
Sin duda su obra magna estuvo en Castellón, y aunque los dos Villarreales que construyó son referentes para el fútbol español de los últimos años, quizá lo que nos habla de su calidad como técnico sea el hecho de haber finiquitado uno y engendrado el otro, y la manera como lo hizo. Decidir, un día, que tocaba clausurar el Villarreal de Riquelme y empezar a edificar uno nuevo con los Diego López, Cazorla, Pires, Godín o Rossi, no es fácil.
Ahora el chileno comanda a un Málaga en situación complicada tras la esperanzadora llegada de los petrodólares a la Costa del Sol, equipo al que, curiosamente, con su última derrota en el Real Madrid permitió la permanencia y quien sabe si el seguir existiendo.
El Málaga de Pellegrini mantiene gran parte de las señas de identidad que acompañan al entrenador chileno. Esto es, un equipo muy flexible posicionalmente que se ordena sobre el césped y no sobre la pizarra, en el que el balón y las situaciones de juego son las que marcan la situación de los futbolistas. Un ejercicio de inteligencia, lectura e interpretación constante que hace que sus proyectos tengan un inicio difícil hasta que el equipo se pone a pensar como un solo ente. Por eso, el mayor grado de libertad para acudir donde la situación lo requiera, siempre es para los futbolistas más talentosos. Los mediapuntas de Pellegrini dan para una saga: De Riquelme a Isco pasando por Cani, Pires o Cazorla, todos son futbolistas que, partiendo de una teórica posición de banda, tienen en el carril central su principal punto de influencia.
Para darle coherencia al movimiento de los teóricos volantes -a la práctica mediapuntas-, otra seña de identidad de los equipos de Pellegrini es el peso ofensivo de los laterales para fijar amplio al equipo. El peso en este Málaga de Gámez y Monreal, pues, es muy grande. Ante el Barça -si bien quizá no tanto en Liga pero seguro en Copa- es de esperar que los laterales malacitanos se contengan más de lo habitual. Ahí tendrá un problema Pellegrini, pues sin sus punzantes acometidas por fuera, puede verse lastrado por la poca profundidad del resto de futbolistas. Isco, Joaquín o Portillo son jugadores de balón al pie, sienten el apoyo más que el demarque, y en punta el Málaga carece de velocidad. El técnico que antaño dispuso de Forlán, Nihat o Rossi, hoy cuenta con un Saviola que ya en su juventud tenía en la lentitud uno de sus pecados, y que ahora supera la treintena. Entre semana descansó Roque Santa Cruz, por lo que parece que el Málaga optará por fijar con el paraguayo. En el lado blaugrana también descansó Piqué, de modo que el Barça tendrá ahí la respuesta al juego directo buscando al punta.
En ausencia de Toulalan también Demichelis ha aparecido por la medular, pero la posición del argentino está en el centro de la zaga formando pareja con Welington. Y atención a ellos porque forman un dúo diseñado para ponerle las cosas difíciles a un delantero como Messi. Talante y talento sudamericano, ése que siempre se le ha resistido más a Leo. Pausa, lectura y gesto técnico perfecto. Después vendrá Messi y meterá tres goles, pero a priori es una pareja de centrales que se adecua bien para defenderle. No hay que descartar, por eso mismo, que en cualquiera de los tres partidos de la serie, veamos bien a Alexis bien a Villa actuando en punta para desahogar al 10.
