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Hablar sólo del Bayern-Barça

Hoy va a costar. La tentación es abrirse la camisa y lanzarse a machacar. Y charcos en los que meterse hay muchos. No lo haremos. Básicamente porque no es momento. También porque es feo. Feo con jugadores, técnicos y afición. Ya habrá tiempo para recuperarse, celebrar la Liga, analizar situaciones y decidir. A lo largo de la temporada, en este blog ya hemos hablado de los problemas que pudiera tener el Barça, no hemos escurrido el bulto. Y lo retomaremos para analizar lo que ha sido la primera temporada de Vilanova. Pero hoy no lo haremos. No tras un partido así. Hoy toca cabeza fría aunque el cuerpo esté caliente. No sería justo. Hoy sólo hablaremos de lo que fue el Bayern de Múnich-Barça, ida de las semifinales de la Champions League de la temporada 2012-13.

Vilanova saltaba con el once esperado. Alexis en lugar de Villa, porque cualquier otra cosa ante Lahm y Alaba no era sostenible con el Barça actual. Atrás Bartra, y sin sorpresas en el medio. Sí sorprendía -al menos ligeramente- Jupp Heynckes dando entrada a Boateng en lugar de Van Buyten para formar junto a Dante. Toda una declaración de intenciones. El Bayern no iba a salir a por todas, iba a salir a matar.

Unos en su papel de superiores y los otros en el suyo de inferiores. El Barça sabiendo que en un partido «a lo Bayern» tenía poco que decir y que en un partido roto le faltaba su puñetazo más fiable, optó por hacer lo único que podía hacer. Balón y ritmo lento. Asegurar la posesión hasta el extremo, con Xavi e Iniesta por detrás de Busquets si era preciso. Balón y más balón, y toque seguro. Todo para que los alemanes no pudieran correr. Son fuertes y rápidos, pero no unos lobos desbocados. En frente, no obstante, el Barça de Xavi y su tremebunda transición defensiva no podían exponerse a eso.

Como viene pasando desde la temporada pasada, desde que Xavi es menos Xavi, el Barça, a ritmo bajo, ya no sabe generar peligro. No encuentra la manera de activar el goteo de ocasiones de gol. Guardiola rompió la baraja, Vilanova le imprimió vértigo…pero hace unos meses que todo se frenó en seco. Quedaba el comodín, el que nunca falla, el que hace que cualquier planteamiento pueda ser competitivo, el hombre que aunque el equipo juegue a no crear ni una sola ocasión de gol te puede generar tres. Pero estaba lesionado. Sobre el campo,pero lesionado.

Así las cosas, el Bayern sin sentir la amenaza se hizo fuerte, hinchó el pecho y se sintió poderoso. Ante el equipo de Valdés, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Alves o Messi, él era el grande. Y como hoy por hoy es mejor, agarró el partido y lo sacudió. El Barça -que hizo cosas mal- no dependió de él. No anoche. Y un equipo que desde que se fue Vilanova se aguanta con pinzas y galones, se descosió muy rápido.

Dentro de una semana, en el camp Nou, se despedirá la temporada por primera vez. Ésta de manera amarga. Habrá una segunda más feliz, con el título de Liga debajo del brazo. Tito supo desde el principio que era el campeonato que le iba a dar la vida. Luego el verano y vuelta a empezar. Para bien o para mal, el fútbol, lo más que dura son noventa minutos. Lo que ayer era Barça o Chelsea hoy es Bayern, y mañana quién sabe. No hay estocadas finales, siempre hay una bola más. Y hay que jugarla.

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