
Sin embargo, lo lógico es esperar que la banda derecha inglesa sea para Valencia o para Nani. El primero con un juego más abierto que empieza y termina pegado a la cal, explotando su velocidad y verticalidad para percutir al contraataque, o el portugués para aumentar los recursos del equipo en ataque posicional y con una mayor tendencia a la diagonal.
Con más o menos tiempo de posesión en las transiciones defensa-ataque, parece claro que el discurso del United será el contraataque. Para minimizar sus riesgos, pues, será vital para el Barça controlar las pérdidas de balón, tanto en cantidad como en calidad. El Barça no debe permitir la recuperación en fase inicial, con el equipo mal colocado para lanzarse a la presión y el rival desplegado para ejecutar fácilmente la contra. La pérdida azulgrana debe localizarse cerca de la portería de Van der Sar, con el mayor número de jugadores del United por detrás del esférico y los jugadores azulgranas formando una nube alrededor del balón que les permita bien recuperar rápidamente, bien ensuciar la contra inglesa.
Tanto la capacidad de Iniesta para superar líneas desde el regate, como la presencia de Messi a la espalda de los mediocentros habilitando líneas de pase que obliguen a la media rival a girarse hacia su portería, serán los principales caminos que tendrá el Barça para lograr que el juego se localice en las inmediaciones del área del rival. El argentino se encontrará, además, con uno de los principales quebraderos de cabeza de Ferguson, y es que su especial habilidad para dominar el espacio entre mediocentros y centrales, coincidirá con las principales carencias de dos de los hombres que deben defender esa zona, Carrick y Vidic. Los problemas del inglés vienen provocados porque aunque desde hace unas temporadas actúa como mediocentro, su demarcación original es la de interior. Con Cristiano Ronaldo, su adecuación al discurso que imponía el portugués compensaba sus limitaciones, pero ahora, en este «nuevo» United, sus lagunas descuidando su espalda penalizan mucho, y pueden resultar mortales ante un hombre como Messi. Detrás de Carrick estará Vidic, un central perfecto para defender con una referencia, pero que en el espacio abierto, sin una marca fija y con la obligación de interpretar los distintos escenarios que le plantea el juego, es propenso al error.
Ferdinand, por su parte, debe ser quien interprete los movimientos de Messi y guíe a Vidic desde la defensa. El serbio será el marcador y el inglés el líbero que le corregirá. Por eso, para el Barça, puedo ser muy interesante intercambiar en determinados momentos del choque la posición de los hombres de banda para emparejar a Pedro con O’Shea. Se trataría del mismo recurso que ya utilizó Guardiola en la final de Copa percutiendo con el canario sobre la posición de Arbeloa. La, a priori, superioridad azulgrana en el desequilibrio individual de ese duelo, obligaría a los hombres de ese sector del United a acudir a las ayudas sobre su lateral, por lo que hombres como Ferdinand, Fletcher o incluso Valencia, deberán diversificar sus focos de atención.
El mayor beneficiario si esto ocurre, más que Messi, puede ser Andrés Iniesta, el hombre que compartiría perfil con Pedro desde la posición de interior. El manchego encontraría, pues, facilidades para atravesar al mediocampo rival con la menor presencia de ayudas a su marcador, pudiendo explotar su habilidad en el uno contra uno, para llevar el balón a la frontal del área. Obligar a los medios ingleses a recular, ganar metros en mediocampo, obligar al United a acumular el máximo numero de efectivos por detrás del balón haciendo descender el peligro de sus contras y juntar a los azulgranas alrededor del esférico para aplicar de manera más efectiva la presión.
