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Notas sobre un segundo estreno

BARCELONA, SPAIN - AUGUST 18: Head coach Ernesto Valverde of FC Barcelona looks on during the La Liga match between FC Barcelona and Deportivo Alaves at Camp Nou on August 18, 2018 in Barcelona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

Notas sobre un segundo estreno

Doce meses atrás, el estreno liguero del Barça de Ernesto Valverde fue toda una declaración de intenciones. Entonces velada y sorpresiva, teniendo en cuenta lo que habían sido los antecedentes del equipo durante la pretemporada y la Supercopa ante el Real Madrid, la jornada 1 de la Liga 2017-2018 definió a un conjunto azulgrana marcado por el retorno de Leo Messi a la posición de falso nueve. El argentino, tras años con barniz de centrocampista, enfocado nuevamente al área, como destino al que brindar todo aquello que, por detrás, el equipo fuera capaz de crearle. Quizá como respuesta a la pérdida de músculo atacante implícita en el adiós de Neymar o, simplemente, como idea oculta hasta ese momento, mucho de aquel arranque se mantuvo a lo largo del curso. Sólo el paso de las semanas dictará si también el estreno culé en la presente Liga tendrá el mismo carácter de anuncio, pero lo cierto es que el duelo ante el Alavés que abrió el campeonato para los de Valverde tuvo varios aspectos novedosos con respecto al Barça que levantó el título el pasado mes de abril.

En ese caso emparentado con lo visto contra el Sevilla, el planteamiento del Txingurri repitió con Dembélé en la izquierda, Messi partiendo de la banda derecha y Luis Suárez ocupando el centro del ataque. En un primer acercamiento a una propuesta tan temprana -y por lo tanto con demasiados cabos sueltos como para anclar en exceso el análisis- y a sus porqués, cabe aventurar dos posibles causas para el cambio diseñado por Valverde. La primera tendría a Luis Suárez en el foco, y trataría de limitar el despliegue del uruguayo después de que la temporada pasada, sin otro delantero abierto a su izquierda, fuera él el punta responsabilizado de cimbrear entre el lateral del campo y el carril central. Consistiría en proveer al 9 de un compañero a cada lado de manera de que su nueva realidad física, menos preparada para la hiperactividad de antaño, mantuviera el impacto a fuerza de aumentar concreción. La segunda, por su parte, más que hacia el ataque miraría al mediocampo, y en concreto a la salida de Iniesta, una pérdida sin reemplazo en tareas de organización a la que buscar solución devolviendo la influencia de Messi algunos escalones por debajo que la temporada pasada. Como aquel Leo que, dirigido por Luis Enrique, tomaba forma de interior derecho cuando al equipo le tocaba marcar la dirección de sus ataque.

ALANo será el partido ante el Alavés el episodio que responda a los motivos que han impulsado a Valverde a realizar estos cambios, no sólo por lo escaso del calendario sino porque, además, el propio desarrollo del encuentro dejó ver contextos dispares. Por ejemplo, a lo largo de los primeros 45 minutos, con los de Abelardo replegados en un claro 1-4-5-1 de líneas juntas y espaldas protegidas (Imagen de la izquierda), la presencia de Leo Messi en la medular fue muy notoria. A través de constantes intercambios de alturas con el interior derecho -Sergi Roberto- no fueron pocos los tramos del juego en los que, con posesión para los locales y obligados éstos a construir un ataque en fase posicional, el argentino lució tan centrocampista como Rakitic o el propio Sergi Roberto.

