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El segundo año del ‘Pep Team’: La salida desde la defensa

Después de analizar la evolución del sistema de juego a lo largo de la temporada, centrándonos ya en aspectos más específicos, nos detendremos hoy en la salida desde atrás. Esta es sin duda una de las fases claves en el juego azulgrana, pues debe permitir iniciar jugada dominando la posesión, con las líneas adelantadas, permitiendo a los centrocampistas recibir en superioridad y, por lo tanto, mandar sobre el control del partido.

La pasada temporada el inicio de la jugada desde la defensa se organizaba a partir de una defensa de tres -Márquez, Piqué y Abidal- y con Alves adelantándose hasta la línea de medios para convertirse en un apoyo más. La pareja de centrales Márquez-Piqué estaba pensada para mejorar esta fase del juego, lo que convirtió a Puyol en el primer recambio para la zaga. El mexicano era el hombre clave a la hora de iniciar jugada, y es que seguramente haya sido el central más determinante en la salida del balón de los últimos años. No en vano, una de las primeras decisiones de Guardiola cuando fue nombrado técnico de la primera plantilla, fue mantenerle en el equipo pese a que acumulaba dos temporadas a un nivel por debajo de lo esperado. Esta temporada, no obstante, como consecuencia de la lesión que se produjo en la ida de las semifinales de Champions contra el Chelsea, Guardiola no pudo contar de inicio con Márquez. Además, en ningún momento este año el central ha recuperado su  mejor versión, por lo que el técnico se ha visto obligado a encontrar alternativas en la construcción de juego desde atrás.

Los problemas por la ausencia de Rafa Márquez ya se empezaron a ver a finales de la temporada pasada, cuando tanto Athlétic de Bilbao como Manchester United plantearon una presión muy fuerte sobre la salida del Barça, en las dos finales que disputó el equipo de Guardiola. Esta temporada, pues, el cuerpo técnico preparó una novedad. Sin Márquez, para que el equipo siguiese disponiendo de dos jugadores capacitados para construir desde la defensa, sería Touré el encargado de completar la línea de tres junto a Piqué y Puyol. De este modo, no solo se minimizaba la incidencia de la baja del central mexicano, sino que disminuían las consecuencias negativas de contar con un pivote como Touré que no favorece la rotación de los hombres del centro del campo y que, por lo tanto, dificulta que los interiores puedan recibir encarados hacia el marco rival. Así pues, con el marfileño ocupando el mediocentro, este era el funcionamiento empleado en el inicio de la jugada, mientras que cuando el titular era Busquets, quedaba relegado a recurso puntual.

No obstante, como describíamos en el anterior post, pasado el Mundial de clubs el Barça cambió de esquema y pasó del 1-4-3-3 al 1-4-2-4. De un centro del campo de tres, se pasaba a uno formado únicamente por dos futbolistas, por lo que el recurso de retrasar al mediocentro desaparecía, y con una pareja de centrales más convencional que la Márquez-Piqué pero menos potente en la construcción siendo ahora Puyol el acompañante de Gerard, ha sido Víctor Valdés quien ha dado un paso al frente.

Si ya antes el cancerbero del Barça se distinguía por ser el portero con mayor participación en la construcción del juego de su equipo, ahora su rol  no se diferencia demasiado del de cualquier otro central. Con la posesión del lado culé, Valdés es el líbero. Los centrales, por su parte, como sucedía cuando Touré ejercía el rol que ahora tiene el arquero, se abren a los costados para abrir espacios y dificultar la defensa del rival. El funcionamiento es el mismo, pero con el mayor riesgo que supone eliminar la red de seguridad que es tener al portero a la espalda.

Lo más interesante de este cambio es que permite al equipo disponer de un jugador de campo más. Gracias a la salida con Valdés, Piqué y Puyol, el centro del campo puede sacar provecho de su superioridad numérica, sin que ello suponga perder espacios ya que los laterales, adelantando su posición de manera simultánea, aportan la amplitud desde la banda.

Con la vuelta al 1-4-3-3 que intuimos de cara a la próxima temporada, faltará ver si este mecanismo tiene continuidad o se queda en recurso puntual, pues aunque seguramente ya no tenga sentido como solución a una debilidad, si puede ser un aspecto del que sacar ventajas.

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