impuesta su salida de balón, facilitada la recepción a la espalda de la presión y conducidos los ataques hacia línea de fondo buscando los puntos ciegos de la defensa de tres blaugrana, el planteamiento juventino consistió en conquistar el exterior para abrir latifundios en el centro y, acto seguido, devolver el cuero al interior para imponer la llegada de la segunda línea. Demasiado lejos Piqué y demasiado perdido Mascherano, el sistema defensivo del Barça no fue capaz de levantar ninguna barrera efectiva ni de proponer desde el balón ningún escenario alternativo pese a los intentos de Sergi Roberto por socorrer a cuantos compañeros viera en problemas.

El respiro le llegó a los culés con el 2-0 y la decisión de la Juventus de dar dos pasos atrás. Su oponente era peor equipo, pero seguía teniendo en sus filas a hombres como Messi, Luis Suárez o Neymar, de modo que desde la seguridad que les da su repliegue, el botín cosechado y las facilidades del rival, viraron el planteamiento hacia su propio campo. Emergió entonces la figura de Leo Messi, librando una extraordinaria batalla contra un Alex Sandro impresionante, como principal y casi solitario recurso del Barça para no perderle la cara a la eliminatoria. A punto estuvo de lograrlo, pero a pesar de la noble compañía de Sergi Roberto, le faltaron aliados. La banda izquierda, principal foco a lo largo de los últimos tiempos, se topó con el trabajo del eterno Dani Alves ante Neymar y extrañó una versión distinta de Andrés Iniesta.

Sobre todo durante el primer tiempo, en el que Mathieu como central izquierdo tuvo más peso en banda que a la izquierda del pivote, y dadas las dificultades de la salida azulgrana ante la ausencia de Busquets y la pérdida de Umtiti en izquierda, Iniesta se vio obligado a constar más abajo de lo que habría sido deseable con tal de establecer una conexión entre Neymar y Messi en la zona que tocaba defender a Miralem Pjanic. El Barça no la encontró. Tampoco en el segundo tiempo cuando la entrada de André Gomes devolvió la organización habitual a las piezas de Luis Enrique, algo que si bien no tuvo efecto en el marcador sí lo tuvo sobre el juego. No acertaron los culés, y sí Alves, Bonucci, Chiellini, Alex Sandro y otro eterno como Buffon. Ellos, en la vuelta, no van a tener miedo.

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– Foto: Emilio Andreoli/Getty Images

Comments:9
  • Rubliev 12 abril, 2017

    El aura puede hacer que el rival te tenga respeto y juegue peor y también puede hacer que te creas mejor y juegues mejor. Ayer la Juve le quitó el aura y el Barça también se la quitó.

    Porque si no juegas a nada y tu única baza es ir de farol con el 6-1 y el 3-4-3 no puedes salir con Mathieu y Mascherano. Es un oxímoron. Así que quitada el aura. Sólo quedaba el fútbol.

    Y lo de ayer fue un despropósito de LE, no sólo porque hubiera tenido que sacar un 4-3-3. Es que saliendo con Masche y Mathieu quitabas el aura del 3-4-3 y encima lo único que te daba el 3-4-3 que era mantener a Busi de pivote lo perdías al poner a Masche y encima con Mathieu rompías esa conexión Umtiti-Neymar.

    En fin, mucho ánimo a todos, ya sólo quedan 2 meses para que termine esta tortura.

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    • Iniesta10 12 abril, 2017

      Completamente de acuerdo contigo

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  • ElCojo 12 abril, 2017

    Hoy hace más falta ánimo que otra cosa. El Barcelona no supo ni proteger el balcón de su área en los paes atrás. Es cierto que a la Juve le entró todo pero la falta de creación en el centro del campo fue triste. El Barcelona necesita a Busquets e Iniesta a tope para ser competitivo a este nivel y ayer faltó uno.

    A eso se unió el problema en la defensa agravado por la defensa de tres.

    Un equipo sin mecanismo de salida, debería resguardarse mejor atrás.

    Un desastre. No por el resultado sino por la sensación de falta de recursos.

    Toca esperar el milagro. Otra vez.

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  • Nacho Blanco 12 abril, 2017

    No alcanzo a comprender la apuesta de Luis Enrique por Mathieu en los dos últimos partidos. No veo ningún argumento competitivo que el francés haya aportado en la última temporada y media.

    Ayer, con su alineación, Luis Enrique aleja a Piqué de Iniesta, Neymar y Messi; eso, junto a la presencia de Mascherano como ‘4’, hirieron de muerte al Barça. La disposición de ayer fue, y perdón por el adjetivo que sé que a Albert no le gustará, un despropósito. Se sabía de antemano que la única opción de este equipo es que el balón le llegue a Iniesta a la zona de 3/4, a espaldas del centro del campo rival para que Andrés pueda girarles; que ese hecho facilita mucho la labor de Neymar y que todo ello potencia a Leo Messi. Pero todas las decisiones de Luis Enrique anoche fueron encaminadas a minimizar esto. No lo entiendo.