Sin que los dos teóricos interiores titulares lograran contagiar el ritmo y la intención necesarios a la circulación, producto de una rutina de pases demasiado horizontal y a un posicionamiento muy plano -siendo Roberto el centrocampista que durante la primera parte más se posicionó a espaldas del rival-, las aproximaciones del 10 a la medular fueron el principal camino que encontró el balón para saltar a la parte ofensiva. En este sentido, no obstante, resultó significativo como las permutas entre Messi y Sergi Roberto implicaron el eje vertical pero no el horizontal. A diferencia de lo sucedido en el Barça de Luis Enrique, con Rakitic abandonando no sólo la media sino también el centro para pisar una banda derecha que Leo tendió a dejar vacía, en esta ocasión el centrocampista lució por momentos como un tercer atacante que no redujera más si cabe la amenaza en primera línea, pero no como una referencia abierta. Como ya ocurrió el curso pasado, a Valverde no le importó que su equipo no fuera simétrico. En parte porque, del mismo modo que entonces se avivó la conexión entre Messi y Jordi Alba a través del pase cruzado con tal de vestir el perfil zurdo del ataque, debe imaginarse que el Txingurri vislumbró una sociedad, parecida aunque no equivalente, entre el cambio de orientación de Rakitic y las subidas por banda de Semedo que, en el primer test liguero, no fructificó.

- La posición de Messi, próxima al mediocampo; el intercambio de alturas de Sergi Roberto con Leo; y los mapas de posición de Rakitic (abajo) en el primer tiempo y de Coutinho (arriba) en el segundo. -

– La posición de Messi, próxima al mediocampo; el intercambio de alturas de Sergi Roberto con Leo; y los mapas de posición de Rakitic (abajo) en el primer tiempo y de Coutinho (arriba) en el segundo. –

Poco tardó Coutinho tras el descanso en intentarlo, sirviendo a la entrada de un Sergi Roberto ya reubicado como lateral derecho. El desplazamiento del brasileño y la lectura que hizo el canterano de la gestión técnica y espacial de los últimos metros por banda ensancharon el ataque del Barça, lo dotaron de mayor profundidad y movieron la estructura albiazul tanto hacia atrás como hacia fuera. Sin embargo, el mayor impacto de Coutinho en el partido tuvo que ver, sobre todo, con agresividad que, en comparación a los interiores del primer tiempo, tuvieron sus pases. No movió el balón más deprisa, pues con la pelota en su poder tardó mucho en decidir el servicio, pero al soltar el esférico casi siempre lo dirigió hacia adelante. De este modo su golpeo le sirvió al Barça en el segundo tiempo para conectar la media con la delantera. Para llegar a la frontal sin que Messi fuera la única opción de ascenso y, por lo tanto, para que el argentino pudiera delegar parte de su peso abajo y así recuperarlo en los últimos metros.

COUAunque el encaje de Philippe en el nuevo horizonte táctico del Barça mantenga todavía interrogantes a los que poder dar respuesta, como su lugar en la organización defensiva o su convivencia con Dembélé en el perfil zurdo del ataque ya que ambos, uno desde el interior y el otro desde el extremo, tienden al mismo lugar en tres cuartos (Imagen de la derecha), su querencia por la corona se antoja imprescindible para equilibrar la fórmula. Ya sea orientándose al remate con tal de compensar el alejamiento de Messi con respecto al área, o llevando el balón hacia adelante para que Leo tenga que descolgarse menos.

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– Foto: David Ramos/Getty Images

Comments:6
  • superpato 20 agosto, 2018

    Parece que se confirma lo que se intuyó en la Supercopa, que el plan de Valverde para este año pasa por juntar a Coutinho y Dembele en izquierda. La intención no la tengo tan clara, supongo que por un lado añadir un polo de atención en ese sector (que no se limite a Alba recibiendo envíos de Messi) y por otro colocar a un jugador más por delante de Leo y más enfocado a la portería. El caso es que a Dembele se le está viendo bastante suelto y se está acostumbrando tanto a hacer desmarques de ruptura como a recibir pases interiores de Messi. Sigue dejando dudas tanto la compatibilidad de Dembele con Coutinho (aunque en esto soy optimista) como la banda derecha que ni con Rafinha el día del Sevilla ni este sábado con S. Robreto ha acabado de funcionar.

