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Hasta la jornada 7

BARCELONA, SPAIN - SEPTEMBER 29: Arturo Vidal of FC Barcelona competes for the ball with Raul Garcia of Athletic Club during the La Liga match between FC Barcelona and Athletic Club at Camp Nou on September 29, 2018 in Barcelona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

Hasta la jornada 7

Hasta la jornada 7, el Barça del curso pasado no había visto escaparse ni un sólo punto en su arranque de Liga, siendo el Atlético de Madrid, en la octava, el primer equipo capaz de arrebatarle dos. La mezcla de una estructura sólida y una sucesión de escenarios particulares con los que potenciar las virtudes más determinantes de buena parte de sus futbolistas, dio con una fórmula en la que, para los culés, perder era una posibilidad remota, y en la que ganar a la mayoría de rivales dependía de que apenas unas pocas cosas se hicieran bien. Hasta la jornada 7, esta temporada el cuadro de Ernesto Valverde ya ha visto volar siete puntos. Todos ellos tras el parón de selecciones, tiempo en el que los azulgranas han cosechado una única victoria en cuatro encuentros disputados, y que ha traducido en puntos unas sensaciones negativas que ya antes se habían dejado ver. Los cambios tácticos que han acompañado el nuevo inicio de curso no han cristalizado en un esqueleto como el de meses atrás, convirtiendo a equipo campeón que, en primera instancia, «no perdía», en un conjunto que ha visto amenazados los tres puntos en casi todos los partidos de Liga que ha disputado esta campaña. A lomos de una nueva propuesta en la pizarra que ha modificado el lugar, el cometido y las relaciones de buena parte de sus intérpretes, y que quizá, en la jornada 7, haya topado con una frontera en el curso de la temporada. Ante el Athletic Club el Barça arrancó el partido, formalmente, del mismo modo que los empieza esta campaña, pero tanto la segunda parte como el cierre dio con una alternativa con posibilidades de continuidad.

Hasta que en el segundo tiempo el entrenador barcelonista modificara su equipo a partir de una nueva manera de repartir a sus futbolistas sobre el césped, el duelo contra los de Berizzo mantuvo intacto su vínculo con los antecedentes culés. Pese a las rotaciones, la disposición resultó la conocida, con tres delanteros pesando en el carril central, y un ramillete de movimientos ejecutados tanto por los laterales como por los interiores para compensar el ancho del ataque. En este sentido, lo que sí fue distinto fue que, con Dembélé de vuelta a la banda derecha y siendo Coutinho el teórico delantero de banda izquierda, determinados ajustes que habitualmente miran al carril derecho de Leo Messi esta vez se orientaron al brasileño. Rakitic, que formó como interior izquierdo, no se sujetó en el centro, si no que, como hace cuando comparte perfil con el Leo más extremo, acompasó sus movimientos con los del compañero que tenía por delante, dejando espacio a los viajes de Coutinho hacia el interior o asumiendo peso cerca de la cal cuando Philippe la abandonaba. Mientras en la otra orilla la suma de Semedo y Dembélé permitían a Arturo Vidal un mayor peso con el balón y presencia en el carril central, el croata, de nuevo, se alejó de su mediocentro. Además, el desmarque de aproximación de Coutinho hacia la medular no fue infrecuente, ya que sin Busquets ni Messi en el once, y ante la feroz presión que plantearon los de Berizzo, los culés necesitaron en varios momentos de la capacidad del brasileño a nivel técnico, de giro y de desborde, cerca de los estadios más iniciales de la acción. Frente al permanente uno contra uno que dibujó el planteamiento defensivo visitante, a la salida de balón del Barça le faltaban hombres que pudieran superar a su par con el balón en los pies.

- La presión del Athletic Club en campo contrario. -

– La presión del Athletic Club en campo contrario. –

Los rivales del Barça, por el momento, habían priorizado el repliegue a la presión adelanta, teniendo en cuenta la poca fluidez de la circulación blaugrana y la realidad de una transición defensiva que no por arrancar lejos de Ter Stegen está sabiendo cortar los caminos hasta el alemán. En este sentido, la propuesta bilbaína fue novedad, y evidenció que en este inicio de curso los culés son una presa vulnerable ante cualquier tipo de depredador. Con balón, sin marcar referencias en los costados, a los locales les costó dar profundidad al ataque, aguantar el cuero hasta que las demás líneas ganaran metros, esquivar el ejercicio de anticipación de los marcadores y construir un contexto favorable tras perder el control de la pelota. Con Coutinho abajo y Dembélé muy centrado, fue Luis Suárez el atacante -y probablemente el futbolistas- más entonado por parte de los locales, aportando al mismo tiempo los apoyos por detrás del mediocampo rival, la profundidad por el carril central y los descansos en banda acudiendo a amabas esquinas del campo.

