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El Barça de Tito, Jornada 1

Arranca el proyecto de Tito Vilanova y la puesta de largo será en el estreno liguero, antes de que la semana que viene se dispute la ida de la Supercopa. Como es evidente, poco se puede decir de un equipo que estrena técnico cuando aún no ha disputada ni un solo partido oficial. Si además, como es el caso, falta algún fichaje y el grueso del equipo ha realizado una pretemporada distinta debido a los compromisos con la selección, la empresa toma tintes de osadía. Sin embargo, si podemos aventurarnos a adelantar algunos de los rasgos de la nave de Vilanova, que si bien deberán ponerse en cuarentena y confirmarse con el devenir de la competición, si pueden servirnos como pistas para afrontar el estreno liguero.

Tácticamente, sin Abidal y con la llegada de Jordi Alba, se confirma el abandono del cierre con tres hombres en el que el lateral izquierdo se juntaba a los dos centrales mientras el lateral derecho se sumaba al ataque. Ahora, en la salida, el equipo se sitúa en un 2+3 en el que ambos laterales se sitúan a la misma altura que el mediocentro. Amplitud, espacio y líneas de pase. En línea con los laterales está el mediocentro que a la espera de Song, parece una plaza propiedad de Sergio Busquets. Al de Badía, en su quinta temporada ya en el equipo, parece que se le va a exigir un paso más en su crecimiento futbolístico que irá ligado a la progresiva transición a un Barça sin Xavi. Con Xavi, la base de la jugada es para el de Terrassa, pero sin el cerebro azulgrana, parece que Busquets asumirá mayores responsabilidades en esta fase del juego. En este sentido, contar con dos líneas de pase fijas en los costados habilitadas por los laterales, le facilitará el trabajo.

Junto al mediocentro -y a la espera de ver el papel reservado a Iniesta– otro nombre que va a ganar peso en la base será Leo Messi. Hemos podido ver a un Messi viniendo a recibir más atrás, entrando en contacto con el esférico antes y abarcando una mayor cantidad de espacio. La contrapartida a eso es la desocupación del área, lo que permite vivir tranquilos a los centrales que salen lejos de su portero a anticiparse. Por eso, y aprovechando que los laterales estiran en banda, los extremos tratarán de influir en zona de remate. No serán ellos los encargados de fijar por fuera, sino que sus diagonales serán frecuentes hasta el punto de que en ocasiones, ambos, ocuparán zonas de delantero centro.

Sin embargo, no parece que en ambas bandas el funcionamiento vaya a ser el mismo. Mientras en la izquierda la amplitud y profundidad recaerá prácticamente exclusivamente sobre Jordi Alba, en la derecha la funciones estarán más repartidas, en un constante intercambio de posiciones entre lateral, extremo e interior.

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