La semana pasada saltó la noticia del fichaje de Guardiola por el Bayern de Munich para la próxima temporada. Después de un análisis mayormente epidérmico, empezó el juego, la subasta. ¿A quién se llevará Guardiola con él? No somos muy originales: Neymar, los jugadores del Barça, algunos de los jóvenes talentos alemanes… Si nos fijamos en la plantilla del coloso germano, veremos que el Bayern es un equipo hecho y quizás la tercera plantilla más potente del planeta. Hay poco margen. Si acaso algún interior y un defensa, pero atención ahí, porque los de Bavaria ya cuentan con Lahm, Boateng y Alaba, y como dice el amigo Abel Rojas, desde que se conoció la noticia del desembarco de Pep, a Javi Martínez se le está poniendo cara de central nuevamente. Sin embargo, quizá más interesante aún, sea ver las bajas que dé el de Santpedor, y en relación a eso, como afronta la decisión que va a marcar su paso por Alemania.
El trio Robben, Ribery, Thomas Müller, viene siendo el rompecabezas irresoluble del equipo desde que Louis Van Gaal se sacara de la chistera al alemán. Tres talentos descomunales, los tres jugadores de banda y algún que otro dilema evidente.
Jupp Heynckes no encontró solución buena. Sacrificó a Müller. Con Heynckes su lugar fue la mediapunta o el banquillo. Su demarcación es el extremo derecho pero la posición es propiedad de Robben desde hace mucho. Si tuviera a esos dos, Pep no tendría muchas dudas: Müller banda derecha y Robben banda izquierda.
Porque además, el holandés en la izquierda es otra cosa distinta, la típica figura del extremo que Guardiola nunca tuvo en Barcelona y que sin duda le debe seducir. Por la derecha monopoliza. Su salida es hacia dentro y su único camino la conducción diagonal hacia el gol. Pocos mas punzantes que Arjen, más definitorios, pero en cuanto a aspiraciones futbolísticas, poco para Pep. Más si la otra opción es el caudal de Müller. Jupp no se atrevió, fue conservador si es que así puede llamarse, y se aferró al arma individual más peligrosa. De Pep seguramente todos esperemos otra cosa, pero la carta Robben es tan poderosa…
Robben en banda izquierda sí es un elemento colectivo. Es el extremo que fija, estira y genera espacios por dentro con su mera amenaza por fuera. Y eso a Pep le gusta. O al menos le gustaba, antes de que descubriera que a Messi no se le pueden poner barreras y que jugando por dentro necesitaba acompañantes distintos. Pero también le gusta Ribery, o mejor dicho le encanta. Es notorio que estuvo a un paso de fichar por su Barça para suplir a Henry en la izquierda, y que sólo la inflación de ese verano lo impidió.
Ribery es un delantero menos exterior que Robben, más asociativo y con capacidad para hacer más cosas con el balón. En otras demarcaciones pierde ya que su escenario perfecto es enfrentando de cara la frontal. Alaba-Ribery, a la espera del inquilino del interior, se prevé una banda izquierda complementaria y de mucho nivel.
Müller, Robben, Ribery. Desde la comodidad del sillón quizá todos convendríamos en jugárnosla con el alemán y el francés. Pero en la realidad del entrenador, la del acoso mediático, la presión del resultado y del éxito como exigencia, ¿cuantos renunciaríamos a la seguridad de Robben para embarcarnos en un camino de meta más ambiciosa pero devenir más incierto? Quizá Pep Guardiola.

