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Barça 2019-2020 – Capítulo 13: Cuatro centrales ¿titulares?

GIRONA, SPAIN - JANUARY 27: Gerard Pique of FC Barcelona celebrates at the endo of the La Liga match between Girona FC and FC Barcelona at Montilivi Stadium on January 27, 2019 in Girona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

GIRONA, SPAIN - JANUARY 27: Gerard Pique of FC Barcelona celebrates at the endo of the La Liga match between Girona FC and FC Barcelona at Montilivi Stadium on January 27, 2019 in Girona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

A la hora de diseñar la rotación y, por lo tanto, la competencia interna del centro de la zaga, muy rara vez los equipos estructuran una composición por pares. Es decir, no desconectan la pelea por una de las plazas de la pelea por la otra, sino que distinguen a una primera opción como alternativa a ambas plazas titulares, y una segunda opción como alternativa a la primera. A cambio de renunciar a cierta especialización en cuanto a roles y/o perfiles, ganan en equivalencia de niveles. Y es que, en una composición por pares, en la que dos centrales peleasen por un puesto y dos centrales diferentes por el otro, el escenario más repartido posible permitiría, sólo, el 50% de los minutos a cada uno de ellos, y en la medida que dos de los implicados ganaran su particular batalla el porcentaje de hasta dos centrales descendería por debajo de ese umbral. En cambio, una organización a partir de la cual un mismo recambio pueda absorver protagonismos en las dos plazas del centro de la zaga, posibilita que hasta tres hombres puedan superar el 50% de minutos disponibles. De esta manera, puesto que ofrece más presencia, al menos la figura del tercer central puede ser de un nivel más alto. Normalmente, para un central, conviviendo con dos primeros, es mejor ser el tercero que uno de los dos segundos. Atesorando a Gerard Piqué, Clément Lenglet, Samuel Umtiti y Jean-Clair Todibo, con vistas a la próxima temporada el FC Barcelona podría completar una rotación en la posición de central aparentemente muy equilibrada. Con tres titulares de rendimiento acreditado y solvencia contrastada, y un cuarto acompañante de más futuro que presente en disposición de acumular experiencias apartado del primer nivel de exigencia. Una rotación de calidad y generosa en alternativas que no requeriría más actuación que la de mantener lo que ya se tiene.

Ocurre, no obstante, que de cara al verano, en el centro de la zaga de la plantilla culé, se dan cita hasta cuatro factores que pueden modificar este escenario, a priori, tan calmo. El primero y el segundo -sin orden de importancia- tienen que ver con el relevo, a corto y largo plazo, de Gerard Piqué. Por un lado, porque, junto al catalán, la rotación titular del cuadro azulgrana la completan dos centrales zurdos llamados, por lo tanto, a coincidir en el once en caso de que Piqué no pueda estar a disposición del técnico. En el artículo previo a este ya se abordó tanto la elección de la secretaría técnica al respecto el último verano, como también el hecho de que durante el curso apenas se ha puesto en práctica. Siendo más conflictiva la adecuación de un central zurdo al perfil diestro que la de un central diestro al perfil zurdo, cabe preguntarse si las garantías que ofrecen Clément Lenglet y Samuel Umtiti por separado serían equivalentes a las que pudieran ofrecer juntos. Esta es una cuestión que no solamente interviene a la hora de plantear el corto plazo, es decir, la próxima temporada, sino también el hipotético relevo de Piqué con el tiempo. Contando que Vermaelen termina contrato el 30 de junio, Gerard será el central más veterano de la plantilla azulgrana y, por ello, al que el club, presumiblemente, deberá encontrar un sustituto antes. Actualmente, las alternativas que manejaría el Barça ante esta situación serían la opción de un Todibo en formación y con apenas una decena de partidos en la primera división francesa, o la mencionada pareja de zurdos compuesta por Lenglet y Umtiti. Precisamente Samuel es el protagonista del tercer factor capaz de alterar la estructura del centro de la zaga culé en el próximo mercado, y es que los problemas de su rodilla y la amenaza de que éstos se reproduzcan podrían desembocar en un escenario similar al que, en invierno, provocó la incorporación de Murillo. Esto es: tener que pelear tres competiciones con sólo dos centrales titulares -Piqué y Lenglet- y una primera alternativa incierta (esta temporada por la fragilidad de Vermaelen y la siguiente por la inexperiencia de Todibo).

Finalmente, el cuarto factor versa sobre la posibilidad de hacerse este verano a una opción que se estime especialmente indicada y difícilmente accesible en otro momento, a la hora de pensar en el futuro relevo de Gerard Piqué como mariscal de la defensa del Barça. El nombre del holandés Matthijs de Ligt, en este caso, sería el de ese tren que la secretaría técnica considere que no se puede dejar pasar. El de un central muy joven pero ya con bagaje internacional y varias pruebas de nivel a cuestas, capaz de adaptarse a ambos perfiles de la zaga, y que insinúa un enorme potencial tanto en área propia como construyendo ataques. Alto para cerrar las opciones del rival tanto en el centro lateral como en la salida en largo frontal, inteligente sacando el balón jugado, con personalidad, liderazgo y nociones tácticas en la demarcación. Central para un primer escalón en el que el Barça ya tiene a otros tres. Un central, por lo tanto, al que como a Piqué, Umtiti o Lenglet, difícilmente se le puede proyectar por debajo del 50% de minutos. Así pues, salvo modificación táctica, seguramente las únicas opciones de compaginar semejante cartel en la demarcación pasarían por dos condiciones, una anterior y otra posterior al cierre del mercado. La previa tendría que ver con Samuel Umtiti y con la duda acerca del físico del francés y de sus posibilidades de regularidad durante el curso. De la posibilidad que, de nuevo, su rodilla pueda dejar al equipo con sólo dos centrales «titulares», y de que ante esto De Ligt permita mantener cubierta la posición con una tercera pieza. La segunda condición, ya con la temporada en marcha, probablemente pasaría por la posibilidad de que al menos uno de los centrales pueda sumar minutos en otra demarcación. De que, de este modo, hasta tres de ellos puedan compartir once, como una ventana para que se añadan a su competencia una serie de minutos ajenos a la posición. Los más fácilmente activables son los que podrían llegar desde el lateral izquierdo, si el Barça optase por no incorporar a un recambio directo de Jordi Alba y emplease en este papel tanto a Lenglet como a Umtiti.

– Foto: David Ramos/Getty Images

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