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  • Ramírez 20 agosto, 2018

    Yo es que creo que la clave para que Valverde no se tenga que cargar a Suárez es que se cree o libere un «falso interior» en la derecha donde busi haga de guardaespaldas de leo,y tanto leo cómo dembele ocupen este «falso interior» mediante movimientos, si lo ocupa leo pues dembele ocupa banda o posiciones más adelantadas o desmasque s en profundidad.
    Mientras en el otro interior creo que debe haber un box to box(rakitic-vidal o incluso arthur) guardando más la posición para ayudar a busi uno tenga que cubrir tanto espacio y pueda correr al espacio para un pase de Messi si es necesario, pero más retrasado de lo habitual, casi como el Iniesta de hace dos años o el rakitic del año pasado pero en la otra banda, así queda espacio para que coutinho pueda coger el pico del área viniendo desde el extremo y pueda acercarse a combinar con leo y alba pueda subir la banda.
    Sería algo como un 4-2-1-3 pero asimétrico, y con las alturas de cada línea bastante mezcladas, incluso con cambios de posiciones por momentos.

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  • Morén 20 agosto, 2018

    @ Superpato

    «Sigue dejando dudas tanto la compatibilidad de Dembele con Coutinho (aunque en esto soy optimista) como la banda derecha que ni con Rafinha el día del Sevilla ni este sábado con S. Roberto ha acabado de funcionar.»

    Sobre todo porque hasta el momento parece que Valverde parece que no sea el interior el que se encargue de ello. En la primera parte de la Supercopa Rafinha sí tendió a ello, pero ya con la entrada de Rakitic al descanso las funciones cambiaron. Hubo intercambio en vertical pero casi nunca en horizontal, muy parecido a lo del sábado. La banda parece ser cosa más bien del lateral -como la temporada pasada la izquierda-, claro que por ahora no hay un Messi-Alba que la active como entonces. Quizá el cambio de orientación de Coutinho desde el sector izquierdo pueda ser un primer paso para ello.

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  • superpato 20 agosto, 2018

    Otro tema a tener en cuenta es el defensivo. Tanto en transición como en repliegue. Si el interior derecho va a estar por delante de Messi y el lateral ocupando la posición teórica de extremo, el espacio que deben cubrir Pique y Busquets (los dos jugadores más lentos de la plantilla) es enorme. Y en defensa organizada, ¿Coutinho junto a Busquets? ¿Messi ayudando al latera? Porque Suarez quedará muy lejos y, además, contradice la idea de que el uruguayo tenga que abarcar menos espacio.

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  • Carlos Brítez 21 agosto, 2018

    Gran análisis Albert.

    El año pasado el planteamiento de Valverde estuvo condicionado por la salida de Neymar, viéndoselos perjudicado Suárez, éste año, la salida de Iniesta, el otro polo de atracción que tenía el equipo.. Y, como que reemplazarlo no es una opción, evitar que Leo cumpla sus funciones, debería serlo. Suficiente peso tiene este hombre ¬¬. El dilema de siempre.
    En cierta medida creo que dependerá de: cómo pueda el sistema activar a Suárez -evidente que los años pasan en vano, pero creo que es el gran debe del Txingurri- y de lo que pretenda Valverde para el interior derecho.

    Aún me cuesta ver a Coutinho actuando en la misma banda que Dembelé, como mencionas, ambos tienden a la misma zona. Es interesante ver las diferentes alternativas que maneja Valverde de momento, veremos como evolucionan.

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  • Gal 21 agosto, 2018

    Con los jugadores que tiene el Barça, para mí es inevitable acabar jugando un 4-2-3-1. Con Busi-Rakitic (Arthur/Vidal) en una especie de doble pivote, Coutinho izda, Dembele derecha, Messi mediapunta libre y Suárez arriba.
    Creo que es el esquema que mejor potencia a todas las individualidades. Además permite cerrar en un 442 con Coutinho y Dembele en bandas sin tener que forzar a Busquets o Piqué.

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