
Con la llegada de Guardiola, no obstante, se construyó un nuevo equipo, con el mismo esquema pero con un comportamiento completamente diferente, el cual, hizo posible que hoy suene a blasfemia decir que Xavi e Iniesta no son compatibles.
Algo parecido sucede a propósito de la composición de la plantilla. Los dos últimos Barça ganadores antes del de Guardiola, se diseñaban a partir de plantillas de 22 jugadores en que todas las posiciones aparecían dobladas, de manera que para cada titular había un suplente claramente identificado. El perfil de los hombres era distinto, pues mientras Van Gaal buscaba clones -Reiziger/Puyol, Frank de Boer/Dehu, Guardiola/Xavi, Luis Enrique/Gabri, Figo/Simao, Kluivert/Dani…- Rijkaard quería perfiles complementarios -Belletti/Oleguer, Edmilson/Motta, Deco/Van Bommel, Eto’o/Larsson, Messi/Giuly…-, pero la idea siempre era la misma, tener dos onces.
Se instaló, pues, este modelo de plantilla como el único valido, y todo lo que se alejaba de este era identificado como una plantilla corta. No obstante, en otra línea diferente existe el modelo utilizado por Guardiola -heredado del Dream Team de Cruyff- en el que se pretende contar con un grupo de 14-15 titulares que son los que disputaran el grueso de minutos y los que serán utilizados en los momentos decisivos, y un segundo grupo de jugadores que tendrán la función de completar la plantilla. Así se explican situaciones como el Touré central, los Maxwell o Keita extremos o los actuales Abidal y Busquets centrales. Mientras que en el modelo de plantilla anterior estos puestos serían para los Cáceres, Jeffren o Milito, en el actual, el recambio para uno de los titulares es otro de esos 14-15 titulares. Así, cuando falte uno de los delanteros entra Mascherano para mandar arriba a Iniesta, cuando falte un central entrará Maxwell para centrar a Abidal o Mascherano para retrasar a Busquets, e incluso, si Busquets responde como central, cuando falte Alves Puyol caerá a la banda pasando el de Badía a formar pareja con Piqué.
A la hora de analizar la plantilla actual y de proyectar lo que puede ser el Barça de la próxima temporada, esto es algo que debe tenerse siempre presente.
Uno de los problemas que ya se apuntó la temporada pasada y que esta parece confirmarse, es que dentro del grupo de los «titulares» se están abriendo distancias. Hay un salto demasiado grande en caso de jugar unos u otros. Esos jugadores 13, 14 o 15 cada vez son menos titulares y más suplentes. Por eso, uno de los objetivos que debe marcarse la secretaría técnica es el de subir el nivel de los titulares, entendiendo por titulares esos 14-15 jugadores en los que recaerá la responsabilidad.
Por último, detenernos en el papel del filial. No debe perderse la perspectiva, y por mucho que algunos de los jóvenes apunten muchísimo, su sitio no está en el de los titulares, sino en el de los hombres que complementan la plantilla. Cuidar la cantera es eso, ofrecerles la oportunidad de encontrar un hueco en la primera plantilla, lo otro, planificar con ellos en el grupo de los titulares, una temeridad. Los jóvenes, pues, no deben entrar en los debates sobre la planificación en lo que a titulares se refiere. Ahí, si Guardiola necesita un titular no hay jugador del filial que tenga nada que decir. El fichaje de un titular no tapa a un canterano, ya que no compiten por lo mismo. El titular viene a decidir, el canterano a completar. Cuando éste escale en la estructura de plantilla y demuestre que está listo para decidir, será el momento de considerarle como un titular. A los jóvenes se les debe ofrecer un lugar en la plantilla, pero el lugar que les corresponde.
