Así pues, especialmente en esta línea del equipo, las plazas están muy caras. La exigencia es mucho mayor tanto para las futuras posibles incorporaciones como para los jóvenes del filial. Al Barça se le acumula el talento, y por eso, aunque desagradables, no deben extrañar situaciones como la vivida este verano con Oriol Romeu. Llegó el Chelsea de Villas-Boas que había perdido por lesión a Essien, el Barça no podía ofrecerle una plaza en la primera plantilla, y finalmente el futbolista fue traspasado al equipo de Londres. Las informaciones, no obstante, apuntan a que el club se ha reservado una opción de recompra después de las dos primeras temporadas de Romeu en el Chelsea. Así pues, ante la perspectiva de que el F.C.Barcelona pueda plantearse su recuperación dentro de dos años, entendemos que puede ser una buena iniciativa que, desde En un momento dado, sigamos las evoluciones de Oriol Romeu en su nuevo equipo.
Romeu no debutó hasta la cuarta jornada. Lo hizo ante en el campo del Sunderland, entrando a los 78 minutos de juego por Anelka, con un 0-2 a favor de su equipo. El Chelsea había saltado al terreno de juego con el 1-4-3-3 que ya usó Villas-Boas la pasada temporada en su Porto. Ante el Sunderland también debutaba como titular el último fichaje de los blues, el interior Raúl Meireles incorporado de las filas del Liverpool, que sorprendentemente saltó al césped cumpliendo las funciones de mediocentro, acompañado desde los interiores por Ramires y Lampard. Con el cambio de Romeu por Anelka, el Chelsea quiso reforzar el centro del campo, y pasó a formar con un 1-4-5-1 en el que Romeu era el mediocentro, Meireles y Lampard los interiores, y Ramires y Malouda los hombres de banda. Arriba únicamente Fernando Torres en punta.
No sólo fue titular, sino que Villas-Boas le ofreció un contexto idóneo para desarrollar su fútbol. Dos centrales excelentes en la salida como Alex y David Luiz para que el equipo saliese tocando desde atrás, y un socio en la medular como Josh McEachran. Junto a ellos, un Malouda más centrado de lo habitual, actuando como interior izquierdo. Romeu se encontró cómodo, y destacó tanto cuando el equipo atacaba como cuando defendía. Desde un papel secundario pues los protagonistas eran McEachran y, sobretodo, David Luiz, pero aportando lo que necesitaba el equipo en cada momento y lo que requería de su mediocentro. Especialmente meritorias las constantes permutas en la base de la jugada con el central y el interior, y las coberturas defensivas tanto a los laterales como, principalmente, a las aventuras atacantes de David Luiz.
No obstante, si el partido comenzó con un contexto idóneo para Romeu, el escenario final fue todo lo contrario. Primero la entrada de un Lampard que este inicio de temporada evidencia estar muy lejos de su mejor momento que acarreó el desplazamiento de Malouda hasta la delantera, y finalmente la expulsión de Alex que obligó a Villas-Boas a dar entrada a quitar a McEachran para dar entrada a un central -Terry-. Aún así, Romeu se adaptó a un contexto menos favorable, más directo, con menos control del balón y trabajo en campo propio. Romeu demostró a Villas-Boas que el rol de mediocentro que hasta ahora ha venido ocupando Obi Mikel, puede ser suyo, y que es capaz de dar a la posición el estilo de toque por el que parece haber apostado el técnico, sin acusar el salto a una liga tan diferente como la inglesa.