
El juego del Celtic de Glasgow se canaliza principalmente por las bandas, bien para buscar el balón largo desde el lateral al punta tratando de ganar la segunda jugada, bien profundizando hasta línea de fondo para poner el centro al área. En la banda derecha, la responsabilidad de estos movimientos acostumbra a recaer sobre el joven lateral Adam Matthews, ya que, por delante, su equipo acostumbra a presentar a un futbolista de mayor tendencia central como Kris Commons. Commons, el típico mediapunta técnico británico, suele actuar en banda para dar cabida por dentro a un centrocampista más contundente o a un segundo ariete. Sin embargo, en ocasiones también ha ocupado esa posición por detrás del punta, y cuando eso sucede, son el israelí Kayal o el joven extremo James Forrest quienes entran en banda.
Si Kayal y Forrest son las alternativas para la media en la banda derecha, en defensa ese papel lo desempeña Mikael Lustig, mucho más defensivo que Matthews y que también puede ser alineado como central.
Si Mulgrew ha migrado al centro del campo es, en parte, debido al buen rendimiento que por delante del guardameta Fraser Forster recientemente convocado con Inglaterra, ha ofrecido la nueva pareja de centrales formada por el nigeriano Ambrose y el inglés Wilson. Físicamente poderosos, se trata de dos zagueros potentes, imponentes en el juego aéreo y contundentes en la anticipación. Ambos son una de las claves de la peligrosidad del Celtic a balón parado, junto con la presencia de buenos lanzadores como Commons o Mulgrew.
Ya hemos mencionado anteriormente al propio Mulgrew y a Lustig como posibles alternativas para el centro de la zaga, por lo que sólo nos queda nombrar al joven Thomas Rogne, defensa central internacional sub-21 con la selección de Noruega y una importante apuesta de futuro del conjunto de Glasgow.
En la medular, Charlie Mulgrew se ha hecho con la propiedad de una de las plazas del doble pivote. Desde la posición, explota su recorrido, su buena capacidad técnica y su golpeo con la pierna izquierda. Suele adoptar una actitud más fija y táctica que su acompañante, el keniata Wanyama, pura exuberancia física y descontrol que abarca una cantidad enorme de terreno, tanto en la horizontal como en la vertical. Siempre sale sobre el poseedor del balón a máxima intensidad, lo cual provoca que a menudo desproteja su espalda. Cuando el técnico Neil Lennon opta por abrir a Mulgrew a la banda, su puesto en el doble pivote suele ser para el siempre voluntarioso comodín Joe Ladley o el capitán Scott Brown, quien acostumbra a jugar una línea por delante.
Brown es el hombre encargado de reforzar al doble pivote cuando el rival es quien tiene el balón, y de llegar desde la segunda línea cuando es el Celtic quien ataca. También es la primera alternativa al doble pivote Wanyama-Mulgrew, lo que, unido a sus problemas en la cadera, a menudo abren la posibilidad bien al desplazamiento de Commons a la mediapunta, bien a la entrada de un segundo delantero.
En los escenarios más exigentes, el conjunto de Lennon acostumbra a formar con un solo hombre arriba, plaza que hoy por hoy pertenece al inglés Gary Hooper. Inmerso en una de esas rachas goleadoras que recurrentemente viven los atacantes de los dos grandes en la liga escocesa, suyo fue el gol que abrió el marcador en la victoria del Celtic en su visita al Spartak de Moscú. Corpulento, rápido, potente y vertical está consiguiendo que nadie en Celtic Park extrañe los goles del lesionado Anthony Stokes. Para sumar presencia rematadora, el técnico irlandés cuenta con las alternativas de dos ex de la liga española, Miku y Lassad, con más peso en el equipo el primero pues las lesiones no están tratando demasiado bien al ex-deportivista. Por último está Tony Watt, de apenas 20 años, que este pasado fin de semana anotó el quinto gol de los escoceses en la goleada ante el St.Mirren.
