
Cesc y Thiago salieron en el once. No sorprendió la elección pero sí el perfil que cada uno de ellos ocupó: Thiago en el interior derecho y Cesc en el izquierdo. Individualmente no es el perfil que más les favorece y colectivamente sus compañeros salen perjudicados. Thiago en la izquierda, cuando el esférico se juega desde atrás, se abre para recibir escorado a la banda. Esto le permite perfilar la recepción y, tras el control, encarar la jugada de cara y con el pase interior habilitado. Es el movimiento que hace que muchos vean en el hijo de Mazinho cosas de aquel Ronaldinho que con Rijkaard delineaba diagonales desde el extremo izquierdo. En la derecha, esto lo pierde, lo cual podría quedar en una cuestión menor si no nos detuviéramos, también, en su relación con su pareja en el extremo. En la izquierda ayer formaba Villa. Poco se puede añadir que no se sepa sobre lo costoso que resulta para Villa la responsabilidad de fijar la amplitud por el sector izquierdo. Por eso, la posición de Thiago en el interior izquierdo y ese acercamiento a la cal del hispano-brasileño para recibir encarado, le viene tan bien. En la salida, la amplitud la fija el interior. Si su par le sigue, por dentro se genera el espacio que deja en ventaja a Messi, sino, la responsabilidad pasa al lateral diestro rival. Si decide quedarse, Thiago queda libre, para la conducción, el cambio de orientación o la jugada individual -tras Messi, es el hombre más desequilibrante de los disponibles ahora para Tito-. Si el lateral decide salir a por el canterano, Villa tiene vía libre para lanzar la diagonal y ocupar zona de remate.
En el segundo tiempo Vilanova dio entrada a Xavi por Thiago. El academicismo del de Terrassa es el peor enemigo del extremo chileno. Alexis es salvaje, Xavi un contable. Tito leyó bien y acompañó la entrada del 6 con la presencia de Pedro, y cuando el canario le pudo dar la orden, Alexis pasó a banda izquierda -con Cesc- y Pedro se alió con Xavi. Sin duda es el extremo preferido del cerebro culé. Así logró el Barça dar sentido a sus extremos y potencias a sus interiores, y así pasó a dominar. Después vendría la defensa de tres como ante el Spartak, pero eso ya es otra historia.
