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85 minutos que valen una Liga

En el Sánchez Pizjuán el Barça afrontaba su primer match ball. Dependiendo de lo que hiciese el Real Madrid ante el Athlétic, los de Guardiola podían proclamarse campeones de Liga. En el bando merengue, la visita de los azulgranas a Sevilla estaba señalada como la última oportunidad para que el líder pinchara. Al final, tanto Barça como Real Madrid ganaron sus partidos, y aunque la diferencia de puntos se mantenía, tras superar a Villarreal y Sevilla, la sensación es que el F.C.Barcelona ya acaricia el título de Liga. Quedará aún una última jornada en la que deberá enfrentarse a un Valladolid que lucha por mantenerse en primera en el Camp Nou. Todo está de cara para que el proyecto Guardiola sume su segunda Liga consecutiva, pero el equipo deberá confirmarlo sobre el césped.

Respecto al partido contra el Sevilla, el Barça demostró que, salvo la excepción de la eliminatoria frente al Inter, es en las grandes citas cuando más fiable se muestra. Así, aunque por el marcador pueda adivinarse un encuentro igualado, la verdad es que los azulgranas se mostraron muy superiores a su rival durante la mayor parte del partido, y solo cinco minutos en la segunda parte, empañaron una excelente actuación colectiva.

Pep repitió el mismo once que se impuso en el Madrigal, por lo que Bojan volvió a dejar en el banquillo a Zlatan. El sueco no tiene el contexto en el que brillar, y dado lo especial de su juego, eso es un problema importante para el equipo. Así pues, sin Ibra, y con un punta más convencional como Bojan, el equipo tiene una exigencia menor y juega más fácil. Además, el canterano atraviesa un momento dulce de cara al gol, lo que revaloriza el extraordinario trabajo sin balón que realiza durante los partidos. Tanto él como Messi y Pedro lograron ofrecer a los centrocampistas un escenario propicio, ya fuese tirando a la zaga hacia atrás trazando desmarques al espacio, como apareciendo entre líneas para atraer a los medios del adversario.

De este modo, el equipo jugaba muy lejos de Valdés, con espacios en la media y con un rival demasiado encerrado como para ser efectivo en la presión. En cambio, puesto que la posesión azulgrana transcurría en zonas adelantadas, las perdidas podían ser contrarrestadas al contar con muchos efectivos alrededor del balón para lanzar la presión. Messi, Pedro, Bojan, Xavi, Busquets, Keita, Alves, Maxwell…el equipo junto tanto en ataque como en defensa. Así pues, al Sevilla le costaba mucho organizar las contras, con lo que el Barça lograba controlar el que podía ser el principal problema defensivo, el emparejamiento entre Navas y Maxwell. Sin la posibilidad de sorprender al contraataque, al Sevilla solo le quedaba la opción del juego directo buscando a Kanouté, pero el malí se encontró con la excelente defensa de un Piqué que se impuso en la mayoría de los duelos.

Superada la prueba del Pizjuán, el Barça deberá rematar en el Camp Nou sin Maxwell ni Xavi. En el lugar del brasileño Abidal parece ser el favorito, por delante de la opción de mover a Puyol al lateral y dar entrada a Milito. Más complicado será sustituir a Xavi, pues no es seguro que Iniesta llegue a tiempo, y si lo hace difícilmente podrá disputar los noventa minutos. La temporada pasada, ante la baja del de Terrassa, Guardiola solía optar por utilizar a Busquets como interior con Touré como mediocentro. No obstante, esta temporada, con el canterano como un fijo en el pivote, ha sido el marfileño quien en más de un ocasión ha adoptado una posición más avanzada. Por último, si el técnico no quiere prescindir de Busquets como mediocentro y busca alinear a un jugador más capaz de organizar los ataques que Yaya, tendrá las opciones de los canteranos Jonathan Dos Santos y Thiago Alcántara, o incluso de volver al 1-4-2-4 y centrar la posición de Messi.

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