Como ya sucediera la pasada temporada desde que Esteban Vigo con el Hércules en el Camp Nou derrotara al equipo de Guardiola, los rivales del Barça, este curso, vuelven a emplear la estrategia de regalarle las bandas. El azulgrana no es un equipo de centros desde el costado buscando a un nueve poderoso en el juego aéreo. Salvo Keita, apenas tiene jugadores capaces de imponerse por alto en el interior del área. Además, sus hombres clave se concentran en el carril central desde que Messi centrara su posición para que su influencia sea mayor, por lo que regalando las bandas, los rivales pueden acumular sus esfuerzos en defender el zona central. Seguro que Guardiola tenia eso en mente cuando planificó el fichaje de Alexis Sánchez, pero el chileno vio frenada su adaptación al equipo por la lesión que sufrió ante la Real Sociedad en Anoeta.
Ante el Getafe, no obstante, este recurso coincidió en otra variante de Guardiola que cortocircuitó esta conexión. Bien cuando el rival se cierra, bien cuando presiona la salida desde la defensa, Pep, desde finales de la pasada temporada, ha optado por retrasar la posición de Xavi intercambiándose con Busquets. El de Tarrassa pasa al mediocentro y Sergio al interior derecho. Combinados ambos recursos, no obstante, nos encontramos un escenario en el que Messi crea la ventaja para que el cerebro del equipo mande desde el interior derecho, pero en el que ese hombre ya no es Xavi, sino Busquets. Pero Sergio es un jugador de continuación y no un hombre para organizar y dar el tiempo al juego. En la izquierda no estaba Iniesta, mientras Alexis y Villa insistían en pisarse el espacio el uno al otro. Sólo quedaba un perfil derecho en el que Messi no encontraba retorno para las ventajas que creaba al interior derecho desde su posición.
La solución pasaba por situar otro cerebro en ese interior. Si no se quería sacar a Xavi del mediocentro, el intercambio de perfil entre Busquets y Thiago, seguramente hubiese sido la opción más interesante. De cara a la planificación de la temporada 2012-13, no sería extraño que ante esta situación, Guardiola quiera incorporar a un mediocentro más creativo que Busquets, o, lo más probable, un central verdaderamente determinante a la hora de iniciar el juego. Ese Rafa Márquez que permita a Xavi seguir en el interior. Hasta entonces, el remplazo del 4 mexicano puede ser otro 4, Cesc Fábregas. Evidentemente no para formar en el centro de la zaga, sino para ser ese segundo cerebro que necesita el equipo cuando Xavi no ocupa el interior derecho, o bien para, directamente, ser él quien ocupe esa demarcación de mediocentro, y así volver a conectar el circuito.