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F.C.Barcelona

Conocidos los onces, la principal novedad táctica que presentaba el choque fue la decisión de Vilanova de prescindir de uno de los extremos. Hasta la fecha parecía condición incuestionable formar con dos extremos -en la mayoría de casos abiertos y fijos en banda-, tanto es así que Xavi, Cesc e Iniesta todavía no habían coincidido en un once inicial. Ante el Real Madrid de Mourinho, no obstante, Tito decidió juntar a los tres interiores. Sumó a un centrocampista por detrás del balón para fortalecer la transición defensiva, aumentó la posibilidad de generar líneas de pase que garantizasen la continuidad de la posesión y liberó a Cesc para auxiliar a Messi en su duelo con los centrales blancos. 

De igual manera que cuando nos referimos a Cristiano Ronaldo, analizando el clásico, podemos decir que pese a los dos goles que logró Messi, el argentino fue bien defendido por el Real Madrid. Excelentemente o impecablemente defendido sería más preciso. Y aunque suene a provocación tras los dos goles, Tito Vilanova tiene ahí un problema al que debe encontrar solución, no sólo con vistas a futuros enfrentamientos contra los de Mourinho, sino para el día a día. Varios son los rivales que saben como defender a este Messi, pero ninguno tiene a Pepe y Sergio Ramos para hacerlo, y ante eso, de nada sirve que des con la tecla. Encontrar respuesta a esta situación, pues, significará no sólo una ventaja ante su máximo rival, sino una manera de encontrarle un escenario más cómodo a Leo. Quitarle lastre.

Hubo un tiempo en el que se consideraba a Cristiano Ronaldo un jugador de grande ante los pequeños, y pequeño ante los grandes. Hoy ya nadie osaría respaldar tal afirmación. El cuerpo técnico del Barça, no obstante, obviamente jamás se creyó eso. Primero Guardiola y después Vilanova, han preparado sus enfrentamientos ante el siete blanco con planteamientos específicos. En la etapa de Pep Guardiola en el banquillo blanco, fue recurrente la utilización de la doble marca. En ocasiones presentando un doble lateral derecho con Alves en la posición de extremo, otras decantando a Carles Puyol como central al perfil por donde se movía Ronaldo.

Existe la duda de si se forzará a Piqué, pero parece difícil que el central llegue. Con Puyol fuera de combate y sin esa figura del lateral-central que encarnaba Abidal, pues, parece que Vilanova está abocado a jugársela con la pareja Song-Mascherano. Dos mediocentros en la posición de central. Individualmente es una situación peliaguda, pero enmarcada en un colectivo que sufre en transición defensiva cada partido, alcanza tintes más dramáticos. Por si fuera poco, enfrente estará el Real Madrid, seguramente el conjunto que mejor y más rápido transita en ataque del mundo. El equipo de Ronaldo, Benzema, Di María... Mucho tendrá que imponerse con balón el Barça para que esta situación -que además le mina moralmente partido tras partido- no le castigue.

Vuelve Iniesta, o al menos eso se intuye. El de Fuentealbilla no estará en plena forma y de mediar otro rival, seguramente Vilanova conservaría en su reaparición y esperaría otra jornada. Pero el rival es el Madrid, y los resultados de este inicio de temporada han querido que lleguemos a la jornada 7 con la posibilidad de que el Barça encarrile muy mucho el titulo de Liga poniendo 11 puntos de por medio respecto a su máximo rival. Ante esto, Tito no va a guardarse nada. Dio prioridad a Song antes que Bartra porque no iba a exponer al canterano a un clásico, intentó que estuviera Puyol e igual intentará que esté Piqué. Por eso, es difícil imaginarse que el Barça no salte el domingo con Iniesta en el once. Es una posibilidad, claro, que el técnico le tenga reservado un papel importante entrando desde el banquillo en el segundo tiempo, pero si tuviéramos que apostar, prácticamente todos lo haríamos a que el manchego estará entre los titulares. Lo que ya no está tan claro, es qué papel va a tener Iniesta. Varios factores influyen. Individuales, colectivos y estratégicos. Y Vilanova va a tener que elegir entre tres posibles escenarios.

Si algo se puede achacar a este inicio del proyecto Vilanova, y la mayoría estaríamos de acuerdo, es el poco aprovechamiento de los extremos. Su rol es secundario y prácticamente se limitan a fijarse en banda para abrir el campo. No se pretende potenciar sus virtudes, pues ninguno de ellos sobresale pegado a la cal, y es sintomático que el extremo que más rendimiento ha dado cumpliendo ese papel, haya sido Tello, el de un nivel menor de cuantos están a la disposición del técnico. Anoche, no obstante, durante la primera mitad, tanto Pedro como Alexis fueron las vías por las que el equipo encontró ventajas que le permitieron irse al descanso en ventaja. A nadie se le escapa que ayer, en el primer tiempo, el Barça pisó más área de lo que viene siendo habitual. Y es que tanto Pedro como Alexis desarrollaron un comportamiento distinto al mostrado hasta ahora.