
Recién nombrado técnico del primer equipo, Guardiola dictó sentencia sobre los hombres más importantes del proyecto anterior. No contaba con Ronaldinho, Deco ni Eto’o, y por el contrario, la continuidad de Rafa Márquez era innegociable. A pesar de todo, el club no pudo encontrar una salida para el delantero camerunés, por lo que el proyecto de Pep Guardiola se iniciaba con Samuel Eto’o como nueve. No obstante, el perfil futbolístico del camerunés no era, el que pretendía el técnico para el equipo, algo que resulta evidente si observamos el perfil de los candidatos que sonaron el pasado verano para cubrir la posición de nueve del Barça. Y es que si el fútbol de Guardiola se ha visto influenciado por dos entrenadores, estos han sido Cruyff y Van Gaal. Los dos coincidieron con el Guardiola futbolista, y ambos apostaron en sus equipos por la figura, en ataque, de un hombre jugando de espaldas a portería. En el Dream Team de Cruyff ese rol era para Jose Mari Bakero, mientras que en el caso de Van Gaal, tanto en el Ajax primero, como en el Barça después, esta función la pasó a desempeñar el delantero centro, con Kanu en el equipo de Ámsterdam, y con Kluivert tanto en el Ajax como en el F.C.Barcelona.
La temporada pasada, no obstante, ante la imposibilidad de que esta función la realizase el delantero centro, el Barça utilizó a Messi para desempeñar este rol. Así, cuando el argentino actuaba en banda, eran constantes sus diagonales a la zona de la mediapunta para favorecer la recepción de frente del centro del campo. La importancia que da el técnico a este mecanismo se pudo observar en los partidos más exigentes, en los que Guardiola planteaba un intercambio de posiciones entre Messi y Eto’o para que el argentino ejerciese de falso nueve y conectara con la medular, sacrificando a un Eto’o mucho más limitado para jugar por el costado. Desde una concepción individual del juego, si Messi obtiene una nota de 10 tanto de extremo como en punta, pero en cambio Eto’o por el centro obtiene un 9 y en banda un 6, la mejor opción sería seguir contando con el camerunés como delantero centro. Pero el fútbol no funciona así, y debido a las características de cada futbolista, la elección no sólo repercute en el plano individual, sino que también lo hace en el colectivo, lo cual resulta mucho más importante. Con Messi de nueve, el Barça podía desarrollar de manera más eficiente su propuesta futbolística y, por lo tanto «jugar mejor», facilitando así el camino a la victoria.
Por último, con ‘Ibra’ el equipo ganará los recursos del juego directo para superar líneas del rival con un balón largo desde la defensa, y del remate de cabeza, siendo este un recurso potenciado por la presencia de laterales con capacidad para poner un buen centro como Alves o Maxwell, y que impedirá al rival cerrar su defensa sobre el carril central.
Por contra, debido a que como hemos dicho al inicio del post se hablar de Eto’o e Ibrahimović es hablar de dos futbolistas muy diferentes, en el cambio el Barça perderá en determinados aspectos como son la presión adelantada o la capacidad del camerunés para dar profundidad al ataque mediante desmarques a la espalda de la zaga. En el apartado de la presión es obvio que el sueco no alcanzará los niveles de Eto’o, por lo que el equipo deberá encontrar otras soluciones para desarrollar su transición ataque-defensa. En cambio, en lo que se refiere a la profundidad, si bien Ibrahimović no es un futbolista que trace desmarques largos al espacio, su tendencia a acercarse a la línea de medios provocará un escalonamiento en la defensa del rival que sí puede abrir opciones para que los hombres de banda busquen la diagonal fuera-dentro sin balón que les sitúe frente a frente con el portero rival, aprovechando el espacio vacío que Zlatan dejará en el centro del ataque.
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