Contra la debilidad de Osasuna

Contra la debilidad de Osasuna

Con la posterior victoria del Leganés ante la UD Las Palmas, Osasuna firmó ayer en el Camp Nou su descenso de categoría. El regreso rojillo a la Segunda División, se produce después de que los hombres entrenador primero por Enrique Martín, posteriormente por Caparrós y ahora por Petar Vasiljević hayan encajado 82 goles en 34 partidos. Diez más que el segundo equipo de Primera que más ha recibido. Sin lugar a dudas su sentencia ha sido la retaguardia, pues aunque tampoco ha presentado un ataque de postín, recursos como los de Sergio León, Berenguer, Roberto Torres o Jaime Romero compiten con los del resto de candidatos que se ha encontrado en la zona baja de la tabla. A ellos se encomendó Vasiljević cuando tomó las riendas de la plantilla, apostando por abrazar un tipo de encuentro que se jugara más cerca del área rival que de la que tenía que custodiar una estructura sin mediocentro asentado, sin apenas centrales al uso, dudas en la portería y una anticompetitiva tendencia al desajuste.

– Rakitic, Denis Suárez y Messi estirando a la espalda del mediocampo de Osasuna. –

Ayer por la tarde, el Barça lo empujó en dirección contraria, llevando el encuentro a donde menos resistencia ofrece el farolillo rojo de Primera y donde, con Leo Messi a la cabeza, más diferencias pueden marcar las superiores individualidades culés. Para lograrlo y acercar el juego lo máximo posible a la frontal osasunista, los futbolistas del Barça que directamente más metros hicieron ganar a los locales fueron los zagueros, ayer tres, que con el balón controlado y en conducción empujaron desde atrás hasta permitir un inicio de la jugada situado ya en campo rival. Osasuna, ordenado a partir de un cartesiano 1-4-5-1 y sin presentar en primera línea una presión especialmente aguerrida, encontró además el reclamo, a la espalda de su mediocampo, de hasta tres azulgranas que le obligaban a perder metros con tal de mantener a buen recauda el espacio entre la defensa y la medular.

Tanto Messi desde la mediapunta como Rakitic y Denis Suárez desde los interiores, en ataque pasaron la mayor parte del tiempo alejándose de Sergio Busquets, de modo que la amenaza de una opción de pase que encontrándolos en la recepción consiguiera rebasar a hasta cinco futbolistas navarros, regalara metros a los centrales y al mediocentro de Badia para avanzar con el esférico y fijar las coordenadas del partido muy lejos de Ter Stegen. Ganada la altura, el siguiente paso más repetido en el planteamiento culé, consistió en la conexión entre zagueros y extremos que tan fácilmente viene activando el equipo formando en 1-3-4-3. La libertad de Gerard Piqué y Busquets en superioridad numérica ante Sergio León, así como la posibilidad para Digne y Mascherano de abrir hacia la banda sus posiciones, dibujaba vías despejadas por las que hacer llegar el cuero a las zonas de André Gomes y Arda Turan. También ellos dos muy próximos a la línea de cal, especialmente el portugués sobresalió en un rol de extremo derecho que además de desvincularlo de los entresijos de un mediocampo que todavía no ha descifrado, potenció uno de los aspectos que como interior le van en contra pero que actuando en banda contra Osasuna cobró valor: la retención del cuero.

– A la izquierda, los pases de Mascherano, y a la derecha el mapa de calor de André Gomes y Arda Turan. (vía squawka.com) –

Tanto Arda como André, son dos futbolistas que tocan varias veces el balón antes de soltarlo, algo que en la sala de máquinas les ha restado fluidez pero que trasladado al exterior permitió ayer al Barça generar una progresiva atracción del sistema defensivo rojillo hacia los costados. Con Mascherano y Digne surtiendo desde atrás, y tanto Rakitic como Denis prodigándose en los movimientos de intercambio hacia fuera, una vez ganada la altura el ataque azulgrana se dirigía hacia las alas pero con la mirada puesta en el carril central. Y es que a continuación, después de haber estirado a Osasuna hacia la orilla y generado el espacio interior, el esférico se mandaba hacia dentro. Bien en dirección a una área en la que los de Vasiljević volvieron a mostrarse débiles, buscando en la corona a un Leo Messi cómodo, o justo por detrás a Sergio Busquets para que fuera el mediocentro quien sirviera el balón al 10. En botas del argentino, el escenario para la ocasión estaba dado, agrandado su espacio gracias a la sujeción de los extremos en banda y a la profundidad con la que interpretó Paco Alcácer su posición en punta. También gracias al balón parado, situación más fácil de provocar a través de un ataque asentado cerca del área contraria y ante un rival tan cándidamente pertrechado atrás.

– Foto: Lluis Gene/AFP/Getty Images