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Jorge Cuenca: Convertirse en central

ARLINGTON, TX - JULY 31: Bryan Christante #4 of Roma tries to set up a shot on goal in the second half of a soccer match against Barcelona at AT&T Stadium on July 31, 2018 in Arlington, Texas. (Photo by Richard Rodriguez/Getty Images)

Jorge Cuenca: Convertirse en central

Ser defensa central a temprana edad resulta, por fuerza, un proceso incompleto. Como sucede con los guardametas, debido a la proximidad del gol rival y a la consecuente y obligada gestión de los riesgos, la posición requiere de una madurez que sólo da el error fruto de la experiencia. Un bagaje, a veces, labrado en otras zonas del campo, como el mediocentro o uno de los laterales, bancos de prueba alternativos de un oficio que se conquista con los años. Incluso un central tan prototípico a nivel físico y conceptual como Gerard Piqué, empezó a hacerse un espacio como titular en la máxima categoría alternando entre el mediocampo y la banda derecha de la zaga del Real Zaragoza. Por lo general, el central prometedor lo es más por prometedor que por central. Por dejar ver una serie de factores que, imaginados a través del tamiz del tiempo, permiten adivinar un futbolista que, situado en la misma línea de inicio que los demás, tenga en su poder determinados atributos que lo destaquen. Así sucede con Jorge Cuenca, central zurdo del Barça B y uno de los hombres clave del filial tras el descenso de categoría.

Jorge Cuenca Barreno

  • Fecha y lugar de nacimiento: 17 de noviembre de 1999, Madrid.
  • Altura: 1,89 m.
  • Peso: 76 kg.
  • Pierna más hábil: izquierda.
  • Demarcación: central.

 

Se trata de uno de los pocos supervivientes del Barça B que la pasada temporada militó en Segunda División y que ahora integran en su mayoría jóvenes futbolistas provenientes del juvenil. Jorge Cuenca por edad podría ser uno de ellos, pues el mes que viene cumplirá 19 años, pero por acumular una primera experiencia en la categoría de plata con el Alcorcón y más de una veintena de encuentros con el filial, su rol jerárquico en el conjunto de García Pimienta es más cercano al de los capitanes que al de los debutantes. El madrileño es un futbolista maduro -que no un central maduro- sereno sobre el terreno de juego y lúcido interpretando las distintas situaciones que le proponen los encuentros. Zurdo aunque con un manejo de la diestra superior a lo que se estila en jugadores de su perfil, y por ello con una mayor perspectiva jugando el balón desde el fondo, uno de sus atributos más llamativos es justamente su contribución al inicio de la jugada. Tranquilo con la pelota en los pies, conocedor de los efectos de la conducción para liberar de marca a los compañeros y capaz sacar a relucir un variado abanico de golpeos, resulta un punto de apoyo seguro para los cimientos de la jugada de ataque.

Sabe lo que es convivir con variantes en las que el mediocentro se sitúa entre centrales, aunque lo habitual en el filial de García Pimienta es que la tarea de sacar el balón jugado la asuman principalmente los centrales. Una responsabilidad que Cuenca acostumbra a resolver alternando servicios más o menos asequibles como los que lo contactan con su compañero de zaga o su lateral más próximo, y otros de mayor transcendencia como los pases verticales cortando una línea de presión o las diagonales tensas buscando la esquina contraria del campo. Por ahora no es una pieza sobre la que descanse el liderazgo absoluto de la primera fase del juego en el filial, pero sí que su comodidad con el protagonismo en estos momentos del juego resulta evidente. Es fácil deducir, pues, que Jorge Cuenca es un defensor muy ligado con la vertiente ofensiva de sus equipos, una particularidad que no desarrolla únicamente desde el pase si no que conecta con su respuesta defensiva, por ejemplo, a la hora de orientar los despejes. La mayoría de sus gestos para alejar el peligro llevan implícitos el germen de una posterior jugada de ataque. Sin embargo, y sin ser todavía un zaguero redondo a la hora de custodiar su propia portería, en determinadas situaciones, cuando la pelota le pertenece al rival, demuestra ciertas credenciales muy seguras.