- De izquierda a derecha: el posicionamiento interiorizado de los tres delanteros del Barça, el mapa de calor de Luis Suárez (vía fcbarcelona.cat) y el mapa de pases del uruguayo (vía whoscored.com) -

– De izquierda a derecha: el posicionamiento interiorizado de los tres delanteros del Barça, el mapa de calor de Luis Suárez (vía fcbarcelona.cat) y el mapa de pases del uruguayo (vía whoscored.com) –

El uruguayo fue el futbolista que más tiró de su equipo hasta el cambio de guión del segundo tiempo. En la reanudación se dieron cita varias cuestiones que, de la mano, permitieron dibujar un tipo de partido distinto al disputado durante los primeros 45 minutos. Por un lado, como cabía esperar, el despliegue del Athletic en la presión empezó a hacer mella a nivel físico, por mucho que con la entrada de San José el técnico visitante tratara de disimularlo, y por el otro Valverde modificó a su equipo tanto en los nombres como en el posicionamiento. Entraron Busquets y Messi, lo cual, de un plumazo, aumentó exponencialmente las posibilidades del Barça de salir airoso de la defensa en uno contra uno de los de El Toto, y a raíz del ingreso del 10 al partido los azulgranas adoptaron un 1-4-2-3-1 en el que encontraron algunas soluciones. Valverde, a juzgar por la complejidad de su plantilla, probablemente no disponga de una fórmula perfecta para dar a su equipo apariencia de colectividad redonda, pero justamente por eso hay determinadas variantes que pueden tener más voz que en otros contextos más felices. El 1-4-2-3-1, por ejemplo, obliga al Txingurri a jugar con un centrocampista efectivo menos -uno de los interiores del 1-4-3-3 asume lugar de mediapunta en banda- y es de esperar que así se requiera de un Messi que sacrifique participación delante para llevarla atrás, pero debido a que estas son dos peajes que el equipo ya estaba pagando – la necesidad del apoyo de Leo en mediocampo y la extracción de uno de los interiores para compensar el movimiento- el cambio, de entrada, no conlleva renuncias que no estuvieran presentes en el equipo con la ejecución de su plan reciente.

AthSí le ofrece, por el contrario, determinadas prebendas, siendo la ocupación de las bandas por delante de los laterales y la sujeción de un segundo centrocampista junto a Busquets, dos de las más claras. A propósito de esto último, quizá la nota más curiosa de la reordenación que dispuso Valverde fuera que por detrás de la línea de tres mediapuntas resultara Rakitic quien ejerciera de mediocentro izquierdo, ya fuera con tal de seguir liberando la zona derecha para las recepciones de Messi, de cubrir a Jordi Alba tanto en las subidas como en el juego directo o alguna otra posibilidad que convenga descubrir en futuras ocasiones. Contra la idea de juego de Athletic Club, y particularmente ante su tipo de despliegue defensivo, además, la ubicación de Messi fijo en el carril central justo por detrás de Luis Suárez derivó en una ventaja particular del tipo de enfrentamiento librado. Los movimientos y descargas del 9 que a lo largo de la primera mitad no habían contado con demasiado acompañamiento, sirvieron para poner de cara al argentino en zona de tres cuartos, que recibiendo a la espalda del mediocampo obligó al centro del campo bilbaíno a reducir la distancia con su defensa a costa de oxigenar el inicio de la jugada culé (Imagen de la derecha). Fue un Barça diferente al que se ha visto hasta la jornada 7. Quizá el Barça que se vea a partir de ahora.

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– Foto: David Ramos/Getty Images

Comments:7
  • Iniesta10 1 octubre, 2018

    El 4-3-3, con tres delanteros centrados, y con Cou de interior, es demasiado facil de defender por el rival.

    Despues del resultado ofrecido, spbretodo desde el parón de selecciones, probablemente ya no lo volvamos a ver esta temporada. Concede demasiado al rival.

