Vuelve Iniesta, o al menos eso se intuye. El de Fuentealbilla no estará en plena forma y de mediar otro rival, seguramente Vilanova conservaría en su reaparición y esperaría otra jornada. Pero el rival es el Madrid, y los resultados de este inicio de temporada han querido que lleguemos a la jornada 7 con la posibilidad de que el Barça encarrile muy mucho el titulo de Liga poniendo 11 puntos de por medio respecto a su máximo rival. Ante esto, Tito no va a guardarse nada. Dio prioridad a Song antes que Bartra porque no iba a exponer al canterano a un clásico, intentó que estuviera Puyol e igual intentará que esté Piqué. Por eso, es difícil imaginarse que el Barça no salte el domingo con Iniesta en el once. Es una posibilidad, claro, que el técnico le tenga reservado un papel importante entrando desde el banquillo en el segundo tiempo, pero si tuviéramos que apostar, prácticamente todos lo haríamos a que el manchego estará entre los titulares. Lo que ya no está tan claro, es qué papel va a tener Iniesta. Varios factores influyen. Individuales, colectivos y estratégicos. Y Vilanova va a tener que elegir entre tres posibles escenarios.
El primero, el más habitual, es el que presenta a Andrés Iniesta en la posición de interior izquierdo, una línea por delante del interior derecho, y que esta temporada se ha convertido en uno de los dos vértices superiores del cuadrado que plantea Vilanova en la media. Conservar el balón, atraer contrarios, cambiar el ritmo a la jugada y buscar el desequilibrio interior serían sus principales aportaciones en esa zona del campo. Sin duda es el mejor Iniesta. Si esa es la apuesta, apunta a que la víctima será Cesc, a no ser que Vilanova nos sorprenda con un dibujo asimétrico en ataque que permita juntar a Messi con el de Arenys arriba.
El Barça sufre en transición defensiva, y pocos o ningún equipos presentan una transición ofensiva más rápida y peligrosa que este Real Madrid. Ante esto, una opción que tiene Vilanova es la de dilatar las posesiones para evitar un ida y vuelta que buscarán los blancos y que puede matar a los culés. Sumar un cuarto centrocampista partiendo de la posición de falso extremo izquierdo, podría ser un camino para lograrlo. Cuentas con un hombre más a la hora de combinar, además uno experto en generar líneas de pase a sus compañeros, un futbolista capaz de esconder el balón. Además, ubicándolo de partida en una posición de banda, obligas al rival a defender más ancho y por lo tanto le dificultas la concentración sobre el carril central. Llevar el balón a la izquierda para que Iniesta la aguante y suelte hacia dentro, puede suponer oxigeno para su equipo ante el acoso del Madrid. Otro punto a favor es que el lateral derecho de los blancos lo ocupará Arbeloa, de modo que Andrés no se expondría a un retorno defensivo demasiado exigente.

