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Proyecto Guardiola, año 3: El inicio de la jugada

Junto a la nueva ubicación de Messi como falso nueve, la temporada empezó con otra importante novedad en el esquema de Guardiola, que el técnico ya había tratado de poner en práctica en anteriores ocasiones. Se trataba de la salida desde la defensa abriendo a los centrales, mandando a los laterales arriba y retrasando la posición del mediocentro hasta asumir prácticamente el papel del clásico líbero. Este mecanismo, generalmente asociado a la figura del entrenador argentino Ricardo La Volpe, fue utilizado por primera vez por el técnico de Santpedor en su primera temporada al frente del primer equipo del Barcelona, tras la lesión que impidió a Rafa Márquez disputar el tramo final de temporada.

Hasta entonces, el equipo había venido jugando habitualmente con dos centrales como el mexicano y Gerard Piqué que destacaban a la hora de sacar limpio el balón desde la defensa, por lo que sin Márquez, y ante la entrada en el once de un central menos dotado en este aspecto como Puyol, Guardiola buscó una solución para potenciar una fase del juego vital para el estilo de juego que pretende desarrollar el equipo.

Aunque Guardiola tuvo que aparcar esa idea cuando la pasada temporada el equipo pasó del 1-4-3-3 al 1-4-2-3-1, al inicio de la actual, el técnico trató de volverla a poner en funcionamiento. Tras la salida de Chygrynskiy, se confirmaba que la pareja de centrales tendría una composición más «académica» con un líbero como Piqué y un marcador como Puyol, aunque a lo largo de la temporada, debido a los problemas con las lesiones, hayan ocupado ese rol otros hombres como Abidal o Mascherano. Así pues, ante esta situación, el técnico volvió a buscar una solución que permitiera al equipo mejorar a la hora de sacar el balón controlado ya desde el inicio de la jugada.

No obstante, otra vez Guardiola tuvo que aparcar la idea ante los problemas que encontraba el equipo para aplicarla, y ante el inminente enfrentamiento por el liderato con el Madrid. Se volvió al comportamiento habitual del equipo, pese alguna prueba poco exitosa con Busquets como central, con un líbero, un marcador y un mediocentro. Para que los rivales no encontraran en este punto una debilidad sobre la cual atacar, el Barça tuvo que encontrar alternativas distintas a la salida de tres con el mediocentro entre los centrales.

Así, hemos podido ver a un Víctor Valdés evolucionando aún más en su papel de portero-líbero, mejorando cada día más en la localización del hombre libre e insistiendo en sociedades que van más allá del pase con los centrales, estableciendo conexiones con los laterales o los hombres de mediocampo. Sin embargo, pese a ello, en algunos momentos, y sobretodo en los escenarios de máxima exigencia, el Barça ha necesitado ir un paso más lejos. Para estas situaciones, Guardiola ha dispuesto un intercambio de posición entre Sergio Busquets y Xavi, para que sea el de Terrassa el encargado de recoger el balón de los centrales y ser ese hombre que venza la presión adelantada del rival. Se trata de una variante que hemos podido observar en varios partidos, pero que sobretodo fueron evidentes ante el Arsenal en el Emirates o en la final de Champions cuando peor lo estaba pasando el Barça. Xavi es un seguro a la hora de proteger el balón, un especialista en asegurar el pase, y posiblemente el mejor jugador del mundo administrando la base de la jugada de su equipo.

Ya hemos observado en alguna ocasión como los finales de temporada de Guardiola acostumbran a dar pistas sobre sus intenciones de cara a la siguiente, por lo que está por ver si, ante los insistentes rumores que sitúan a Cesc y Alexis Sánchez en el Barça la próxima temporada, Guardiola está pensando insistir en esta variante, ya sea con el jugador del Arsenal o con Xavi asumiendo esa responsabilidad en la base de la jugada.

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