    Por otro lado, creo que la plantilla es mas amplia y jugadores como Arthur, Aleñá o Malcom deberian tener sus minutos, al igual que Arturo Vidal

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    • Coronel Fedecker 1 octubre, 2018

      No creo que sea un partido al que tener muy en cuenta respecto al futuro, ya que parte dela ausencia de los dos pilares más básicos del equipo (Messi y Busquets). Son probablemente los dos jugadores en los que más se nota que cualquiera que los sustituya no va a poder dar lo que dan ambos. Y faltaban los dos a la vez. Es cierto que tener a los 3 delanteros centrados es un problema, aunque con Messi en el campo se habría notado menos, Tanto por su uno contra uno como también por su capacidad para el último pase que hace que los otros delanteros busquen los espacios. Así, las defensas tienen que vigilar tanto a los delanteros como a Messi (a ese no le puedes dejar sólo nunca). Por eso mismo creo tqmbién que el Athletic se permitió la presión adelantada. No es lo mismo defender a Messi que a otros.

      En cuanto a Arthur (me encanta ese jugador) y Aleñá (que también), creo que merecen minutos para ir cogiendo el ritmo y la mecánica del equipo, pero no creo que estén listos (Arthur porque acaba de llegar y Aleñá porque está volviendo de la lesión) para un partido con el marcador en contra. Ambos necesitan confianza y supongo que tendrán esos minutos en los típicos partidos que se vayan ganado por 1-2 goles. Aleñá sí entrará antes, en cuanto esté a tope. Pero Arthur necesita rodaje. Aunque creo que ambos terminarán siendo titulares con el tiempo. En cuanto a Malcom le veo como revulsivo más que nada. No creo que sea titular en partidos importantes salvo lesión de algún compañero. Aunque igual me equivoco, pero no termino de verle el punto a ese jugador.

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      • Iniesta10 1 octubre, 2018

        Hombre, yo no he dicho que Arthur, Aleñá y Malcon son los que deban tener la responsabilidad de intentar traernos una champions. Solo he dicho, y creo que será así, que deben empezar a coger minutos para ir entrando en las rotaciones y hacer descansar y rotar a los titularísimos.

  • vi23 1 octubre, 2018

    Es que la sensación es que el 4-2-3-1 es el sistema que más facilmente encaja con los titulares. Otra cosa es que algún otro sistema o idea pueda tener un techo más alto si se la trabaja a fondo

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  • Iniesta10 1 octubre, 2018

    Si, pero ese techo más alto no se consigue atacando todos por dentro y haciendo jugar de interior a Cou. Yo la idea (y la insistencia) de Valverde en jugar con el 4-3-3 con Cou de interior, pisándose con Dembelé, y Con Messi yendo también hacia el centro, no la entiendo, no sé que ha pretendido, ni creo que tenga ningún recorrido. Es antinatural para Cou, desactiva el pase de Messi a Alba, deja la banda derecha sin ninguna amenaza, y encima separa a Bussi de Rakitic, cuando se vió la temporada pasada que ambos jugadores se mejoraban mutuamente jugando juntos.

    Sinceramente, espero que solo sean pruebas de principio de temporada.

    No es que sea un enamorado del 4-2-3-1, o incluso de un 4-4-2, pero me parece una distribución espacial mucho más racional que ese 4-3-3 sin ningún extremo y con todos jugando por dentro a la vez que alejas a Cou de su área de mayor rendimiento, y separas a Sergi e Ivan. Es que ese 4-3-3 es jugar al futbol sin ningún orden ni concierto, es jugar como jugábamos a futbol en la escuela de pequeños.

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  • Michel 2 octubre, 2018

    Esperar ver a Dembele y Malcom abiertos en banda parece cada día más quimera.

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  • Jos 2 octubre, 2018

    Es que para mi, con la plantilla y los momentos de forma..el 4-3-3 asi planteado me parece un suicidio contra equipos top. Otra cosa seria ver a messi en el carril central y jugar con malcom y dembele a romperla rn desmarques interiores con alba y S.Roberto llegando desde atrás..y con Busquets acompañado por rakitic y Vidal en la media.. Cierto que sacrificas a Suarez, que en cualquier momento puede volver (aunque dudo que su aportación este año sea determinante,o tan determinante como su nombre implica) y sobre todo Coutinho, pero es que por más que lo intento no veo manera de que Messi y él compartan 11 sin descompensarlo todo..

    Pero claro yo no soy técnico, ojalá Valverde de con la tecla..pronto (sino me da que para noviembre estará de vuelta el 4-4-2)

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