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Planificación del F.C.Barcelona 2013-14: Neymar, 2ª parte

Ayer empezamos a hablar de Neymar. Analizado el jugador desde fuera, lo introducimos en un contexto Barça estudiando su posible relación con alguno de sus compañeros. Nos planteamos su compatibilidad con Leo Messi y su encaje con Cesc, Iniesta, Xavi o Thiago. Así, terminamos con la propuesta del 1-4-4-2 en rombo con Neymar y Messi arriba que sacrificaría a un delantero para dar cabida a un centrocampista más. En esta ocasión, sin embargo, permaneceremos en la línea más avanzada. Más allá de Messi, el Barça dispone de una nómina importante de atacantes, los cuales, en mayor o menor medida, también guardarán relación con la llegada del crack brasileño.

El caso más evidente es el de Villa. Renacido de un tiempo a esta parte para el entorno, Neymar llegaría a ocupar su puesto tanto en el equipo como en la plantilla. Por salud de vestuario y volumen salarial, parece difícil que a Villa pueda reservársele un rol tan, a priori, secundario. Porque no nos engañemos, Villa está muy lejos de su mejor versión. Mantiene el gol, y lo tendrá hasta el día que cuelgue las botas, pero si su adaptación al juego azulgrana siempre ha sido un tanto problemática, ahora además suma un físico muy castigado. Termina contrato en 2014, y con 31 años y teniendo en cuenta su ficha, lo normal sería buscar una salida favorable a ambas partes este mismo verano.

El cambio Neymar-Villa, no obstante, no es tan fácil. El equipo titular saldrá ganando en todo, pero la plantilla perderá algo. El Guaje es un depredador como hay pocos. Sólo Messi tiene más gol, y a diferencia del argentino, el hábitat natural de Villa es el área. Vivir en el punto de penalty, merodear el rechace. Eso el Barça, sin Villa, no lo tiene. Y si bien el potencial once titular saldrá ganando de todas todas, para el fondo de armario es muy útil contar con el recurso del finalizador. Ese jugador que, donde el juego no llega, encuentra el gol sin que éste sea consecuencia de nada. Al Barça, sin Villa, no le quedará ningún nueve.

No es ninguna nimiedad. Se  trata de algo que, sí o sí, la secretaría técnica va a tener que plantearse. Y aquí todas las miradas se dirigirán a Alexis Sánchez.  Principalmente porque la próxima será ya su tercera temporada en el club y sigue sin explota, pero también porque el efervescente crecimiento de Gerard Deulofeu haría menos difícil tomar la decisión de prescindir del chileno. No son idénticos pero si parecidos, sobre todo en el tipo de papel que pueden desarrollar en el Barça.

Si el club optara por dar el paso, estarían Messi, Neymar, Pedro, Deulofeu y uno entre Tello e Isaac Cuenca. Quedaría un hueco para incorporar un ariete, un jugador que compensara la pérdida de instinto asesino que supondría el adiós de Villa. El perfil, en principio, sería el de un delantero que pueda asumir un rol secundário -alternaría esa tercera plaza en ataque con Pedro o Iniesta-, capaz de revolucionar entrando desde el banquillo, eminentemente de área, con mucha sensibilidad en la finalización y a poder ser con amenaza al espacio para fijar la línea rival atrás.

El Chicharito Hernández encajaría a la perfección en el retrato robot. De adaptación a la Liga presumiblemente fácil, y empujado por su pérdida de protagonismo en un Manchester en que tiene por delante a Van Persie, Rooney y Welbeck, hay pocos delanteros disponibles con un olfato asesino más desarrollado. El mexicano siente el gol. Es la definición del cazagoles. Con cualquier superficie, en cualquier situación. Apenas sin necesitar ni el balón, es el rey de la finalización al primer toque, del gol que sólo requiere «empujarla». Un delantero incansable, en constante movimiento y que exige la lectura permanente del central. Pocos castigan más el error. Prefiere la profuncidad que el apoyo y los desmarques contrajugada. Un nueve nueve que además no escatimará en el esfuerzo.

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