Icono del sitio En un momento dado

El segundo año del ‘Pep Team’: El mediocentro

Junto con el cambio de delantero centro, respecto a la pasada temporada, la novedad más llamativa, al menos a nivel mediático, seguramente se haya visto en la posición de mediocentro, donde Touré Yaya ha cedido su puesto a Sergio Busquets. Como en el caso de Eto’o e Ibrahimović, parece inevitable que los argumentos giren entorno a una comparación individual…vuelve a ser un error. Todos tenemos en mente un equipo ideal. A unos les gusta más jugar con dos centrales perfil líbero y otros prefieren completar este perfil con un central marcador, unos prefieren un punta como Eto’o y otros a uno como Zlatan, a unos les gusta más Messi en la banda y a otros en posiciones centradas, Iniesta extremo o Iniesta interior… Todas las opiniones son validas, faltaría más, pero si de lo que se trata es del análisis, el procedimiento debe ser otro. Primero ver qué quiere el entrenador de su equipo, y luego, analizar las piezas que tiene para hacerlo.

A nadie se le escapa que el actual Touré Yaya es un futbolista de más entidad que el actual Busquets. Si finalizásemos aquí el debate solo habría una conclusión: si el entrenador prefiere a Sergio antes que al marfileño es porqué no sabe -o no sabe tanto como yo que si lo sé ver-, o en el peor de los casos, hablaremos de filias o fobias del técnico respecto a algunos jugadores. Incurriremos pues, otra vez, en reducir la complejidad del fútbol y sus mecanismos, y es que no siempre los once mejores futbolistas forman el mejor equipo.

Touré Yaya, como mediocentro, es un jugador de una capacidad física enorme que le permite descolgarse en ataque en conducción y, en defensa, solventar desde una aportación individual una carencia del equipo como es la defensa en campo propio. Con el balón en los pies demuestra una gran capacidad técnica, y no es el típico pitbull que pierde la mitad de balones que recupera. No obstante, actuando como pivote, resulta excesivamente estático, lo cual en otros equipo resultaría un factor poco determinante, pero que en el Barça, donde Xavi es el interior, resulta un problema notable. El de Terrassa ejerce de eje del juego azulgrana, por él pasan prácticamente todas las jugadas de ataque y es el encargado de marcar el ritmo del juego. Para que pueda hacerlo en las mejores condiciones posibles, el equipo debe procurar que logre recibir encarado hacia el marco rival, pues si lo hace de espaldas, el rival encontrará facilidades para impedir que se dé la vuelta y ralentizar así el ritmo del Barça. No obstante, la presencia estática de Touré le cierra la posibilidad de moverse hacia el centro y recibir en movimiento, quedando encerrado en una posición estática o en un movimiento vertical que provocará que en la mayoría de ocasiones, reciba de espaldas a portería.

Si Touré tiene su principal aportación en transición defensiva, el caso de Sergio Busquets es el contrario. Defendiendo en campo propio es débil, no tiene ni el físico ni la técnica defensiva de Yaya, pero en cambio, su juego potencia la transición ofensiva del Barça. Se trata de un jugador que entiende mejor el estilo azulgrana de juego de posición y combinación rápida a uno o dos toques, y que, sobretodo, se muestra mucho más dinámico actuando como mediocentro, lo que potencia el juego de Xavi, y por consiguiente, del Barça. Con Busquets el equipo tiene más posibilidades de jugar bien -o mejor- y eso quiere decir dominando la posesión, situando el balón lejos de su área y defendiendo mediante la presión en campo contrario. Si lo consigue, los problemas que pudiera tener defendiendo en en su campo, y para los que Touré resulta una solución perfecta, desaparecen, ya que el equipo recupera en la frontal del rival y no en la propia.

Siendo dos futbolistas tan distintos, pues, ¿de qué sirve preguntarse quién es mejor? La pregunta correcta debería ser ¿Qué perfil encaja mejor en lo que necesita el técnico en la posición? Si Guardiola busca un mediocentro que sea solución a los problemas defensivos del equipo cuando no es capaz de desplegar su futbol, el hombre que responde al perfil necesario es Touré. Si por el contrario el objetivo es potenciar el juego para que aumenten las opciones de que el equipo consiga imponer su futbol y, por lo tanto, no aparezcan esos problemas defensivos, Busquets encaja mucho mejor cumpliendo ese rol.

Para muestra la ida de los cuartos de final ante el Arsenal, la que seguramente haya sido su mejor actuación hasta la fecha y en el cual aparecen retratadas a la perfección las fortalezas y las debilidades de contar con un mediocentro de sus características. Durante la primera hora de partido, el control del partido por parte del Barça fue total, ritmo alto de circulación, líneas adelantadas, profundidad en el juego y la consecuente presión desde muy arriba. Ese es el contexto idóneo para Sergio, pues saca a relucir su interpretación del juego de posición, su facilidad para jugar a uno o dos toques, su lectura de los movimientos en el mediocentro y su agresividad en la presión. En el último tercio del partido, no obstante, el Barça perdió el control, el Arsenal pudo adelantar líneas y construir ataques más elaborados. A los azulgranas les tocaba correr hacia atrás y defender en campo propio, y ahí Busquets sufre.

Salir de la versión móvil