    Rubliev, yo creo que dos meses son solamente el comienzo. En el Barça hay muchos problemas estructurales (en el primer equipo pero también en los despachos) y ahora mismo no veo una solución cercana. Al menos, lo que suena en los medios, no me lo parece.

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    • michel 12 abril, 2017

      Yo creo que ante la falta de Busi todos habríamos apostado por Mascherano en esa posición para encimar al autentico peligro de la Juve -alguien hubiera apostado por Gomes en posición de medio centro?-. Otra cosa es que después del partido desastroso de Masche ahora hablemos de lo ocurrido en clave de la apuesta de LE antes del partido. Lo de Mathieu sólo se entiende por una de las máximas que cada vez pesa más en la UCL, el juego aéreo. Y es que si nos ponemos a mirar algún saque de esquina desde un ángulo lejano vemos que la diferencia de físico era más que latente. Esa y solamente esa es la explicación que le encuentro.

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      • Nacho Blanco 13 abril, 2017

        Yo apostaba por Sergi Roberto en la previa, como hilo conductor entre Ter Stegen-Pique e Iniesta-Neymar. Asi lo retuiteo el propio Albert. Y desde luego, tampoco contaba con que Pique fuese a jugar en la derecha en la defensa de tres.

        Si Mathieu no fuese una sangria constante, tendria sentido su apuesta por el balon parado. Pero habiendo visto toda la temporada que el frances es una garantia de inseguridad, y de peligro para la porteria de Ter Stegen, yo no lo encuentro logica competitiva. Ninguna.

  • michel 12 abril, 2017

    Bajo el amparo de la UCL una derrota de éste calado llama más la atención. Pero si no detenemos a analizar el juego no vemos nada que no hayamos visto en campos como Ipurua o el Ruiz de Lopera. La diferencia es que ambos contendientes no tienen en sus filas a un Dybala o un Buffon, pero esos veinte, veinticinco primeros minutos se pueden comparar, no sólo, con estos dos partidos si no que con bastantes más a lo largo de esta temporada. Rival que con ímpetu y vigoroso físico que hasta que les aguantan ambos mete en problemas a un Barça con una pésima salida de balón y mala lectura del juego. Cuando no consiguen castigar al Barça, pasados esos minutos de vigorosa presión sale a relucir la calidades individuales y acaban decidiendo el encuentro. Ayer pudo pasar otro tanto de lo mismo si Iniesta hubiera estado más fino. Sucede que lo más normal es que Iniesta falle ese uno para uno ante Buffon. Y una vez recobrada más ventaja la Juve defiende mejor que cualquier rival de media tabla para abajo de la Liga. Así, de esta manera, se volvieron a evidenciar el problema que acucia, no sólo este año, si no desde mediada la temporada pasada. No tiene juego, ni quienes le den alturas para trasladar el balón tanto a Messi como a Neymar.
    El problema es más acuciante es en clave de futuro, la magia de Iniesta se difumina a marchas forzadas -sólo le quedan algún truco muy asiduamente, llámese final de la copa del rey- pero su relevo no se vislumbra por ningún sitio. Se habla de fin de ciclo, pero quizás habría que pensar en un cambio de modelo/estilo o cuanto menos de dibujo táctico -qué descorazonador suena- hecho éste que poco a poco LE ha ido intentando, por mucho que diga que el modelo sigue siendo el mismo (la pelota cuanto antes va, antes te vuelve). La falta de este tipo de centrocampistas nos lleva a ello. Por que no parece que el Barça vaya a fichar a un Koke, Isco, Thiago o Verratti, ni tan siquiera a un Rabiot. Y esto si que es un problema gordo, gordo para quien venga.

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  • dribleador 14 abril, 2017

    Sres buenas. En comentarios leí mathieu Mathieu o otra vez Mathieu y… me quedé dormido. Parece ser que Mathieu desató nuestras desgracias. Mathieu es rápido como no será nunca ningun defensa de Los de hoy. Mathieu no es un pata dura de la misma forma que el grande defensa Mascherano nunca ha tenido la más remota posibildad de poder ocupar el puesto de medio porqué el Barcelona vive dela posibilidad de mover rápido la pelota entránsito al área chica contraria. A Los recién llegados se Los explicó Guardiola. Bueno no comprendo como en este caso nada de lo que se me explica, nada.

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  • Juguetes 14 abril, 2017

    Opinamos de futbol dejugadores con la actitud de alguien poderoso que decide el destino de un jugador. En tiemos de escasés hay que aarreglatse con lo que hay bueno así drbiera ser en este mundo de millonarios del futbol. Jugadores se van otros llegan pero por favor forofos evitar hablar de nuestros jugadores como si fueran caprichitos de nenes consentidos, ellon no tienen la culpa de que Los transformemos en millonarios

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