
Llegados a este punto, los rivales del Barça, dependiendo del nivel de sus futbolistas, de sus características y de su personalidad, tiene dos opciones. La primera, la más ambiciosa, es la que vimos poner en práctica al Arsenal en el Emirates, que consiste en no renunciar a sus fases de posesión. Implica buscar la salida limpia, contar con futbolistas capaces de combinar, esconderle el balón a los azulgranas y tomarse su tiempo antes de finalizar las jugadas para obligar al Barça a tener que situarse en fase defensiva. El equipo de Guardiola persigue recuperar arriba, jugadores como Busquets o Alves roban más balones en campo contrario que en el propio, entre otros motivos, porque a excepción del brasileño, Piqué y Mascherano, el resto de jugadores no tienen las características para defender próximos a la portería de Valdés.
En el Emirates, Wenger echó mano de futbolistas como Koscielny, Wilshere, Cesc o Nasri para poner en práctica este planteamiento y no renunciar a dañar con balón aun sabiendo que la mayoría del partido deberían vivir sin él. Como el técnico gunner, Lucescu tiene jugadores capaces de aplicar esta estrategia, pues, sin ir más lejos, la calidad del primer pase desde la defensa del Shakhtar, con Srna, Chygrynskiy, Rakitskiy y Rat, es superior a la del Arsenal. De mediocampo hacia delante, cuenta además con futbolistas de un nivel técnico muy alto como Douglas Costa, William, Jadson, Mikhitaryan o Luiz Adriano, jugadores capaces de dar mucho sentido a la posesión de su equipo si se logra superar la presión adelantada del Barça. En este aspecto, quizá ofrezca menos garantías el doble mediocentro, por lo que sin Fernandinho, tampoco nos extrañaría que Lucescu pusiese en práctica la variante de alienar juntos a Jadosn y Mikhitaryan, retrasando al ucraniano al lado de Hubschman. Por parte del Barça, si el Shakhtar opta por esta solución, más allá de la habitual primera línea de presión, la presencia en el mediocentro de un hombre como Mascherano -como ya demostró ante el Arsenal- puede ser de gran valor pues es el futbolista más preparado de la plantilla en la defensa sin balón. Además, su agresividad y anticipación, como ya hemos señalado en alguna ocasión, deben contribuir a que el Shakhtar se vea obligado a precipitar sus ataques de manera que se dilaten lo menos posible en el tiempo y el Barça tenga que vivir menos tiempo en fase defensiva.
En el Shakhtar, el contraataque no es solo un recurso que sumar a un plan inicial más pausado y elaborado en casos excepcionales, sino que el equipo aúna con total naturalidad ambas estrategias, dotando de una mayor riqueza a su juego. Los problemas del Shkahtar si no tiene el balón son defensivos, pero no ofensivos, donde encuentra la manera de llevar peligro a la portería rival valiéndose de un juego más directo. Ya hemos apuntado el buen nivel técnico de la línea defensivo, al que hay que sumar el acierto en el servicio largo del meta Pyatov. Si a esto le añadimos el excelente nivel de Luiz Adriano jugando de espaldas a portería, tenemos las claves del éxito del juego directo ucraniano. El objetivo final, no obstante, no es el punta sino otra vez Douglas Costa, para que sea éste quien decida en los metros finales.
Más allá de la defensa de los balones largos a Luiz Adriano, la clave será controlar la dejada para Douglas Costa. Como hemos comentado, el objetivo no es el 9 sino un Costa encarado hacia el centro por jugar a pierna cambiada. Ahí, debido a que tanto Maxwell como Adriano deberían sufrir en el uno contra uno, será importante la ayuda tanto del central zurdo como, sobretodo, del mediocentro, punto en el que cobraría valor la opción de dar entrada en el once a Mascherano para retrasar a Busquets a la zaga.
En el ataque culé, por su parte, tendrá un peso importante la capacidad de desborde de los hombres de Guardiola. Como ya hemos analizado, el Shakhtar no es un equipo especialmente dotado para defender hombre a hombre, con casos casi dramáticos como los de Chygryskiy o Rat. Jugadores como Messi, Iniesta, Villa, Alves o Pedro, pues, pueden encontrar muchas facilidades para romper el entramado defensivo de los ucranianos.
