
Once tipo: D.López, Ángel, Marchena, Gonzalo/Musacchio, Capdevila, Senna, Bruno, Borja Valero, Cazorla, Nilmar y Rossi.
Hablamos seguramente de uno de los equipos más estables de la primera división, con una idea futbolística clara, un grupo de jugadores consolidado, y una serie de mecanismos perfectamente asimilados para alcanzar los objetivos del juego. El equipo de Garrido parte de la premisa inicial de salir jugando desde atrás y no rifar el esférico mediante un balón largo. En este sentido, con hombres como Cazorla, Borja Valero, Nilmar o Rossi en ataque, resulta evidente que las posibilidades de éxito para el Villarreal, a la hora de dominar los balones aéreos, no son muy elevadas. Así pues, el primer pase siempre pretende ser corto y a ras de césped, buscando preferiblemente a uno de los dos mediocentros -sobretodo a Senna-. Para ello, el equipo cuanta con un portero y una línea defensiva con un buen manejo del balón. Los Ángel, Marchena, Gonzalo, Musacchio o Capdevila, son defensores que, sin excesivas florituras, son perfectamente capaces de servir el balón limpio al compañero. Si se le aprieta arriba, y antes de rifar el balón, suele ser uno de los dos mediocentros -o incluso los dos a la vez- los que se incrusten en la zaga para mandar en la salida.
El objetivo es crear una superioridad numérica por el interior que habilite a los jugadores más creativos para construir jugadas que permitan al equipo llevar el peligro a la meta rival mediante rápidas combinaciones. En este punto, para generar espacios e impedir que el rival adelante la defensa juntando líneas, es vital el peligro constante que supone la velocidad y habilidad en el desmarque tanto de Nilmar como de Rossi. Éstos, no limitan su función a atacar la espalda de la defensa, sino que, además, pierden constantemente la posición para participar de la jugada. En especial, es recurrente verles acercarse a la media para tocar de espaldas al primer toque y acelerar la jugada. Este movimiento, a su vez, permite al Villarreal escalonar la posición de los centrales rivales y, así, habilitar el desmarque del otro punta.
Nilmar y Rossi mantienen en todo momento una posición dinámica que hace muy difícil su defensa por parte de los adversarios, y son, junto a los laterales, muy importantes a la hora de dar amplitud al juego y evitar, así, que el rival deje libres las bandas en defensa para así igualar fuerzas por dentro. De este modo, suelen caer a bandas atacando, sin balón, la espalda de los laterales, lo que, a la vez que arrastra a uno de los centrales fuera de posición, fija al lateral. Ángel y Capdevila, por su parte, tienen una permanente presencia en fase ofensiva, de manera simultánea, manteniendo una posición abierta a banda. Ya que ambos suben a la vez, los dos mediocentros tendrán la función de equilibrar el equipo en caso de pérdida.
