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Planificación del F.C.Barcelona 2013-14: Neymar, 1ª parte

Un año más, aunque la decisión de Valdés reparta focos de interés, todo apunta a que el nombre del verano en el F.C.Barcelona volverá a ser el de Neymar. Dominador en Brasil y estandarte de la canarinha el próximo año en su Mundial, el planeta fútbol aguarda una aparición en la Champions League que ya debería haberse dado. Neymar es ya, a día de hoy, uno de los futbolistas más importantes del planeta. Por mucho que no haya dado el salto a Europa. Eso con el brasileño no vale. La calidad la tiene y la acredita, donde antes la acreditaron algunos de los más grandes, en una liga y un continente que aún hoy es la principal cuna de talento futbolístico del mundo.

Evidentemente su salto al viejo continente requerirá de un periodo de adaptación, y en este aspecto, el Barça como equipo y como club ofrece tranquilidad, pero también algún punto a valorar. A favor, que pocos entornos miman más el talento, al jugador especial, como el culé, y que pocos contextos futbolísticos hay más indicados para el jugador talentoso que la apuesta ofensiva y protagonista que desde Cruyff rige los pasos de los azulgranas. A nadie se le escapa que la cadena de astros brasileños que forman Romario, Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho no es casual.

Si el desembarco de Neymar en el Camp Nou viene respaldado por aspectos tanto sociales como futbolísticos, es de recibo apuntar que en estos dos ámbitos también pueden haber dudas. La primera, haciendo referencia a lo más alejado del cuero, viene marcada por el recuerdo de los últimos años de Ronaldinho y lo doloroso de su caída, y con él, de la caída del gran Barça de Rijkaard. En lo futbolístico, ahí está la voracidad de un Leo Messi que ha minimizado a cuantos cracks le han puesto al lado. Hay que reconocer, sin embargo, que ninguno era lo que puede llegar a ser Neymar.

Sobrevolado el terreno, es momento de acercarnos al jugador. A primera vista Neymar destaca por su velocidad. Todo sucede más deprisa, a una velocidad a la que seguramente ningún defensor pueda dar respuesta. No es sólo velocidad en el desplazamiento, sino también en el gesto. En el tiempo que el defensor estira el pie, el brasileño hace dos engaños y gira el tobillo otras dos. Uniendo a eso una agilidad enorme para realizar cualquier tipo de movimiento, Neymar se convierte en un jugador que sólo saca ventajas de su físico. Contrariamente a lo que se dice. Es un jugador flaco, ligero, y por consiguiente se le achaca una presunta endeblez en el choque cuerpo a cuerpo. Sucede, sin embargo, que el choque es un medio, no un fin, y Neymar posee la habilidad para alcanzar el mismo fin esquivando el choque. Mucho tendrá que correr su marcador para no encontrar la oportunidad para el contacto siempre en situación antirreglamentaria.

Tal velocidad en las acciones, eso sí, implican una mayor exposición a la pérdida. Lo cual no es malo, el equipo simplemente debe asumirlo. No hace mucho hablamos sobre esto a propósito de los interiores del Barça. Parece que el conjunto azulgrana va a ir hacia ahí. Asumir la pérdida con naturalidad, no como un defecto del juego sino como un escenario más del que sacar ventajas. Cesc, Thiago, Neymar…

Pese a ser diestro, el brasileño suele partir desde banda izquierda. Esto no nos es nuevo. Le permite salir encarado al perfil central y poder influir directa o indirectamente, sobre una zona mayor. Además, teniendo en cuenta su buen hacer en los metros finales y que será un futbolista con unas cifras anotadoras muy importantes, la posición lo acerca al gol. Su tendencia interior hace adivinar una futura migración al carril central, y dibuja en el horizonte la estimulante sociedad que puede formar con Leo Messi.

Por ahora, y presumiblemente también a su llegada a Barcelona, su posición de partida es la banda izquierda. Imaginándolo en un escenario Barça, lo primero que encontramos es un futbolista que atrae rivales a la orilla. Diversifica los focos de atención de los rivales y los aleja unos de los otros -Messi con mayor tendencia a recibir hacia la derecha, y Neymar recibiendo en la izquierda-. Sobre el papel, en este sentido, funciona parecido al Iniesta falso extremo. Con un añadido, Neymar, además, sería una amenaza en profundidad. Su velocidad a la espalda de la defensa es una arma peligrosísima, y su relación con el gol es considerablemente mejor que la de Andrés.

Con Neymar en la punta izquierda, nos toca completar el puzle. De entrada, Iniesta quedaría liberado para volver definitivamente al interior izquierdo y mandar a Cesc a pelear con Xavi en el derecho. El de Terrassa cada temporada que pase irá perdiendo peso, así que lo lógico es que termine imponiéndose el ex del Arsenal. Este es el escenario más normal. El que todos más o menos esperamos si damos por hecho el fichaje de Neymar. Una alternativa para mantener a los tres interiores en el once, pasaría por mover a Iniesta al falso extremo derecho. No es una posición extraña para el manchego, pero sin duda le viene mucho peor que el costado izquierdo. Además, no tendría sentido seguir posponiendo un relevo en los interiores que cada vez es más necesario.

Por último, una tercera solución que potenciaría a los tres centrocampistas por delante de Busquets, abriría nuevos escenarios para Thiago Alcántara, e incluso podría repercutir positivamente en transición ataque-defensa. Se trata de una suerte de 1-4-4-2 con Neymar y Messi arriba y con Iniesta o Cesc en el vértice superior de un rombo en el centro del campo. Mayor espacio para los dos cracks, uno caído ligeramente a la derecha y el otro a la izquierda. Uno amenazando la cara y el otro la espalda de los centrales. Uno abandonando el área y el otro buscándola.

 

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