Su buen entendimiento y desempeño junto a Chumi en el segundo equipo, por ejemplo, al Barça B le sirvieron a principio de curso para solventar algunos escenarios comprometidos, y le sirven ahora para no comprometer sus tramos de más superioridad. Si hay un apartado defensivo en el que Cuenca destaca es el juego aéreo. Por encima del 1,90 de estatura, con buen timing de salto y remate, y olfato tanto para atacar el balón frontalmente como para colocarse en el área ante un centro desde la orilla, acostumbra a ser un escudo protector de enorme eficacia ante cualquier intento de bombardeo. De hecho, dada su buena respuesta en este tipo de acciones, a veces peca de buscar el refugio del área para imponerse, aunque la jugada no demande un retroceso tan temprano. A pesar de que determinados movimientos cortos en el área todavía le cuesta seguirlos, por lo general sobrevive en la zona por destreza en las alturas y colocación a ras de césped. Posee un centro de gravedad alto y una musculatura por potenciar, combinación que hoy por hoy lo dibujan como un central capaz de recuperar metros por zancada pero con alguna dificultad en el momento de la reacción cuando el delantero prende la mecha primero.

Por eso, lejos del área, sus escenarios predilectos son aquellos en los que puede acercarse mucho al atacante para, así, anticiparse o condicionar sus movimientos; o aquellos en los que tanto él como la referencia ofensiva rival se desplacen en la misma dirección, corrigiendo la desventaja en carrera o afectando sobre los recorridos del contrario. Por eso, también, el ejercicio defensivo que más sufrimiento le produce es la salida a banda lejos de su área. Con el lateral proyectado, muchos metros que gestionar tanto por delante como por detrás, y un oponente que primero salga a recibir fuera invitándolo a salir, y que a continuación arranque hacia portería obligando al central a ir a remolque en el cambio de dirección. No es extraño ver a Cuenca incurrir en faltas en este tipo de situaciones, ni tampoco verle cargar con una tarjeta amarilla temprana fruto de ello, pero sin embargo ha demostrado la compostura suficiente como para saber manejarse en los partidos con la amenaza de una segunda cartulina sobre la cabeza durante muchos minutos. Una combinación que resume a la perfección lo que es hoy por hoy Jorge Cuenca: por un lado un futbolista maduro, y por el otro un central en formación. Se aprende antes a ser futbolista que a ser central.

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– Foto: Richard Rodriguez/Getty Images

Comments:4
  • Asier 17 octubre, 2018

    No había caído en que fuera tan tan joven la verdad, es solo 2 meses mayor que Miranda, quien esta todavía en edad juvenil, y mas pequeño por mas de 7 meses que Chumi y Mingueza, ojala y le den la oportunidad en el primer equipo cuando sea el momento, y en el segundo equipo hay una generación muy bonita, ojala asciendan y siga Pimienta, y sobretodo que no fichen jugadores que tapen la progresión de los canteranos mas destacados.

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  • Iniesta10 17 octubre, 2018

    Con Umtití y Vermaelen lesionados, y teniendo en cuenta que Piqué no tiene un relevo diestro, no estaría de más que Chumi y Cuenca entrenaran ya con el primer equipo de forma habitual, al menos hasta que se vayan recuperando efectivos. Igual digo una barbaridad, pero creo que entrenar con el primer equipo les puede hacer crecer más rápido.

    Reply
  • Amgz 17 octubre, 2018

    Muy buen artículo, Albert!

    Por lo que he leído en el artículo, y habiéndolo visto poco, parece un perfil parecido al de Lenglet, no?

    Reply
  • Morén 19 octubre, 2018

    @Iniesta 10

    Es habitual que varios jugadores del filial acudan regularmente a los entrenamientos del primer equipo. Es una dinámica que esta temporada se está dando bastante. En concreto últimamente uno de los que más está yendo es Chumi, que entiendo que puede tener más opciones de cubrir puntualmente las necesidades que comentas de la plantilla por el hecho de ser diestro y, además, haberse desenvuelto ya en los dos perfiles de la defensa. En este sentido, podría ser una solución puntual tanto sustituyendo a Piqué como a Lenglet.

    @AMGZ

    Sí, con todas las comillas necesarias teniendo en cuenta que los puntos de maduración de uno y otro son muy distintos, seguramente sea al central del primer equipo que más se parezca. Entre el francés y Vermaelen. Centrales zurdos, con buen pie, fuertes por arriba… aunque como digo hay un salto de experiencia que, por ejemplo, hace que ellos ya sepan ocultar algunas de las dificultades que Cuenca todavía sufre.

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